"Soy la ministra que se va más tranquila, porque lo recoge Félix... que no llega, continúa, y que tiene las dos claves para la cartera de la Presidencia: el conocimiento y la lealtad". Así se despidió Carmen Calvo de Moncloa, abrazando a su sucesor y hasta ahora, mano derecha. Pero después de las palabras de agradecimiento, y de un discurso más de candidato a cosas que de recién llegado al Consejo de Ministros, Félix Bolaños ha tomado su primera decisión: la Ley de Memoria Democrática no va este martes al Consejo de Ministros.
La exvicepresidenta Calvo tenía previsto presentarla en la rueda de prensa posterior a la reunión del Gobierno. La norma ya pasaba en segunda vuelta por las deliberaciones del Ejecutivo, informada por el Consejo de Estado y el del Poder Judicial, revisada por el equipo de Moncloa y reunidas las aportaciones de otros departamentos, como Justicia, Interior.
Pero Bolaños la quiere estudiar bien antes de asumirla como propia. El nuevo ministro de la Presidencia y Memoria Democrática ha considerado conveniente posponer la aprobación de la ley, según explican fuentes gubernamentales. Todo a pesar de haber sido un colaborador estrecho en éste y otros temas de la titular saliente: "Nos ha encargado cosas el presidente en estos años... algunas de ellas incluso sencillas", había dicho él en su discurso de intercambio de carteras.
La ya exvicepresidenta primera llevaba más de un año trabajando en esta norma, que llevó por primera vez al Consejo de Ministros, como anteproyecto, en septiembre de 2020. Casi un año después, y tras recibir los informes preceptivos, incluido uno muy crítico del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la previsión era aprobar este martes el proyecto de ley para remitirla ya al Congreso.
Sin embargo, las fuentes consultadas por Europa Press explican que el nuevo ministro considera necesario primero aterrizar en su nueva cartera, y no presentar esta ley en el Consejo de Ministros el día después de haber tomado posesión.
"Félix lo tiene todo. No va a necesitar ni suerte ni nada. Tiene todo el entrenamiento, todo el conocimiento", había sentenciado Calvo, antes de resaltar asimismo su "probadísima" lealtad. Tras la toma de posesión, explicaba la vicepresidenta saliente que su sucesor deberá sacar adelante "un tesoro" como la ley de Memoria Democrática. Pero la primera decisión de Bolaños ha sido posponer el texto.
La "crispación" del PP
En todo caso, el nuevo ministro de la Presidencia recibió la cartera con el convencimiento de que lo que está haciendo el Ejecutivo "merece la pena" frente al "ruido y la crispación" de la oposición del PP. El relevo fue "el más amoroso", dijo Calvo, y quizás el más concurrido. Junto a Bolaños estuvieron, para arroparlo, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega; las tres vicepresidentas (Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera) y hasta siete ministros (del PSOE y de Unidas Podemos).
En concreto, José Manuel Albares (Exteriores), Fernando Grande Marlaska (Interior), María Jesús Montero (Hacienda), Carolina Darias (Sanidad), Reyes Maroto (Industria), Ione Belarra (Derechos Sociales) y Alberto Garzón (Consumo). También acudió el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
Bolaños ha mostrado su sintonía "absoluta" con "el proyecto, los principio y valores" de Pedro Sánchez y ha bromeado recordando las veces que se ha alegrado de no ser ministro, apuntando que "estas cosas ni se pueden pedir ni se deben rechazar". Un comentario que se interpretó como una andanada a quien ha sido su jefe directo en estos años, Iván Redondo, aunque luego fue negado tajantemente por el nuevo ministro en una conversación informal posterior con los periodistas.
En su discurso, Bolaños ha reivindicado la obra que deja atrás el Consejo de Ministros saliente. Así, ha citado medidas como el Ingreso Mínimo Vital, los ERTE, la subida del Salario Mínimo y la gestión de la pandemia "con la única idea de salvar vidas y no dejar a nadie atrás".
En un guiño a la vicepresidenta primera, allí presente, el titular de Presidencia ha presumido de que "ahora somos el Gobierno de la recuperación, y es una recuperación que va a ser justa". Mirando a Calviño, ha asegurado que "vamos a conseguir grandes cifras económicas en los próximos años y vamos a conseguir que vaya sobre todo a los sectores que tienen más dificultades", ha añadido.