Un único compromiso explícito, pero muy importante, lanzó Pedro Sánchez a los 350 diputados, entre ellos sus socios parlamentarios de Esquerra: "Señorías, no habrá referéndum de autodeterminación. No lo habrá, salvo que nos convenzan de cambiar el artículo 2 de la Constitución. Pero ya les digo yo que el PSOE que me honro en liderar nunca jamás lo aceptará".
Sánchez había ocultado a la Cámara, en su petición de comparecencia extraordinaria en pleno, que iba a hablar de los indultos: "Comparecencia, a petición propia [...], para informar del Consejo Europeo Extraordinario celebrado el 24 y 25 de mayo y del Consejo Europeo Ordinario de los días 24 y 25 de junio de 2021, así como de la situación política y económica"... aunque todos lo sabíamos.
Así, dedicó hasta la mitad hora de su comparecencia a justificar la concesión de los indultos, a tratar de imbricarlos en "el espíritu constituyente de 1978" y a apalear, preventivamente, a "la derecha y a la ultraderecha"... bueno, en realidad sólo al PP y a Pablo Casado, único nombre que citó explícitamente, y quien le lleva más de un mes rebasando en las encuestas.
El presidente, se curó en salud asegurando que es normal que haya quien no comparte su apuesta, pero pidió comprensión. "Compartan o no mis ideas, dentro del juego democrático, comprendo bien a quien tenga reparos, sobre todo a los catalanes que se sintieron agredidos en 2017. A todos ellos, les diré que el Gobierno actuará con la máxima firmeza".
La firmeza es que en la mesa de negociación con el Govern habrá límites, y que el límite es que no se votará por la independencia, como había dicho un minuto antes. Pero también añadió que "la democracia española, aunque es de las mejores del mundo, es perfectible, y no renunciamos a reformar sus leyes, lo que haga falta". No en vano, en otro momento de su discurso, Sánchez afirmó que "actuaremos en todos los frentes" para asegurar el proyecto de "convivencia".
Moción de censura y Constitución
Pero decíamos que Sánchez se remontó a la Constitución Española para justificarse. "Demostremos que podemos hacerlo tan bien como en 1978", pidió a la Cámara. "La concordia no era sólo para las Cortes Constituyentes. La concordia es el espíritu y la letra de la Constitución".
Así había comenzado su intervención el presidente. Pero de inmediato continuó, más que explicando los motivos del indulto a Oriol Junqueras y el resto de cabecillas del procés, arremetiendo contra "quienes sabemos que pondrán problemas, porque la discordia es su proyecto político". Era un modo de colocar al PP (y a Vox y a Ciudadanos) fuera de ese espíritu de la Constitución qu él invocaba.
Pero esta vez fue más explícito en el empujón a los populares. "Señores del PP, su oposición destructiva de estos años parece que sólo les deja como alternativa una moción de censura", dijo, mirando a la bancada de la derecha. "Ustedes sólo desacreditan y siembran sospechas. Ése es su camino, pero también podrían apuntarse al de la esperanza, porque este problema lo arreglaríamos más rápido si contáramos con ustedes, pero es su decisión".
A pesar de que Sánchez y Casado llevan meses sin reunirse y casi sin hablar, el presidente aseguró que "este Gobierno no puede hacer más para que se nos unan". Y apeló al líder de la oposición: "Sigue teniendo, señor Casado, mi mano tendida para renovar los órganos constitucionales y reforzar las instituciones".
...una meción implícita a las intenciones de "desempedrar el camino" que anunció José Luis Ábalos este fin de semana, tras acusar al Tribunal de Cuentas de "poner piedras en el camino". Esa institución, cuyos vocales aún no han cumplido mandato, reclamó este martes más de cinco millones de euros por "responsabilidad contable" a Artur Mas, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Andreu Mas Colell y otros viejos responsables del desafío soberanista.
Fue en ese momento cuando casi reclamó que el PP le presente la moción de censura que, de hecho, ha despreciado -como informaba este periódico- y que, en realidad, sólo ha sugerido Vox. "Si elige el primer camino, usted verá, pero hágalo ya. Y asuma el resultado. Permita que España funcione", exhortó Sánchez a Casado, sabedor de que "los números no dan", como ya ha recordado el presidente del PP.
Admitió el presidente que su plan para el "reencuentro" en y con Cataluña será muy difícil. En la sesión de debate "porque muchos van a poner problemas hoy aquí, ya que su proyecto político es la discordia", y también en adelante. Lo demostró la respuesta inmediata en Twitter de Pere Aragonès, con el que se reunió hace muy pocas horas en Moncloa.
El president de la Generalitat, que aseguró que ambos habían acordado "que la solución será que voten los ciudadanos de Cataluña", apuntó que "hay caminos que no pasan por la modificación de la Constitución para hacer un referéndum".
"Contamos con que haya problemas", continuó Sánchez. "Pero hago un llamamiento, a todos los que están aquí en esta Cámara, para reencontrarnos con el espíritu de la Constitución, centrémonos en lo que nos une. Es un tiempo difícil, pero también apasionante".
Con corazón
A punto de enlazar con la siguiente parte de su discurso, la económica, y usando la recuperación como una de las razones para los indultos -"hemos descubierto con la pandemia cuánto nos necesitamos y ahora hace falta estabilidad y que todos participemos"-, Sánchez recurrió a las emociones, a los párrafos "con corazón" de su discurso:
"Hay un gran proyecto de país, hagámoslo por los españoles, por los catalanes y, sobre todo, por los más jóvenes. Dejémosles un país de concordia, avanzado y moderno, en el que todos puedan reivindicar sus identidades y al mismo tiempo compartir la patria de la ley, de la ciudadanía, de la igualdad, de los derechos, las libertades y las oportunidades".
Y concluyó, antes de una insistente y sonora ovación de su bancada: "Es el tiempo de trabajar en ello, es el tiempo de la política. Y el Gobierno hará política".