Han pasado varias semanas desde que Felipe González eligió el prime time de ‘El Hormiguero’ para pronunciarse en contra de los indultos a los presos del procés. Este lunes, tras conocer las palabras de Pedro Sánchez en Barcelona, el expresidente del Gobierno ha pronunciado un discurso algo críptico en el homenaje a Alfredo Pérez-Rubalcaba. Sin nombres propios, sin menciones a los partidos.
“La democracia se tiene que preocupar de cuidarse a sí misma. No se impone a cañonazos (…) La democracia no nace sólo del voto, sino del respeto a las reglas del juego… incluso cuando se quieren cambiar las reglas del juego”, ha expresado el veterano socialista en el escenario habilitado en la Residencia de Estudiantes de Madrid.
Sin mencionar la palabra “Cataluña” o “indulto”, González ha resumido así su postura: “Hay algunas decisiones que nos llevan a callejones difíciles y estrechos con salidas complicadas si no se tiene claro los marcos convivenciales que hay que respetar”.
Ese “respeto a las reglas del juego” ha sido la idea central del discurso de González, que minutos antes, requerido por los periodistas, ha declinado pronunciarse sobre la medida de gracia. Tan sólo ha respondido con un escueto “no” a la siguiente pregunta: “¿Cree que está en juego el régimen constitucional?”.
En las sillas de madera desperdigadas por la explanada, escuchaban los expresidentes Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero. El primero tampoco ha atendido a los medios y ha expresado un “no voy a decir nada” cuando ha sido perseguido por las cámaras. Su antecesor en Moncloa, en esa misma situación, ha dicho: “Los indultos son una decisión grande y valiente. Serán positivos para España”.
González, en el paseíllo hacia el escenario, se ha remitido a los “comentarios”; a su discurso. “Nos faltan cooperadores políticos. Nos tenemos que poner de acuerdo. Ese era el leitmotiv de Alfredo”, ha comenzado.
Pese a tratarse de un acto de recuerdo, los intervinientes también han recurrido a la ironía precisamente en homenaje a Rubalcaba. “Muchas veces se viven momentos histéricos, que no históricos”, ha dicho González. Sin embargo, el expresidente, pese a esa profusión de lo “histórico”, sí ha calificado el momento actual como una “encrucijada”.
González, diciendo sin decir, y con el rabillo del ojo en Cataluña, ha puesto el presente en el espejo de la Transición: “Entonces no cabían las actitudes que no respetaban las reglas del juego. Si quieren cambiar la Constitución, que lo hagan respetando esas reglas. Tienen derecho a no compartirla, pero no tienen derecho a quebrarla”.
En un discurso sin papeles, al aire libre y con aforo restringido, González ha elegido como broche final uno de sus juegos de palabras: “Ha habido grandes experimentos dictatoriales que no nacieron de las botas, sino de los votos”.
El acto ha congregado, además de a los dos expresidentes, a la plana mayor de la actual dirección socialista y a la vieja guardia. Cosa que no sucedía desde hace tiempo. Han coincidido en la sala de invitados aquellos que vienen lanzándose estocadas a cuenta de la discrepancia en la cuestión catalana y la coalición con Podemos.
Adriana Lastra -autora del “ahora nos toca a nosotros”-, José Luis Ábalos, Fernando Grande-Marlaska o Miquel Iceta se han sentado junto a Pepe Blanco, José María Maravall, Javier Solana o Carlos Solchaga.
El homenaje a Rubalcaba estaba programado para el año pasado, pero no pudo celebrarse debido a la pandemia. El vídeo conmemorativo ha recogido algunas frases del exvicepresidente del Gobierno: “Nuestro enemigo no es el PP ni la derecha. Nuestros enemigos son el miedo, la inseguridad, la injusticia y la intolerancia”.