Edmundo Bal encaraba el debate de este viernes entre candidatos con las pilas cargadas. Se había preparado a conciencia. Guardaba una pulla "especial" para Pablo Iglesias, admite.
El candidato de Unidas Podemos había sostenido en Telemadrid que fue él quien dio las instrucciones a la UME para que desinfectaran las residencias. Una información desmentida a posteriori por el Ministerio de Defensa. "Eso era mentira y yo le iba a preguntar por eso", admite Bal en conversación con EL ESPAÑOL.
Pero los planes del candidato liberal se torcieron rápidamente. Iglesias se levantó de su silla y abandonó el estudio cuando Rocío Monasterio puso en duda que éste haya recibido una carta con cuatro balas de Cetme sin percutir y con una amenaza de muerte: "Los españoles ya no nos creemos nada de este Gobierno".
Atónito, el candidato de Ciudadanos intentó frenar a su rivales político. "La democracia es diálogo; justo es Iglesias quien defiende la mesa de diálogo entre el Gobierno y ERC, y luego va y se levanta", arguye.
Bal reconstruye la escena para este periódico. Tenía en frente a Iglesias. Pudo ver, por ejemplo, que usaba constantemente el móvil, pese a que las normas de los debates electorales lo prohíben expresamente.
Cuando el candidato de extrema izquierda decide largarse, Bal mira a los ojos a Iglesias y le ruega: "Pablo, por favor, no te vayas; no le hagas el juego". Pero fue en vano. "Me dio la sensación de que todo lo tenía perfectamente orquestado", señala.
Gabilondo y García
En adelante, pese a la marcha de Iglesias, el debate transcurría "en términos razonables", según Edmundo Bal, que se encontraba "cómodo". Pero entonces llega el corte para irse a publicidad, y se consuma el esperpento.
"Nos dan cinco minutos para hablar con nuestros asesores: todavía quedaba hablar de economía, impuestos, política de pactos y el minuto de oro", relata. Pero entonces Ángel Gabilondo (PSOE) y Mónica García (Más Madrid) anuncian su marcha.
"¿Qué les dijeron en el descanso a Gabilondo y a Mónica? Levántate. Si tan irritante es la señora Monasterio, ¿por qué no se levantaron antes? ¿Es irritante justo después de la publicidad", ironiza.
Bal fue el único que intentó, hasta el último momento, salvar el debate. "Por favor no os vayáis, no os levantéis", pidió. Y se dirigió directamente a Gabilondo: "Ángel, que eres socialista; un socialista no se levanta".
"¿Acaso Felipe González se levantó de los Pactos de la Moncloa con Adolfo Suárez? De Iglesias me lo espero todo, y de Mónica también porque es clavadita, pero quien me ha decepcionado profundamente es Ángel Gabilondo", señala. Por todo lo expuesto, Bal se siente "entre indignado, triste y preocupado".
"Movilizar el centro"
Pese a su frustración por lo sucedido, Edmundo Bal es optimista en su lectura y cree que ese episodio "movilizará al centro" porque "el espectáculo ha sido lamentable y la gente "no está así de polarizada ahora". Aunque también ve un peligro: "Si seguimos así, el día de mañana estaremos tan polarizados o más que en Cataluña".
Bal apela a "los moderados, los que no nos levantamos de la mesa, los que queremos convencer con la palabra, los que nos negamos a los enfrentamientos, los que nos negamos a considerar a un adversario político un enemigo". En definitiva, a los que "creemos en la reconociliación de 1978 entre dos bandos".
"Nos ha costado un montón ganar la libertad y se nos puede ir de un día a otro al traste", lamenta.
Pese al anuncio de Más Madrid y de Unidas Podemos de no acudir a más debates, provocando su consecuente cancelación, Bal asegura que, por él, seguiría asistiendo aunque se quedara sólo en el atril. "No voy a parar, voy a seguir haciendo mi campaña", zanja.
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