En los primeros días de abril, la misma semana en la que Yolanda Díaz había tomado posesión como vicepresidenta tercera del Gobierno, la nueva líder de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición tuvo una cita personal, los dos a solas, con Juanma del Olmo. Lo llamó para que se quedara en el organigrama del Gobierno, le ayudara durante la transición entre la Vicepresidencia segunda de Pablo Iglesias y la que le tocaba a ella, la tercera, y -cuestión clave- para que siguiera siendo él quien gestionara la relación con Iván Redondo, jefe de Gabinete de Pedro Sánchez.
Si Redondo (San Sebastián, 1981) es más conocido por lo que se dice de él que por lo que él dice -hasta esta semana y lo del "barranco"-, mucho más ignoto es Del Olmo (Soria, 1982). Desde la formación del Gobierno de coalición, compatibilizó su cargo de secretario de Comunicación de Podemos con el de director de Estrategia y Comunicación de la Vicepresidencia segunda de Iglesias. Un nombre rimbombante para el cargo de táctico en jefe del jefe.
La mano derecha del líder morado, su hombre de confianza, el gestor y creador de todos los mensajes de Iglesias desde Vistalegre II (la caída de Errejón) tenía decidido poner fin a su carrera política con la salida del líder. Pero Díaz le sacó la idea de la cabeza: "Quédate en el Ministerio de Derechos Sociales, y nos ayudas a Ione y a mí con la transición", le dijo la ya vicepresidenta en aquella reunión mano a mano, según ha podido confirmar este periódico por diversas fuentes.
Entonces, aún no había trascendido que Ione Belarra sería la otra sucesora de Iglesias. Ella había sido la número dos durante 14 meses y ahora tomaba el mando del Ministerio de Derechos Sociales. Pero sólo los más cercanos a Iglesias sabían que Irene Montero ya no era la designada para tomar las riendas del partido. Del Olmo era uno de ellos, evidentemente.
El día siguiente al estacazo en los resultados del 4-M por los que la izquierda quedó lejísimos de Isabel Díaz Ayuso e Iglesias dejó la política, la Ejecutiva de Podemos lo oficializó... pero Del Olmo llevaba más de un mes trabajando en ello. Por expreso deseo de Díaz y de acuerdo con la propia Belarra.
De hecho, es atribuible a su labor el hermetismo con el que se llevó la designación, hasta que alguien filtró algún detalle esa noche del 5-M en Infolibre y este periódico pudo confirmar todos los extremos de la noticia al día siguiente.
La relación con Redondo
Juanma del Olmo fue elegido diputado en las elecciones de 2015 y en las de 2016, pero quedó fuera del Congreso ya en las del 28-A de 2019. Pero lejos de suponerle un problema, este consultor de tecnologías de la información y la comunicación y fundador de Podemos hizo de la necesidad virtud: centró su trabajo en manejar los tiempos de la negociación para lograr un Gobierno de coalición con el PSOE.
Ésa es la razón, según explican a EL ESPAÑOL fuentes del interior del partido, por la que aceptó la demanda de Díaz: defender coalición... y, sobre todo, el morado dentro de ella.
Y es que entre las elecciones del 28-A y el preacuerdo de coalición a los dos días del 10-N el número de partidarios de la coalición con el PSOE fue decreciendo en el interior de Unidas Podemos. Sólo la cabezonería de Iglesias y su círculo más estrecho apostaron hasta el final por llegar a un acuerdo con las huestes de Pedro Sánchez. Y Del Olmo, por eso, quiere acabar la legislatura dentro.
En esos meses, de mayo de 2019 a enero de 2020, se forjó una relación de sintonía personal con Iván Redondo, "de confianza política", aclaran fuentes a ambos lados del Ejecutivo, que llevaron a Yolanda Díaz a considerarlo un activo necesario, como mínimo, en sus primeros meses en el cargo.
En estos dos meses transcurridos de transición, Redondo y Del Olmo ya han tenido que negociar más de un asunto, según confirman fuentes gubernamentales. Entre ellos, la presencia de ministras de Unidas Podemos en las ruedas de prensa posteriores a determinados Consejos de Ministros, o su participación en la presentación de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a cuenta de los fondos europeos.
Ajustes difíciles
Hasta la salida de Iglesias, cada ministro negociaba sus agendas con el departamento de Presidencia. Y sólo en el caso de que un asunto se enquistara entre socialistas y morados, el tema llegaba a las reuniones cara a cara del presidente y su socio.
Después, una vez que había noticia de alcance político con interés para los de Iglesias, el vicepresidente decidía comunicarla, Del Olmo elegía el mensaje, y acordaba con Redondo fechas y formatos. Es decir, una estrategia acordada, como reza el protocolo de funcionamiento de la coalición.
...salvo, claro, que la noticia política fuera el desacuerdo. Entonces eran Iglesias y su estratega los que armaban el cirio. Filtraciones, tuits, y alguna nota de prensa convenientemente confusa: como la que dio a entender que, en plena pandemia, Escrivá había aceptado una renta universal provisional que entrara en vigor antes de la implantación del Ingreso Mínimo Vital.
Según las fuentes consultadas, todo eso seguirá igual ahora con Yolanda Díaz, incluso el papel de Juanma del Olmo. Y eso que ya no es director de Estrategia ni de Comunicación de todo un vicepresidente, sino el mero asesor raso de una ministra. Todo lo mismo, menos la parte del ruido mediático para presionar a Sánchez con el que Iglesias mantuvo tantas tensiones abiertas que le hicieron ganar el título de "cabezón".
Ésa es otra de las gestiones que aún están buscando encaje: que los morados no pierdan foco en el cambio del omnipresente Iglesias a la amable Díaz. Una de las labores de Del Olmo será hallar el modo de que el juego de poli malo y poli buena funcione en los próximos 30 meses de legislatura, ahora que el malo se ha ido y es la buena la que debe pelear.
En todo caso, a Del Olmo también se le ha comunicado que su papel se podrá ir diluyendo según se consoliden los equipos de Yolanda Díaz y de Ione Belarra. Así se lo ha comunicado la vicepresidenta, con la que le une una buena relación profesional, pero no la amistad personal que sí tiene con Iglesias.