"El partido no desaparecerá por motivos económicos". Son palabras de un miembro del núcleo duro de Inés Arrimadas. Dicho de otro modo: es la ausencia de votos -y no la sangría financiera que eso implica- lo que pone a Ciudadanos en peligro de extinción. Esta misma fuente confirma que la organización mantendrá su sede nacional y que hay presupuesto garantizado hasta las próximas elecciones generales.
"Es algo muy típico en política. Los números se hacen de legislatura en legislatura. Nosotros podremos desarrollar campañas dignas en las andaluzas, el siguiente ciclo de municipales y autonómicas; y las generales", reseñan desde la sala de máquinas de Ciudadanos.
La sede nacional, situada en la calle Alcalá, junto a la Plaza de las Ventas, tiene cinco plantas -seis si se cuenta la entreplanta- y 2.500 metros cuadrados. El alquiler cuesta a los liberales en torno a los 33.000 euros mensuales, gastos incluidos.
A finales de 2020, cuando todavía no se había producido el terremoto murciano, Ciudadanos renovó por cinco años este contrato. La formación naranja vive allí desde 2015. En un principio, a expensas de los resultados de las generales de aquel año, Carlos Cuadrado -hoy continúa como responsable de finanzas- y Albert Rivera optaron por alquilar la planta baja y la entreplanta. Conseguidos los cuarenta escaños, ampliaron la operación a todo el edificio, propiedad de la aseguradora Caser.
Fuentes autorizadas confirman a EL ESPAÑOL que la organización "deberá hacer pequeños ajustes", pero insisten en que la sede nacional no corre peligro. Sí podrían desaparecer algunas de las otras 50 que tienen en el resto del país, pero tampoco la de Cataluña -segunda más importante-.
"Estamos bien financieramente. Tenemos una hucha de casi diez millones de euros que nos va a permitir afrontar los problemas. Hicimos los deberes en tiempos de vacas gordas", relata un miembro de la Ejecutiva naranja.
Es importante resaltar que esos diez millones de euros son dinero líquido, tesorería, y no patrimonio inmobiliario ni nada por el estilo: "Eso nos da margen y tranquilidad". Ciudadanos, siempre según estas fuentes, viene ingresando por encima de los gastos desde que se decretó la expansión nacional de la formación: "Siempre hemos confeccionado presupuestos muy ajustados y con superávit".
Los asesores
Sí se están produciendo novedades en los contratos de asesores y responsables de prensa. Varios de los fichados a través de la Asamblea de Madrid han perdido su trabajo y su reubicación en el partido es casi imposible.
Cuando tuvo lugar el batacazo de 2019, sucedió algo parecido, pero Ciudadanos disponía del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid -dos grandes administraciones- para recolocar a parte de ese personal. Desaparecidos en la región y copados los puestos en el entorno de Begoña Villacís, el partido se ha quedado sin margen de maniobra.
El desastre de hace dos años no sólo puede medirse en número de escaños -pasaron de 57 a 10-, sino en una fulgurante caída de ingresos: un descenso de 3,5 millones en las subvenciones que Interior concede en relación a la representación parlamentaria.
Aquel 2019, gracias a esa hucha que ya ha pasado de los doce a los diez millones, pudo evitarse el ERE y se mantuvieron todas las sedes. Este último punto, no estará garantizado esta vez.
Los presupuestos para 2021 que figuran en el área de transparencia de la página web de Ciudadanos fueron confeccionados conociendo la merma de diputados en Cataluña, pero no la desaparición de la Comunidad de Madrid.
Se contemplan unos ingresos de casi 11 millones de euros, pero las partidas que nutren esa cantidad tienen que ver con la aportación de los grupos institucionales, las subvenciones por representación, las cuotas de los afiliados y las cuotas de los cargos electos.
Todas estas vías se verán dañadas en los próximos meses. No habrá subvención por grupo parlamentario en Madrid, habrá menos cargos electos para pagar su cuota y el número de afiliados ha ido cayendo por goteo desde noviembre de 2019.