Desde el pasado jueves, cuando Moncloa comenzó a publicitar el encuentro entre Joe Biden y Pedro Sánchez, se empezó a mascar una leve tensión en el seno del Gobierno. En política internacional, el PSOE sigue siendo el partido en el que lo convirtió Felipe González durante su primer mandato, ése que dejó de decir "OTAN, de entrada no" para ganar las elecciones de 1982 a jugarse su primacía en un referéndum tres años y medio después explicando que "en interés de España, vota sí" a permanecer en la Alianza Atlántica.
Este periódico supo esa misma tarde que una de las consecuencias de ese encuentro -el que luego se convirtió en el meme del paseíllo- iba a ser, si todo iba como estaba previsto, que España sería la sede de la próxima cumbre de la OTAN, la de 2022. Pero, por lo que dicen las fuentes de Unidas Podemos, se supo antes en esta redacción que en la sede de una de las formaciones que forman el Gobierno de coalición: "Nos enteramos por la prensa".
Otra consecuencia, o al menos así lo explicó el presidente Sánchez en una rueda de prensa conjunta con Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica, fue que España y EEUU renovarán su acuerdo de Defensa. Éste expiró hace ya más de un año, y se renovó de manera automática por segunda vez el pasado 21 de mayo.
Entre otras cosas, ese acuerdo incluye el uso de las bases de Rota y Morón por el Ejército de Estados Unidos. Y un intercambio de material bélico de manera preferente y de información cruzada que hoy en día España necesita para hacerse fuerte en su conflicto con Marruecos.
Ministerios de Estado
El régimen de Mohamed VI, que también es un enemigo cruzado de Podemos, aspira a sustituir a España como puerta de entrada de los americanos en el Estrecho y el Mediterráneo. Pero Exteriores y Defensa están haciendo un trabajo ímprobo por retomar los lazos con Washington, muy desgastados en los últimos años.
Toda esta falta de información, ya de por sí, sería un motivo de fricción interna dentro del Ejecutivo, más allá de que durante la negociación del pacto entre Pedro Sánchez y (entonces) Pablo Iglesias, los morados aceptaron como premisa inicial que el PSOE no les daría ninguno de los llamados "ministerio de Estado".
Es decir, Interior, Justicia, Exteriores, Defensa o Economía. Pero una cosa es que no gestiones ninguna de esas carteras y otra muy distinta que el socio no te informe de sus movimientos.
Ya ocurrió con la fusión de Bankia con CaixaBank, por ejemplo. O con las gestiones de la OPA del fondo IFM sobre Naturgy. Entonces, aún lideraba Unidas Podemos el hoy retirado Iglesias y su talante proclive a la confrontación llenaba de titulares los periódicos.
La OTAN, "obsoleta"
Hoy, con Yolanda Díaz, cuesta mucho más averiguar cómo se toman las huestes moradas los movimientos del PSOE. Pero este en concreto, que tiene que ver con las relaciones con el imperialismo estadounidense y el militarismo, es materia especialmente sensible para los morados, una formación política que dice construirse de abajo arriba.
Unidas Podemos cree que la OTAN es una organización que quedó "obsoleta" hace tiempo y que es necesario "profundizar en otros modelos". De ahí que este miércoles, primero Sira Rego desde Izquierda Unida, y luego Jaume Asens, presidente del Grupo Parlamentario, criticaran con saña que el Gobierno del que forma parte su formación política se haya embarcado en recibir a todos los líderes de una organización militar cuyo modelo "rechazan firmemente".
En cualquier caso, tal como ha podido saber este periódico, en el ala del Ejecutivo que lidera Díaz se reflexiona sobre la celebración de una Cumbre de la OTAN en España, de la que UP "se ha enterado por la prensa", que quizás sea éste el momento para priorizar otros temas como país de los que sentirnos orgullosos.
En interés de España... ¿sí?
Hasta ahí el enfado por la cumbre, en la que dentro de un año habrá que ver quiénes son los actores elegidos dentro del Gobierno español. Porque más allá de que esas reuniones son a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, al anfitrión se le dan prioridades que no recibe el resto de participantes. ¿Querrá Unidas Podemos quedar desdibujado en ese momento tratará de aprovechar los dos días de reuniones para lanzar algún mensaje?
Pero como Sánchez hizo esa mención expresa no sólo a la renovación, sino al "refuerzo" del acuerdo de Defensa con Estados Unidos, las filas de Díaz simplemente esperan. Desde Unidas Podemos se le ha hecho saber al lado socialista del Gobierno que ésta no es una decisión que pueda tomar ni él solo, ni el Gobierno por su cuenta. Los morados recuerdan un acuerdo bilateral en materia militar "es algo que tiene que aprobar el Congreso", y que el presidente deberá buscarse una mayoría parlamentaria que se lo apoye.
No parece muy factible que la vaya a encontrar en los 35 diputados de Podemos, los 13 de Esquerra Republicana de Catalunya, los cinco de Bildu... Tiene especial mérito que Sánchez haya logrado arrancar esos dos compromisos de su viaje a Bruselas de este lunes, cuando es un rumor a gritos que ni en la Unión Europea ni en el seno de la misma OTAN se ve con especial alegría la presencia de una formación "comunista" en el Ejecutivo español.
En todo caso, cabe la duda de si, "en interés de España" como Felipe, el presidente mirará a sus socios de Gobierno para "renovar" el acuerdo de las bases con Estados Unidos, lo que implicaría más que un "refuerzo" una renegociación completa. O si tendrá que levantar el teléfono y, por fin, llamar a Pablo Casado, sobre cuyo liderazgo en el PP ya comienzan los socialistas a hacer correr rumores.