La Asociación de Víctimas y Afectados por el Coronavirus (ANVAC) ha lanzado este lunes una campaña contra la gestión de la pandemia de la Covid-19 por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
"Las decisiones de este Gobierno nos traen muerte y ruina", reza un autobús negro vinilado con letras amarillas y la cara de Sánchez. Los organizadores se han movilizado frente a la Delegación del Gobierno en Madrid, aunque la campaña está dirigida a "las calles de toda España".
Esta asociación está presidida por Jaime Sánchez Bermúdez, quien fuera número tres en la lista de Vox al Congreso por Cantabria en las últimas elecciones generales. Él mismo aparece como administrador de la web de ANVAC, que fue registrada el pasado 23 de marzo, una semana después del primer estado de alarma, tal y como contó eldiario.es.
Sánchez Bermúdez, que no fue elegido para las Cortes, es un desconocido para el grueso de la población. Pero si se nombran las 53.000 banderas que se plantaron en Madrid a finales del pasado septiembre, igual a alguien le suene más.
El parque de Roma en Madrid, al lado de la M-30, amaneció lleno de miles de banderas de España. De 40 años de edad, Sánchez Bermúdez es un antiguo empresario, que regentó una empresa panadera, y tuvo que jubilarse prematuramente por una enfermedad. Ahora vive en Santander y dedica su tiempo a la política formando parte de Vox Cantabria. Sus rentas, cuenta, vienen de las buenas inversiones que ha sabido hacer y, como tiene tiempo libre y está indignado, ha montado la ANVAC.
Redes sociales
El mensaje de la asociación de Bermúdez en Twitter ha sido retuiteado por la cuenta nacional del partido de Santiago Abascal.
"Se nos fue la vida en ello" y "se nos fue el comercio en ello" son algunos de los mensajes, impresos en folios sostenidos por simpatizantes, que han compartido en su cuenta de la red social.
La movilización ha coincidido con la reivindicación del papel de la mujer trabajadora del 8 de marzo, la misma fecha que Vox pidió declarar el día de las víctimas de la Covid-19. El partido de Abascal prentendía relacionar los contagios de la primera ola con las movilizaciones feministas de 2020 y con la pasividad del Gobierno permitiendo las manifestaciones.