El periodista y jefe de Opinión de EL ESPAÑOL, Cristian Campos, ha mantenido una entrevista en exclusiva con los suscriptores de este periódico. En ella ha analizado los resultados de las elecciones catalanas de este pasado domingo, en las que Salvador Illa fue el ganador y Ciudadanos sufrió una debacle histórica, pasando de 36 a 6 escaños.
"El PSC tiene menos escaños que Ciudadanos en 2017, pero tiene más respaldo político porque tiene detrás a Moncloa, Pedro Sánchez e Iván Redondo", analiza Cristian Campos, que considera que eso "supone una diferencia estimable".
El líder del PSC ha comenzado este martes la ronda de llamadas al resto de partidos -excepto Vox- para anunciar su candidatura a presidir la Generalitat. Esto no terminará sucediendo, según el periodista de este medio, pero lo que busca Illa es "no perder la aureola de ganador porque las segundas elecciones son una posibilidad y se está posicionando para una batalla de largo alcance".
En caso de que se produjeran unas segundas elecciones, Campos considera que éstas beneficiarían "claramente a JxCat": "Tiene todos los ases bajo la manga para forzar a ERC y torcerle el brazo: tiene en sus manos darle la presidencia, pero también forzar la formación de un gobierno muy beligerante en los temas claves del procés como pueden ser el referéndum o los indultos".
Ante esta tesitura, los suscriptores de EL ESPAÑOL se han preguntado si Cataluña está abocada a la independencia. Una tesis que descarta Cristian Campos, que considera que "el verdadero peligro es un federalismo a la carta en el que el dinero catalán se quede en Cataluña, los beneficios de otras comunidades vayan a parar a Cataluña en el porcentaje que quieran los nacionalistas y las pérdidas catalanas las paguen a escote el resto de españoles".
"Ese peligro es mucho más real que una Declaración Unilateral de Independencia; los nacionalistas han aprendido que ese camino lleva a la cárcel", zanja Campos, que percibe cómo "el 80% de los partidos catalanes son nacionalistas en una medida u otra".
La abstención
Menos del 54% de los catalanes participaron en las elecciones del domingo, el dato más bajo de la historia en Cataluña. La abstención fue determinante para el desenlace de la jornada, pero analizándola por partidos se observa que fue particularmente letal para Ciudadanos. La mitad de quienes votaron en 2017 a Inés Arrimadas prefirieron quedarse esta vez en casa antes que votar a Carlos Carrizosa.
"Hay dos factores que explican la abstención de los votantes de Ciudadanos: la epidemia y la sensación de que ya estaba todo vendido", explica Campos, que abunda: "Hay mucha gente que lo que ha visto es que la opción era entre un nacionalismo separatista y un nacionalismo catalanista que defiende las claves de bóveda del nacionalismo: la inmersión lingüística, las reclamaciones fiscales, etc.".
Cristian Campos rechaza una hipotética dimisión de Inés Arrimadas tras la debacle: "Albert Rivera dimitió porque él era candidato en unas elecciones en las que perdió el 80% de los votos; Inés Arrimadas no es candidata. Si cada vez que un partido se pega un tortazo en una comunidad autónoma debe dimitir el líder nacional, Pedro Sánchez tendría que haber dimitido por el fracaso en Andalucía".
"Ha habido parte importante del constitucionalismo catalán que ha pensado que de estas elecciones no iba a salir nada esencialmente distinto a lo que ya había", explica el periodista. Esto, arguye, "ha estimulado el voto a Vox", por cuanto es el partido "más duro contra el nacionalismo": "El voto a Garriga ha sido el voto enfadado y anti útil".
"El constitucionalismo no ha sabido encontrar la llave para combatir al nacionalismo", lamenta Campos, que denuncia que el nacionalismo "es un movimiento muy hegemónico, cimentado durante 40 años con dinero otorgado a instituciones y periódicos": "El constitucionalismo está intentando ahora hacer lo que no ha hecho en los 36-38 años anteriores. Eso es difícil. Lo de ahora es la culminación de un proceso largo".
Sin embargo, no tiene tan claro por qué se han abstenido, en menor medida, los independentistas. ERC, JxCat y la CUP han sumado 1.360.396 votos en estos comicios, apenas un 25% del censo electoral y 700.000 electores menos que en 2017. "El dato clave sería por qué se han abstenido y ese dato no lo tenemos", admite.
La irrupción de Vox
Otra de las noticias que han dejado los comicios del 14-F es la irrupción fulgurante de Vox en el Parlament de Cataluña con 11 escaños. Su influencia, según Campos, va a ser "ninguna": "Si no la tuvo Ciudadanos con 36, mucho menos la va a tener Vox con 11".
La estrategia de los de Ignacio Garriga en el Parlament "será hacer propuestas tan extremas que pondrán en un problema a Ciudadanos y PP porque les dejarán en mal lugar ante esos votantes que piden dureza con el nacionalismo". Campos arguye que "ese va a ser su juego" y que "no va a aportar nada a la causa del constitucionalismo" en Cataluña.
Por todo ello, "la derrota para el constitucionalismo es brutal, aunque el resultado sea bueno para Vox": "Vox va a jugar a su juego, sabe que le harán un cordón sanitario y lo usará para sus escenificaciones".
¿De dónde procede el voto a Ignacio Garriga? No tanto por apego al candidato como por apego a las siglas. Así lo explica Campos, que considera que "en estas elecciones la gente ha votado a las siglas": "La gente no ha votado a Ignacio Garriga, que ha hecho una campaña mala, sino que ha votado a Vox; del mismo modo que la gente no ha votado a Carrizosa, sino a Ciudadanos".
¿Cómo puede el Partido Popular marcar terreno ante el auge de Vox? El jefe de Opinión de EL ESPAÑOL considera que los populares "lo tienen difícil": "El PP es la carne de un sándwich: por un lado tiene a Cs y por el otro a Vox. Vox no tiene depredadores. no tiene a su derecha y sólo puede avanzar hacia los votantes del PP y lo que quede de Cs".