La violencia política ha implosionado el pleno del Ayuntamiento de Madrid. Los concejales de Ciudadanos y Vox han abandonado el salón después de que PSOE y Más Madrid se hayan negado a condenar los ataques sufridos por Santiago Abascal en Vallecas y por Begoña Villacís en las fiestas de San Isidro.
La vicealcaldesa de Madrid se ha llegado a levantar de la silla para interpelar a Ramón Silva, el concejal socialista que ha dicho "condenar" el escrache a una Villacís embarazada de nueve meses, pero que luego ha votado en contra de la proposición al considerar que ella estaba "en un acto público, y no familiar" y que los atacantes eran "gente que había sido desahuciada". Una argumentación que ha sublevado a los ediles del centro y la derecha.
Esa escena sólo ha sido la punta del iceberg. Las matizaciones en las condenas de la violencia por unos y otros partidos han retrotraído el debate a las actitudes más negras de la democracia española.
El PSOE se ha negado a reprobar la violencia sufrida por líderes de Ciudadanos y Vox. Sobre las pedradas de Vallecas, han culpado a Santiago Abascal por "haberse saltado el cordón policial".
Cuando la sesión estaba a punto de concluir, Mar Espinar (PSOE), ha elevado una moción de urgencia por las cartas con balas recibidas por el ministro del Interior, Marlaska; la directora de la Guardia Civil, María Gámez; y Pablo Iglesias.
En ese instante, Ciudadanos ha presentado lo que se conoce como una "enmienda transaccional", es decir; una modificación en el texto para lograr el consenso entre los partidos. La versión de Villacís pedía "una condena sin paliativos de los episodios de violencia política (...) sin importar la ideología de quienes los ejercen ni la de los destinatarios de las agresiones".
Los liberales también exigían el compromiso de los grupos políticos de "no llevar en sus listas electorales a candidatos que hayan participado en actos violentos contra sus adversarios y que no hayan mostrado arrepentimiento". Una clara referencia a Alejandra Jacinto, que participó en el acoso a Villacís y que va en la lista electoral de Podemos para el 4-M.
Los socialistas han desdeñado la enmienda. Entonces, los ediles de Ciudadanos han abandonado la sala. Una actitud que, acto seguido, han replicado los parlamentarios de Vox.
El presidente del pleno ha tenido que pedir orden en varias ocasiones. Los aspavientos y los gestos de furia se han repetido en las bancadas de PSOE y Ciudadanos. Hasta que los liberales se han marchado de Cibeles. Una exasperada Villacís, en ese instante, acusaba a los socialistas de "haber traspasado una línea roja".
Así comenzó todo
El pleno de este martes podría definirse como el de la violencia política. El ambiente ha comenzado a enrarecerse con una propuesta de Vox, defendida por su líder municipal, Javier Ortega Smith.
Pedía la solidaridad con las fuerzas de seguridad del Estado, que "sufren los ataques de la ultraizquierda". También en referencia a las pedradas de Vallecas, ha exigido la "depuración de responsabilidades" en el ministerio del Interior.
El texto concluía así: "Instamos a las demás fuerzas políticas a condenar enérgicamente tanto a estos grupos de ultraizquierda, como a los personajes públicos que alientan los llamamientos contra los miembros de Vox, así como a todos los que adoptan una actitud equidistante entre los agresores y los agredidos".
La propuesta ha salido adelante con los votos favorables de Ciudadanos y Partido Popular, además de los de Vox. En contra, Más Madrid y PSOE, que han acusado a Abascal de haber desencadenado los sucesos de Vallecas "saltándose el cordón policial".
Después ha llegado un segundo debate sobre la violencia política. Esta vez era Ciudadanos quien lo ponía sobre la mesa. El tono, muy similar. Se pedía la condena de todas las violencias y se hacía referencia al escrache de Villacís.
Entonces ha tenido lugar la mencionada escena de Ramón Silva, el concejal del PSOE que restaba hierro a lo sucedido porque la vicealcaldesa estaba en "un acto público" y los agresores eran "desahuciados". Más Madrid y PSOE, igual que habían hecho con el texto de Vox, han tumbado la propuesta.
Al filo de las ocho de la tarde, con el pleno a punto de concluir, ha llegado el turno del PSOE, que ha pedido la condena de las cartas con balas recibidas por dos ministros del Gobierno y por Pablo Iglesias. Ciudadanos, para votar "sí", ha pedido extender el texto a todas las violencias, pero los socialistas se han negado.