Hierve Madrid desde Cibeles hasta Callao. Miles de cubanos exiliados, ciudadanos simpatizantes y líderes políticos se movilizan con un mensaje nítido y contundente: que cese la represión en Cuba tras 62 años de dictadura. Democracia y libertad.
El termómetro ronda los 30 grados, nada insufrible para los estándares capitalinos de este estío, y corre como un viento de libertad que insufla el alma de quienes, como Yotuel Romero, llevan años combatiendo la dictadura cubana. "Sólo le pido al gobierno español que en el momento más difícil de Cuba no nos abandone", grita subido a un auto el cantante y líder de la disidencia cubana en Miami y España.
Los presentes no entienden que el Gobierno de España, ausente en la concentración, se limite a decir que Cuba "no es una democracia" y no se atreva a pronunciar la palabra "dictadura". "¡Sánchez, dilo, Cuba es dictadura!", corean los asistentes, que piden "libertad para los presos políticos" que están siendo detenidos y encarcelados mediante juicios sumarísimos.
Una situación que sí condena con firmeza el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que impuso el pasado jueves una serie de sanciones al ministro de Defensa cubano, Álvaro López Miera, y a la Brigada Especial Nacional por la "represión" de las protestas "pacíficas y democráticas" que se suceden en la isla.
"Abajo el comunismo", "abajo la dictadura", "viva la democracia" o "Cuba sí, Castro no" son algunas de las consignas más repetidas en una protesta que no sólo destaca por su afluencia masiva, sino por la disciplina cívica de los manifestantes, que dicen haber "perdido el miedo" pero no los modales.
Es el caso de Jorge Luis, exiliado desde hace más de veinte años en Madrid proveniente de San Antonio de los Baños, que confiesa a EL ESPAÑOL estar "por primera vez esperanzado": "Esos malnacidos van a pagar lo que le han hecho a la patria mía".
PP, Cs y Vox
Junto a miles de cubanos como él, españoles que se solidarizan y algunos dirigentes de Partido Popular, Vox y Ciudadanos. Entre ellos, el presidente popular Pablo Casado, que se deja ver junto al preso político más famoso de la tiranía de Nicolás Maduro, Leopoldo López. "Claro que Cuba es una dictadura", asiente el líder del PP.
También ronda la escena Rocío Monasterio, envuelta en una bandera de la estrella solitaria, que se complace al ver cómo el pueblo "que lleva 62 años adoctrinado en el patria y muerte" hoy grita "patria y vida". Y manda un recadito a Pedro Sánchez sirviéndose de la grabadora del cronista: "Tenemos derecho a que todos los países y todos los gobiernos digan que Cuba es una dictadura".
Todos visten de blanco, color símbolo de la paz, pues el tono de la manifestación es ese: solidaridad y esperanza. Acaso el grito de Ernesto, exiliado de 32 años cuya familia aún vive en Cuba, es la mejor veleta para entender los vientos de cambio: "Por fin vemos la luz al final del túnel; por fin voy a poder volver a abrazar a mis padres".