Josep González-Cambray, recién asumido el cargo de consejero de Educación de Cataluña, ya se ha presentado a los más de 50.000 docentes de la región como el nuevo capitán (en el área de la enseñanza) de la "Generalitat republicana".
Con este desafío al Estado responde el político de Esquerra a la más que anunciada concesión por parte del Gobierno de Pedro Sánchez de los indultos a los condenados por el procés. La terminología utilizada por Cambray replica las palabras de, president, Pere Aragonès, durante su discurso de investidura.
Aragonès, que relacionó directamente la "república catalana" con su derecho a la autodeterminación, marcaba el camino hace una semana. Ahora, sus acólitos lo empiezan a recorrer y dejan a Sánchez como el único que defiende que la puerta abierta a los indultos contribuirá a desescalar el procés.
En su primer acto oficial como consejero, González-Cambray ya ha hecho gala de su espíritu republicano, pese a que su cargo en la Administración es el de responsable del área educativa de una Comunidad Autónoma, en un estado cuya forma política es una monarquía parlamentaria.
Las palabras del responsable educativo son un calco de las que, hace una semana, pronunció el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante su discurso de investidura.
Entonces, el nuevo president prometía a los catalanes abrir "una nueva etapa" e "impulsar una nueva Generalitat republicana". Juramento que se completaba con el gran reto del mandato de ERC: "Hacer posible culminar la independencia de Cataluña y hacer inevitable la amnistía y el ejercicio del derecho de autodeterminación".
Un supuesto derecho para forzar la implantación de la "república catalana" que, según Aragonès, se consigue por la vía del referéndum. La misma que llevó, hace tres años y medio, a los 12 líderes separatistas a ser condenados por delitos de sedición y malversación de fondos públicos y que desencadenó en una sentencia con penas de cárcel e inhabilitación; que el presidente del Gobierno pretende ahora levantar mediante indultos.
Los gestos de los separatistas catalanes reafirmando su impulso a la autodeterminación -hasta en una carta de presentación a los docentes, a los que conmina a ser "protagonistas de estos cambios"- son un nuevo órdago que abunda en la soledad del Ejecutivo de Sánchez.
La intención del presidente de "mirar hacia el futuro y aprender de los errores" no se corresponde con las primeras acciones efectivas de los miembros del govern "republicano de Cataluña".
Además, el presidente tampoco tiene al Poder Judicial de su parte. Este miércoles, la sala del Tribunal Supremo informó "negativamente" contra la concesión de "cualquier forma de indulto -total o parcial- a los condenados". Entre los argumentos del dictamen incluía el tribunal sentenciador la "falta de arrepentimiento" que, como refleja la carta de González-Cambray, tampoco existe en los que no fueron juzgados.