Sánchez acepta negociar la autodeterminación de género: la ley Trans sube la tensión Calvo-Montero
Igualdad y Justicia avanzan, con renuncias del equipo de Montero, para que el texto se apruebe antes del Orgullo y el PSOE evite el boicot de los colectivos.
12 junio, 2021 02:59Noticias relacionadas
El pasado 18 de mayo, el Congreso rechazaba tomar en consideración una proposición de ley trans, presentada por Esquerra Republicana y otros grupos afines. La norma era "prácticamente un calco de la de Unidas Podemos", ésa que Irene Montero dice que Carmen Calvo "tiene bloqueada". Bueno, que decía, porque ahora calla. Y no es sólo por el "nuevo talante", impuesto por Yolanda Díaz tras la salida de Pablo Iglesias de la política. Sino porque algo ha cambiado en la negociación.
Pedro Sánchez ya acepta negociar la autodeterminación de género y ha encargado a los ministerios coproponentes, Igualdad y Justicia, una negociación cara a cara para garantizar su seguridad jurídica y que no sólo Unidas Podemos pueda presumir de su victoria, sino que el PSOE pueda salvar su posición.
La vicepresidenta primera sigue coordinando la elaboración de la ley, pero ahora son conversaciones directas entre los equipos de Irene Montero y de Juan Carlos Campo. Según fuentes del Gobierno, por expresa decisión del presidente. Así gana la "libre autodeterminación de género", origen del enfrentamiento. Desde la oficina de Calvo se limitan a afirmar que "la vicepresidenta ha estado en reuniones" y que ahora "coordina como hace con las leyes del resto de ministerios".
‼️La Plataforma Trans 🏳️⚧️ pide al PSOE 🌹 que no participe en el Orgullo tras su abstención en la votación de la ley:
— EM - electomania.es (@electo_mania) May 18, 2021
"Llamamos a que se abstenga de venir a los Orgullos y que suelte la bandera del colectivo LGTBI".https://t.co/EqNRLwPZK9pic.twitter.com/xN7ztedODn
Y es que precisamente aquel martes de mayo, fue la abstención del Grupo Parlamentario Socialista la que hizo decaer la norma antes siquiera de ser debatida. Y ambas circunstancias descritas -un texto parado en los despachos del Gobierno y el otro rebotado del Congreso- provocaron que los colectivos LGTBI se unieran en la puerta de los leones del Parlamento. La amenaza a los socialistas era clara y directa: el PSOE no sería bienvenido en la celebración del Orgullo si no rectificaba.
Este periódico había publicado que la decisión de Sánchez incluía expresamente apartar a Calvo de las negociaciones. Y así se le preguntó expresamente al entorno de quien es también secretaria de Igualdad del PSOE antes de publicar la información. El equipo de la vicepresidenta no desmintió que el presidente haya dado esa orden y se limitó a explicar lo ya reflejado párrafos más arriba. Sin embargo, una vez publicada la noticia, Moncloa remitió un desmentido a la dirección de EL ESPAÑOL: "No es cierto que el presidente del gobierno haya apartado a la vicepresidenta primera de la ley LGTBI".
La nota incluía más argumentos, todos ellos ya reflejados en los párrafos de esta información. Pero lo cierto es que el conflicto comenzó con el acuerdo de la coalición, cuando las políticas de Igualdad pasaron de la Vicepresidencia primera de Calvo a un Ministerio independiente, a cargo de Montero.
Este cambio no era sólo de personas, ni del entorno PSOE al ámbito Podemos: significaba mucho más, todo un vuelco en el concepto y el enfoque del feminismo que se haría cargo de los avances en derechos civiles. Es decir, según fuentes socialistas, que pasábamos "del feminismo tradicional al feminismo queer"... o, si se atiende al entorno morado, "a una visión más amplia e integradora".
¿Qué significa eso? Ya sea con el tono peyorativo de unos o sin él, como defienden los otros, es dar un salto que supere la lucha por la igualdad de las mujeres respecto a los hombres y enfocar el problema desde el otro lado: no es que ellas deban ser como ellos; es que todos debemos ser iguales, y el obstáculo no es de género, sino cultural. El "patriarcado", el dominio económico, moral, político y social del "hombre heterosexual y normativo" sobre todos, todas y todes los demás.
El feminismo del PSOE
El caso es que ahora Podemos ya no amenaza con volver a llevar su ley al Congreso por su cuenta, como hizo a los pocos días del cerrojazo al texto de Esquerra. Los socialistas negaron entonces "haber hecho llamadas" para recabar noes que le permitieran no tener que retratarse, como aseguraban fuentes del entorno de Irene Montero y confirmaban diputados de ERC y de otros grupos.
Porque, según las fuentes consultadas, Sánchez no quiere más incendios. Acumulada la crisis de Ceuta con Marruecos al ayusazo del 4-M, al vuelco en las encuestas que lo colocan por debajo del PP de Pablo Casado y a la polémica de los indultos... lo último que necesitaba el PSOE era un veto de los colectivos LGTBI en el Orgullo -del 25 de junio al 4 de julio-, y ser equiparados "a la derecha de Ciudadanos", últimos sufridores del boicot político en las celebraciones por la igualdad.
El presidente ha dado por perdida la batalla, mantenida con firmeza por la vicepresidenta primera hasta hace unas semanas. Calvo es la guardiana de la tradición feminista del PSOE.
Hace sólo un año, como secretaria de Igualdad, firmaba junto a José Luis Ábalos, secretario de Organización; Santos Cerdán, secretario de Relaciones Partido/Gobierno; y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, secretario de Relaciones Institucionales, un documento en el que el PSOE rechazaba tajantemente la "autodeterminación de género".
La plana mayor política se unía y filtraba a los medios un papel que calificaba este extremo como una manipulación interesada de conceptos "fundamentales en el feminismo como son el sexo y el género" que pone "en riesgo el propio concepto jurídico y sujeto político mujer".
Unidas Podemos cede
Ahora, sin embargo, las fuentes consultadas anuncian que la ley avanza en las negociaciones entre Justicia e Igualdad. "Son coproponentes del texto, por eso negocian ellos", aclara la oficina de Calvo. Y confirman incluso, que el equipo de Montero ha claudicado en varios aspectos: para empezar, ha fusionado los textos trans y LGTBI, que ya son solo uno.
Además, Unidas Podemos ya no exige que ésta sea inmediata "y con el mero deseo expresado" de la persona interesada. Según los borradores del texto, las moradas -las negociadoras son todas mujeres- ahora sí aceptan que sea necesario esperar "un periodo de tres meses" desde la solicitud "hasta una ratificación presencial en el Registro Civil" del cambio legal de género.
También habría logrado el PSOE que Unidas Podemos se avenga a otra salvaguarda: hará falta "un testigo" que dé fe de la condición trans de la persona solicitante. Aunque finalmente no será así. Las fuentes admiten que el acercamiento puede servir para que ambas posiciones salven la cara ante sus bases respectivas. Unidas Podemos lograría lo que siempre ha defendido Irene Montero, "será ley", y el PSOE se garantizaría "la seguridad jurídica" de la norma.
Ésa había sido, hasta las últimas fechas, la razón aducida desde el entorno de Moncloa -sede de la Vicepresidencia primera- para explicar el parón del ante proyecto de las leyes trans y LGTBI. Hace mes y medio, el Ministerio de Igualdad ya aceptó fusionar en una única norma los textos trans y LGTBI para desbloquear las negociaciones con el PSOE, como solicitaban la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (Felgtb), la Fundación Triángulo y Chrysallis (Asociación de Familias de Menores Trans), que reclamaban un acuerdo "urgente" entre ambas partes del Ejecutivo.
Fuentes del Gobierno afirman que este último borrador que está en la mesa de negociación "está en la línea de la que han realizado los colectivos" hace una semana en rueda de prensa. Unidas Podemos quiere, a toda costa, que la ley trans pase por el Consejo de Ministros "antes del Orgullo" y poder presentarse en las marchas "con los deberes hechos". Es decir, con "la despatologización garantizada" y la "libre determinación de género". Y el PSOE necesita evitar el boicot de los colectivos.