Isabel Díaz Ayuso cree que si Pedro Sánchez "sigue por este camino, habrá que decidir entre su futuro y el de España". Durante su reunión en Moncloa, la presidenta de la Comunidad de Madrid le ha "mirado a los ojos" y le ha preguntado "si se va a dejar engañar por los independentistas", que "son enemigos declarados de España y nos recuerdan cada día que la quieren destruir". Dice la presidenta madrileña que "Sánchez va a permitir que roben España a los españoles".
Ayuso le ha advertido contra su proyecto de ley de Seguridad Nacional "totalitaria" y, ante la prensa, ha advertido del "camino que nos lleva a un cambio de régimen constitucional". Y ha ofrecido la Comunidad de Madrid como "refugio de libertad e igualdad y respeto" para "todos los españoles" que lo necesiten "si el presidente se deja engañar por los independentistas".
El recibimiento de Sánchez a Ayuso en las escalinatas había tan a cara descubierta -nuevos tiempos sin mascarillas- como la enmienda a la totalidad de la presidenta al presidente. Ella había llegado pasados unos minutos del mediodía a Moncloa para ser recibida por Sánchez cargada de una carpeta llena de reivindicaciones y propuestas "de extrema importancia".
Respeto a la "autonomía fiscal" de la Comunidad de Madrid, rechazo absoluto al proceso después del 'procés' que el presidente ha abierto con el separatismo catalán, planes para ampliar a toda España su programa de fomento de la natalidad y la confirmación de su revuelta política a todos los niveles posibles contra las leyes de educación, la de Celaá y las que prepara Castells, que califica como el fin del criterio de mérito en la educación...
La cosa en los salones de Moncloa -ya con tapabocas- duró hora y media escasa, hasta las 13.29 horas, según Moncloa. Es decir, 60 minutos menos que con Pere Aragonès hace 10 días. Y si uno vino a Madrid reclamando un cambio de régimen, para que su Generalitat republicana lo sea a todos los efectos, la otra llegó para evitarlo, advirtiendo de los "tintes autoritarios" de Sánchez.
Ayuso planteó que ante esta situación, provocada por el propio Sánchez, dijo, le quedan dos opciones; dejarse engañar o actuar como un presidente del Gobierno de España. "Mi misión aquí ha sido preguntarle al presidente adónde va su proyecto, dónde quiere llevar a España, cuánto nos va a costar el chantaje independentista, y si va a dejarse engañar".
Según la presidenta madrileña, si el líder socialista decide lo de siempre, defender a España, "aquí tendrá al Gobierno de la Comunidad de Madrid a su lado". Pero si opta por "humillar, despedazar y hundirla a manos de los enemigos confesos, y acaba despedazando a esta gran nación, empobreciéndola o arrastrándola, que no cuente conmigo".
El ambiente, según fuentes de la Comunidad fue distendido, porque "la relación personal siempre es buena, más allá de que no hablen casi nada y no lleguen a prácticamente ningún acuerdo". Pero la presidenta dedicó, apuntan estas fuentes, toda la segunda parte de su cita a reprocharle al presidente que se "esté entregando a ese independentismo voraz", al que ha "envalentonado" con los indultos.
Según Ayuso, ese camino es "injusto para las comunidades leales con el Estado" y además, "contraproducente porque nunca se sacian, quieren secuestrar y romper España".
Éste era el segundo encuentro entre presidente y presidenta en menos de un año, después de aquella 'cumbre de las banderas' del 21 de septiembre, en la sede de la Comunidad de Madrid. Allí, ambos acordaron crear un grupo de trabajo conjunto para mejorar las relaciones entre ambas administraciones y coordinarse en la lucha contra el virus.
Pero pocas semanas después, el 9 de octubre, y a propuesta del entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, el Gobierno de la nación le impuso un estado de alarma de 15 días a Madrid.
Ayuso entonces, acusó a Illa de estar "haciendo méritos como ministro catalán que ataca a Madrid para ser el candidato socialista en las elecciones catalanas"... y se adelantó a los acontecimientos. El rumor de que el político del PSC sustituiría a Miquel Iceta como cabeza de cartel para el 14-F no estaba ni siquiera en los mentideros. Casi lo lanzó ella. Y acertó.
Hoy, Iceta es su interlocutor en el Ejecutivo, como ministro de Política Territorial -y quién sabe si futuro portavoz e incluso vicepresidente político, cuando Sánchez se decida a impulsar su esperada remodelación-. Y ella es casi 'lideresa' todopoderosa tras convocar elecciones. Rompió la legislatura, su pacto con Ciudadanos, arriesgó todo el poder para reforzarlo. Y ganó.
No tiene mayoría absoluta en la Asamblea después del 4-M, pero como si así fuera. El PP tiene más escaños que toda la oposición de izquierda junta. Y con eso le vale, como quedó demostrado este jueves con su primera ley, la de reforma de Telemadrid.