El presidente del Gobierno ha comparecido al finalizar la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. Una cita clave por varias circunstancias: porque debía impulsar la implantación "sin mayores trabas" del certificado digital para "favorecer la movilidad e impulsar la recuperación ya este verano"; porque a ella llegaba la Hungría de Orban con una ley homófoba justo en la semana del Orgullo; y, sobre todo, porque era a primera vez que Pedro Sánchez se veía con sus homólogos europeos tras conceder los indultos a los condenados por el procés.
"Nadie me ha preguntado nada, ni en la reunión ni en los pasillos", ha presumido Sánchez. "Y ese silencio dice mucho, sin decirlo, de la confianza absoluta de nuestros colegas europeos en la grandeza de la democracia española".
Pero el presidente no ha querido dejar pasar la oportunidad, sin decirlo él también, de afearle a Pablo Casado su viaje de este jueves a Bruselas para tratar de aleccionar a sus colegas populares contra la excarcelación de los golpistas del 1-O en Cataluña. "Yo estaba en la oposición en el año 2017, y apoyé al Gobierno en aquellos fatídicos momentos. Desgraciadamente, ahora estoy en el Gobierno y no cuento con el apoyo de la oposición... Pero eso es algo de lo que los españoles sabrán tomar nota en el futuro".
Límites a unos, no a otros
Sánchez condujo toda su rueda de prensa en un tono de grandeza, tratando de destacar que "la democracia española ampara todas las opiniones, y es tan grande que no tengo nada que decir ante las manifestaciones de las personas que salieron el otro día de prisión".
Pero para Casado sí que puso Sánchez límites, a pesar de no tener nada que decir sobre que Oriol Junqueras y el resto de indultados acusaran al Estado de "represor", a la democracia española de "infame" y de que anticiparan que "éste es el primer paso antes de la derrota" del Estado de derecho. "Es importante que pasemos página, después de los dos referéndums ilegales, las leyes de desconexión y la declaración de independencia que le hicieron al Gobierno del PP".
"Lo más importante, ahora es la pandemia, la vacunación, la recuperación y la aplicación de los fondos europeos", dijo, tratando de desviar el tiro. "Y para eso, hay que construir convivencia. Por eso ello llamo a todas las fuerzas políticas, incluida el PP; y a todos los Gobiernos autonómicos, en particular al Govern de la Generalitat de Cataluña".
¿Y ahora qué?
El presidente ha anticipado, por fin, cuál es la posición que defenderá su Gobierno en la mesa con el Govern. "Nosotros tenemos una agenda del reencuentro, que es pública", y ha aclarado que ésta no es obra suya, sino que está extraída de "los famosos 46 puntos de Artur Mas y de los 21 puntos de Torra en Pedralbes".
Como le preguntó Gabriel Rufián, el miércoles en el Congreso, Sánchez por fin contó el "ahora qué". Y apuntó que el equipo de Moncloa "hizo un trabajo revisando cuáles de esas reivindicaciones se ajustaban al marco constitucional y a la legalidad democrática y es sobre lo que queremos hablar".
Puso algunos ejemplos muy por encima: "Temas de inversiones, de financiación... y algún reconocimiento que ya hemos ido impulsando, como el del president Lluís Companys en el Congreso".
En el mismo marco en el que "los límites están claros", dijo, "y son la Constitución y la legalidad democrática", Sánchez dijo estar dispuesto a hablar de todo. Porque "la democracia española es una gran democracia y este martes demostró su fortaleza con los indultos".
Del "castigo" al "perdón"
Para el presidente, esa "capacidad de integración y de superación de los propios conflictos" transmite un mensaje de "calma, de sosiego y de moderación a la sociedad". Y también para "quien tenga sus reparos" y para los socios europeos.
"Para construir convivencia, hubo un momento en que lo conveniente fue el castigo, y ahora lo que es útil es el perdón", apuntaló. "Porque la clave es que hay una sentencia que es firme, que los presoso han cumplido 44 meses en la cárcel y que la pandemia nos indica que debemos unirnos para la recuperación".
Insistió Sánchez en que la falta de una sola referencia en el Consejo Europeo a los indultos "no en el plenario ni en los márgenes", deja clara la concepción de los socios europeos... y deja fuera de juego a Casado, que el jueves se reunió con los líderes y primeros ministros del Partido Popular Europeo para explicarles el porqué del rechazo del PP a una medida que, según las fuentes del Gobierno, era necesaria para "limpiar la imagen de España".