Albert Rivera no ha llamado a Inés Arrimadas ni le ha enviado mensaje alguno desde que comenzó la OPA del PP a Ciudadanos. Tampoco ha opinado al respecto en sus redes sociales ni en los medios de comunicación.

El único expresidente de la formación liberal calla en público sobre el agónico adelgazamiento de la estructura naranja, pero sí mantiene contactos con Génova. Así lo ha contrastado este periódico de fuentes autorizadas.

La postura de Rivera sorprende a los dirigentes de Ciudadanos, tanto a los críticos como a los que cerraron filas con Arrimadas desde que empezó la crisis. "Es como si lo que está pasando no tuviera que ver con él. ¡Fundó este partido!", reseña un miembro de la organización que también desempeñó importantes funciones en la etapa anterior.

El PP no ha tenido reparos en confesar en público la estrecha relación que une a Rivera con Pablo Casado y Teodoro García Egea. El secretario general de los populares, en una entrevista con la Cope, reveló esos "frecuentes contactos" con su otrora adversario, al que definió como "un hombre que ha hecho grandes cosas por España".

Sin embargo, respecto a un posible fichaje, García Egea resumió: "No creo que esté en esa clave. He tenido y tengo buena relación con él. Hablamos frecuentemente". Tanto el silencio público de Rivera como su coqueteo en privado con la dirección de Génova ha soliviantado a los miembros del núcleo duro de Arrimadas.

Algunos de ellos, en charla con este periódico, reconocen no haber hablado con él "desde hace meses": "Ni para lo bueno ni para lo malo". Quienes justifican la forma de conducirse de Rivera coinciden en algo con los que le censuran: es como si no sintiera vínculo alguno con el Ciudadanos de hoy.

Debate interno

Las dos vías de contacto que mantiene Rivera con dirigentes de Ciudadanos llevan por nombre Begoña Villacís y Marta Rivera de la Cruz. La primera reitera a EL ESPAÑOL que "Albert no está metido en nada que tenga que ver una fusión con el PP". La segunda, según contaron algunos confidenciales, comió con él la semana pasada.

Ahí entran en colisión dos opiniones. "¡Pero si él se presentó a las segundas elecciones habiendo levantado el veto a Pedro Sánchez! Nosotros lo único que hemos hecho ha sido intentar pactar los Presupuestos con el Gobierno para que no los condicionaran Bildu y ERC", explica un estrecho colaborador de Arrimadas.

Los ya ex de Ciudadanos que comprenden a Rivera consideran al partido una "muleta del sanchismo" y apuestan por dejar atrás todo aquello que "contribuye a mantener al Gobierno actual".

José Manuel Villegas, número dos en su día de Albert Rivera, concedió una entrevista a este periódico poco después de dimitir. Dijo que, precisamente, levantar el veto a Sánchez quizá fuera lo que les costó el batacazo. Un análisis que el expresidente de Ciudadanos podría compartir, a tenor de su libro y de las entrevistas que concedió para promocionarlo.

El divorcio es absoluto. Arrimadas es consciente de que su estrategia supone una enmienda a la totalidad de la que puso en práctica Rivera. Desde que dimitió, los contactos han sido contados y se han circunscrito al nacimiento de los hijos y a los cumpleaños.

"Ningún mensaje. Ninguna llamada a Inés desde que comenzó la OPA", confirma un dirigente de Ciudadanos a EL ESPAÑOL. Justo lo contrario a lo sucedido con destacados miembros del PP.

¿Hervías?

Pero, ¿qué piensa Rivera de la operación llevada a cabo por su ex secretario de Organización, Fran Hervías, para vender su red territorial al PP? La relación entre uno y otro, según dirigentes que trabajaron con ambos, "tuvo sus más y sus menos".

"Albert le entregó el partido a Fran para centrarse en la oposición y en el Congreso. Concebía el partido como una molestia necesaria, y lo que quería era que le diera poco trabajo", destacan estas fuentes.

Sin embargo, varios dirigentes de Ciudadanos, incluso quienes le acusan de contribuir con un "mar de fondo" a la OPA, confiesan que no ven a Rivera detrás de los manejos de Hervías: "Si Albert está negociando un futuro desembarco en el PP, es de otra manera. No va a formar parte de algo tan cutre".

Hervías, en colaboración con su mano derecha, Emilio Argüeso, lleva semanas orquestando el portazo a Ciudadanos de varios cargos nacionales, autonómicos y municipales. Dan cuenta de ello las exclusivas publicadas por este periódico.

"No creemos que Albert forme parte de ello, pero seguro que está al corriente. Tiene que saberlo a través de Pablo y de Teodoro", concluye un miembro de Ciudadanos que ha estado en la dirección del partido en la etapa actual y en la anterior.

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