Resulta harto complicado afrontar unas elecciones cuesta abajo. Más y cuando se está siendo objeto de una operación de absorción. Y si a esto se le añaden los graves errores estratégicos cometidos... Ciudadanos se acerca al 4-M en plena lucha contra la propia desaparición. La dirección nacional es consciente de que perder la representación política en la Comunidad de Madrid podría desatar el principio del fin.
Inés Arrimadas ha tomado dos decisiones para frenar el veloz adelgazamiento de la estructura: una remodelación interna y un cambio de candidato para las próximas autonómicas. Edmundo Bal ha relevado a Ignacio Aguado.
Sellada la tregua con los críticos de la Ejecutiva -todos cerraron filas a excepción de Toni Cantó, que ha fichado por Isabel Díaz Ayuso-, los de Arrimadas ya trabajan en desmontar todos esos marcos que, como espadas de Damocles, pronostican su descalabro.
A lo largo de este texto, fuentes autorizadas de la formación -en concreto quienes ya elaboran el mensaje del nuevo Ciudadanos- tratarán de combatir los razonamientos que sostienen la inutilidad de votar naranja.
"El caballo perdedor"
El primero de ellos es el más simple, pero quizá el más dañino. Se trata del llamado "efecto caballo ganador". Son añejas, pero ciertas, las teorías que demuestran cómo el votante tiende a apoyar a los partidos que saldrán victoriosos de las urnas. Es casi un estado anímico, algo que se palpa en el ambiente.
Ciudadanos, entre todas las que compiten, es la organización que peor plaza ocupa en . el hipódromo: "Es verdad que existe esa teoría, pero el caballo ganador funcionaba con más claridad en el bipartidismo. Ahora hablamos de bloques y eso nos brinda un espacio", sostiene un miembro de la Ejecutiva liberal.
¿Qué espacio? "El que se encuentra entre dos candidatos que amenazan con enviarse a la cárcel -Ayuso e Iglesias- cuando ni siquiera ha empezado la campaña. La disyuntiva 'socialismo o libertad' no refleja el sentir de la calle. La gente no está en eso. Y queremos representar esa realidad, no la polarización orquestada por algunos líderes".
Dicho de otra manera: Ciudadanos tratará de erigirse como "árbitro y moderador" de la contienda. Como una suerte de remedio para evitar la entrada de los "extremismos" en el gobierno de la Comunidad de Madrid. El matiz es importante: según estas fuentes, los mandatarios naranjas hablarán en campaña de "extremismos", y no de "populismos".
"El PP se presenta de la mano de Vox; y el PSOE, de la de Podemos. Es la polarización total. Un gran momento para poner el centro en valor. Edmundo es un gran candidato para eso", contesta un esperanzado integrante del núcleo duro de Arrimadas.
Es complicado de explicar el razonamiento trazado por Ciudadanos. Pretenden captar el voto de quienes, siendo socialdemócratas o liberales, buscan el gobierno de un PSOE centrado o de un PP moderado.
Pero esa suma no se antoja posible a la izquierda. No sin fuerzas, valga la redundancia, a la izquierda de los socialistas. Ángel Gabilondo, por ejemplo, ha apostado por un Ejecutivo PSOE-Cs-Más Madrid, pero esa fórmula no gusta a Arrimadas, que ya la descarta.
"Más Madrid es una escisión de Podemos. No hacemos demasiadas diferencias entre unos y otros", justifican en la dirección nacional de Ciudadanos.
Entonces, ¿para qué sirve el voto naranja? ¿Quién gobernaría con ese apoyo? "Todo el que conoce a Edmundo sabe que no pactará con Podemos. El camino está al otro lado. Una suma con el PP que libre de Vox a la Comunidad de Madrid".
"El voto inútil"
Desde que convocó elecciones, Isabel Díaz Ayuso ha llamado a aglutinar el voto para evitar que "Madrid caiga en manos del comunismo". Se trata de un marco simple, pero poderoso. ¿Por qué va a votar a Ciudadanos alguien que no quiera a la izquierda en el gobierno de la Comunidad?
En Ciudadanos prefieren hablar de "voto práctico": "Nuestra representación, si nos la brindan, servirá para atar en corto a quien gobierne". Los de Arrimadas reiteran que queda "mucha campaña por delante" y trabajarán para que los comicios no sean "plebiscitarios".
¿Qué significa? "El voto útil, a nuestro juicio, es romper el escenario guerracivilista. 'El yo o el caos', el 'no pasarán y el hemos pasado'. Escuchándoles parece que uno sale a la calle y se encuentra tiroteos todos los días. El madrileño quiere vivir en paz, quiere apostar por la capacidad de acogida de la región. Nosotros también".
"Cs es de izquierdas"
El terremoto murciano -iniciado por la doble moción de censura al PP presentada por Ciudadanos en Murcia- ha desatado una crisis de identidad en el partido. Los exdirigentes de la formación acusan a Arrimadas de haber difuminado los principios fundacionales y de haberse echado en brazos de Pedro Sánchez.
Por otra parte, pese a la supervivencia de las coaliciones de Madrid ciudad, Andalucía o Castilla y León, la última estrategia de Arrimadas ha volado todos los puentes con Génova. La relación entre la presidenta liberal y Pablo Casado es prácticamente inexistente.
Para más inri, un acuerdo con el PSOE refrendado por Podemos ha desbancado al PP del Ayuntamiento de Murcia para dar paso a un alcalde socialista. ¿Qué responderán cuando se les recrimine esto en campaña? "Hemos cometido errores y los hemos asumido. El principal ha sido no haber sabido explicar que había razones de peso para presentar esas mociones", asevera un dirigente de Ciudadanos.
"Tampoco calibramos el enemigo al que nos enfrentábamos. Fue el PP nacional, a través de García Egea, el que tomó las riendas del asunto. Tampoco valoramos bien la herramienta elegida", entona el mea culpa esta fuente.
¿Y qué pasa con el acuerdo del Ayuntamiento de Murcia? Ciudadanos, como hizo entonces en la Comunidad de Madrid, asegura que su pacto se circunscribe al PSOE. "Podemos, como Vox en aquel tiempo, lo ha apoyado desde fuera. Lo explicaremos todas las veces que haga falta. Esos errores no afectan a la utilidad de este proyecto político".
"La mala relación con Ayuso"
Si como detallan las fuentes consultadas, la vía deseada es un gobierno de centro-derecha que prescinda de Vox, ¿de verdad podrá reeditarse un pacto con Ayuso? A día de hoy, ese puente también está volado.
Ignacio Aguado se enteró por la prensa de su cese. Los equipos de ambos partidos en la Asamblea no mantienen una relación fluida. La inquina que ambos líderes se profesaban preñó de minas ese terreno.
"Sí, es verdad, los puentes están volados, pero toca reconstruirlos. Los madrileños están por encima de todo. Jamás afrontaríamos una negociación anteponiendo lo personal al interés general", dicen desde Ciudadanos.
"Esa mala relación ya ha supuesto el bloqueo de los Presupuestos, de las ayudas a las familias y a la hostelería. Es una pena. Tenemos que luchar para que no vuelva a ocurrir", detalla un importante dirigente del partido.
Esta misma fuente asegura que, en caso de ser llave de gobierno, a Ciudadanos no le supondría un problema que la interlocutora fuera Ayuso: "Estaríamos hablando con la persona más votada por los madrileños. Eso merece un respeto".
"Pero, ¿por qué no le preguntan a ella a ver si prefiere pactar con Ciudadanos o con Vox? Dice que va a por la mayoría absoluta y es legítimo, pero eso es muy complicado en este clima de tanta fragmentación. Que responda a ver qué prefiere", resumen las fuentes consultadas.
"Los ex de Cs"
La crisis de Ciudadanos ha provocado decenas de bajas sensibles en el partido, pero también el recrudecimiento de las opiniones de algunos de los exdirigentes más notables. Marcos de Quinto, Juan Carlos Girauta y ahora Toni Cantó trufan las redes sociales de opiniones contrarias a Inés Arrimadas.
Todos ellos arrastran legiones de seguidores y fueron motivo de voto alguna vez para los afiliados de Ciudadanos. ¿Cómo afecta eso en plena campaña electoral? "Somos conscientes de que está ahí, claro, pero no entramos al trapo para no darle entidad".
En la dirección nacional aceptan las "críticas", pero se dicen sorprendidos por ciertas actitudes de "revancha o vendeta": "No nos condiciona, de verdad. Nuestro proyecto es el que es. Y eso defenderemos con fuerza esta campaña".