Pablo Iglesias ha roto su silencio. Más de dos meses después de abandonar la política, tras fracasar su incursión en las elecciones madrileñas, el exvicepresidente segundo del Gobierno y exlíder de Podemos ha reaparecido para aseverar que su marcha "no es una derrota" ante "el Estado profundo" porque "tenía que irme donde fuera más útil".
Así se ha expresado Iglesias en una entrevista concedida este lunes al diario italiano La Stampa, en la que reivindica su legado en la política española por conseguir que el PSOE de Pedro Sánchez "no se aliase con la derecha", en referencia al Ciudadanos de Albert Rivera que pudo haber conformado un Gobierno de coalición alternativo.
El exdirigente morado ha detallado en la primera entrevista que concede tras el pasado 4 de mayo que seguirá trabajando donde su aportación sea más necesaria. Esto es, "como militante de base". Y se ha mostrado confiado en que los nuevos liderazgos femeninos de Unidas Podemos ayudarán a ensanchar su espacio político.
En esta línea, ha opinado que hay poderes que han intentado "destruirles" gracias a "estrechos vínculos" con los poderes mediáticos: "Sabíamos que el poder no toma prisioneros y defiende privilegios, y cuando la democracia cambia el equilibrio de poder alguien deja de ser democrático".
Iglesias ha decidido romper su silencio con motivo del aniversario de las manifestaciones del G8 en julio de 2001, a las que él acudió. De hecho, el diario italiano ha rescatado una imagen inédita del exvicepresidente segundo con 22 años vestido como miembro del movimiento dei disobbedienti.
"En Génova, como en Madrid, las ideas y el poder siempre chocan", ha asegurado Iglesias en relación a la contracumbre del G8 que se celebró en la ciudad portuaria del noroeste de la región italiana de Liguria, que resultó en violentos incidentes entre la policía y los manifestantes.
"Desafiar el poder"
De su estancia en el Gobierno de España durante casi año y medio, Iglesias ha destacado que "cuando algunas ideas llegan a la cima" tienen que "chocar con el poder". Y es que, en su argumentario, alcanzar el gobierno "no significa tener el poder, sino desafiar el poder con más herramientas".
También ha especificado que gobernar significa "enfrentar muchas contradicciones" -rehaciendo la frase que él popularizó- y ha asegurado que su salida es el "precio político" de alcanzar acuerdos con las fuerzas separatistas vascas y catalanas, así como cerrar la opción de que el PSOE "vuelva a aliarse con la derecha".
El exdirigente de extrema izquierda ha reaparecido tras más de dos meses alejado de los focos mediáticos. Según ha publicado este periódico, Iglesias, ya apartado de la política, habría mantenido "varias conversaciones" con Pedro Sánchez durante las últimas semanas para negociar la revolución en el seno del Consejo de Ministros.