Ya son cuatro consejos de ministros seguidos hablando de los indultos a los políticos condenados tras el 'procés' independentista en Cataluña de 2017. Y cada semana, la ministra portavoz aparece con un argumento nuevo. Pasamos del "revanchismo" y el afán "vengativo" de quienes criticaran la medida de gracia a la aceptación del destino de este Gobierno -"es lo que nos toca"-.
Y ahora, a la equiparación del "perdón" a los sediciosos con "aquella España que, durante la Transición, supo sentar a la misma mesa a dos bandos que habían hecho la guerra", esbozó la portavoz, "...pues eso estamos haciendo".
María Jesús Montero ha tenido que responder unas 12 preguntas este martes y siete de ellas versaban sobre la mesa de gobiernos; la cita del presidente, Pedro Sánchez, con Pere Aragonès; la carta de Oriol Junqueras de este lunes y su credibilidad; el calendario de los indultos.
...nadie le preguntó por el papel del Partido Popular en este proceso. Ni siquiera teniendo en cuenta que este domingo es 13-J y Pablo Casado encabezará la delegación de los populares en Colón, y la expectativa de esa foto podría haber alimentado las ansias periodísticas de un buen titular. Pero es que no hizo falta. En cuanto pudo -y a veces, sin venir a cuento- Montero cruzó "al PP", al "PP de Casado" y "al Gobierno del PP, de Rajoy" para atacarle por lo hecho y lo no hecho en todo el procés.
Precisamente después de apelar al espíritu de "la Transición, la concordia, el diálogo y la convivencia", la portavoz del Gobierno acusó al Ejecutivo anterior, "el de Mariano Rajoy, de esconder la cabeza bajo tierra como un avestruz y creer que por no hacer nada los problemas se resolverían... cuando una gran parte de los problemas que tenemos hoy vienen de aquel inhibirse".
En Moncloa los mensajes no se lanzan sin una justificación. Y si esta semana tocaba apelar al "abrazo entre bandos enfrentados", poco hay que discurrir para hallar la reminiscencia de la batalla por esa legitimidad: el convocante de la concentración en Colón del 13-J es una plataforma que se llama Unión '78, cuyo nombre tampoco es gratuito.
"Lo entendemos"
Otro mensaje que estrenaba este martes el Gobierno era el de que "comprende", "se hace cargo" y hasta "se identifica" con "ese gran número de españoles a los que les cuesta aceptar el perdón a los principales actores de los hechos ocurridos en 2017". Una frase que expresó hasta tres veces y con distinta construcción Montero, pero siempre con la misma estructura y todo el peso que contiene.
Primero, porque rectifica aquella idea de que son "revanchistas y vengativos" todos aquéllos que no quieren el indulto ni el diálogo con quienes no sólo quieren romper España sino que lo intentaron hace bien poco. Ahora, sólo lo es el PP por ir con Vox a la calle -de hecho, se soslaya a Ciudadanos para no desviar la atención y dándolo por amortizado-.
Ahora, a los españoles de bien se les entiende desde Moncloa.
Segundo, porque se admite que esos españoles son un "gran número", lo cual sitúa al Ejecutivo -por una vez en este asunto- en su sitio. Es decir, la decisión cuanta con amplia contestación, y ésta es transversal. El Gobierno se da por aludido, y paga su precio porque cree que es la mejor decisión. De hecho, Montero pidió, levantando la vista en la sala de prensa, que "si alguien tiene una mejor opción, que la diga".
Y tercero, porque se habla de "protagonistas", y no de "cabecillas" o siquiera "condenados", y se cuenta que lo fueron de unos "hechos acontecidos en 2017", no de un "golpe contra la Constitución" o al menos "un desafío a las leyes".
¿Cuándo cambió Sánchez?
Esto entronca directamente con el cambio de discurso que exhibió este lunes Junqueras y el del propio presidente Sánchez.
El líder de ERC conminó al jefe del Ejecutivo a que "se meta el indulto por donde le quepa" el 22 de octubre de 2019; sólo 13 días después, el 4 de noviembre, le recordó -en otra carta pública- que "está en Moncloa por los votos de Esquerra". Pero ahora acepta el indulto, renuncia a la vía unilateral y admite que la independencia hoy en día no es viable.
El presidente del Gobierno en aquellas fechas, en el debate electoral de un día después de esa misiva, prometió "traer a Puigdemont a España", recuperar "el delito de referéndum ilegal", acabar con "la manipulación de TV3", y por supuesto siguió defendiendo "el cumplimiento íntegro de las penas". A la vista de la comprensión de Moncloa con quienes no quieren perdonar a los sediciosos, y de que su cambio de opinión le hace más comprensivo... ¿cuándo cambió Sánchez?
A eso, sí que no respondió Montero. Es más, sobre eso se permitió dar una versión de los hechos poco compatible con la realidad: "El presidente ha sido siempre muy claro con esto, y ha defendido siempre lo mismo, que había que darle una oportunidad al diálogo, a encontrar una solución acordada".
Es más, "aunque parezca ingenuo o naíf darle credibilidad a determinadas palabras", dijo la portavoz en referencia a Junqueras, "la obligación de todo Gobierno es aprovechar cualquier oportunidad para intentar construir una España y una Cataluña en la que todos podamos sentirnos medianamente confortables".