Pedro Sánchez se ha negado a calificar de "dictadura" al régimen cubano en plena campaña de represión contra las manifestaciones multitudinarias de los últimos días que reclaman "libertad" en la isla.
"Es evidente que Cuba no es una democracia, pero tiene que ser la sociedad cubana la que encuentre ese camino de progreso, de prosperidad...", ha dicho esta noche en una entrevista con Pedro Piqueras en Telecinco.
Pese a la insistencia del periodista, en tres ocasiones el presidente del Gobierno ha preferido orillar la pregunta para no hablar de "dictadura". "Son imágenes muy duras, de todo punto improcedentes", ha respondido en referencia a las detenciones y a las escenas de represión.
Según Sánchez, en este caso hay que actuar "sin injerencias, con el máximo respeto hacia la sociedad cubana". "Pero insisto, hay múltiples cuestiones que están detrás de estas manifestaciones", ha dicho.
Las declaraciones de Sánchez están en sintonía con las realizadas unas horas antes por la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, que se ha estrenado en el cargo negándose a responder hasta en cuatro ocasiones a la pregunta de si la comunista Cuba es una dictadura. "Estamos siguiendo con honda preocupación lo que está ocurriendo, y tomaremos las decisiones que sean oportunas", ha declarado.
Aunque tibias, sus manifestaciones difieren de las realizadas por distintos cargos públicos de Unidas Podemos, que han defendido sin complejos al régimen castrista, casos de la diputada Aina Vidal o Alejandra Jacinto, portavoz adjunta en la Asamblea de Madrid.
Crisis de gobierno
Tampoco ha sido más explícito el presidente del Gobierno a la hora de dar razón de los cambios de sus ministros, que se ha negado a calificar de ceses: "Los relevos se dan en todas las organizaciones... y eso también ocurre en política, y es natural". "No son ceses, son cambios necesarios porque la tarea que tenemos que hacer ahora es distinta", ha añadido.
Sánchez ha querido dar normalidad a los cambios, aun cuando se le ha insistido en que aclarase particularmente los de José Luis Ábalos e Iván Redondo, dos de los pilares del anterior Ejecutivo. "Los relevos se tienen que producir en todos los equipos, sobre todo cuando entramos en una nueva etapa", ha señalado.
En el caso de Ábalos, apartado del Ministerio de Transportes pero también de la dirección del PSOE, se ha limitado a decir: "José Luis Ábalos ha sido muy buen ministro y un gran secretario de Organización, pero estamos en una nueva etapa de recuperación y modernización". Y, ante la insistencia del periodista, ha manifestado que las crisis de gobierno "siempre dan para mucha literatura en los medios de comunicación".
Al interesarse Piqueras por el también sorprendente caso de Iván Redondo, exjefe ya del Gabinete de la Presidencia, Sánchez ha esquivado la respuesta asegurando que centrarse en algunos nombres sería injusto, pues se hablaría de unos y no de otros. El presidente del Gobierno se ha centrado una y otra vez en justificar los cambios por el hecho de que comienza otra etapa: "Estamos en una nueva etapa y eso implica nuevos equipos".
Sánchez asegura que las incorporaciones para dirigir esa tarea responden a un triple criterio: "personas vinculadas con la política local", perfiles "más jóvenes pero con experiencia acreditada" y, por último "una aportación más feminista". En este punto, ha presumido de que España es "el país de la Unión Europea con más mujeres en el Gobierno, lo cual nos convierte seguramente en el que más mujeres incorpora en el mundo".
Sobre la polémica en torno al ministro Alberto Garzón, que criticó el consumo de carne, Sánchez ha evitado pronunciarse acerca de si lo hubiera cesado, en el caso de pertenecer al ala socialista del Ejecutivo. "Yo lo que creo es que un gobierno progresista no tiene que regañar a la ciudadanía, sino acompañarla, y el sector agroalimentario es fundamental", ha subrayado.