El exministro López Aguilar, en la playa.

El exministro López Aguilar, en la playa. LINA SMITH

Política CUANDO SE LE CAE LA TOALLA

López Aguilar: "Yo soy mi adversario, no quiero saber nada de mí hasta septiembre"

"La broma es tentadora, pero no me pondría mascarilla en una playa nudista" / "Lo mejor del verano es el anonimato y la barba" / "Se me cayó la toalla sentado en el maletero del coche mientras me ponía el bañador".

19 agosto, 2021 02:48

Juan Fernando López Aguilar es caricaturista desde crío. Además de eurodiputado por el PSOE y exministro de Justicia. Como el verano lo permite (casi) todo, vamos a intentar dibujar su viñeta con unas cuantas letras.

Nos lo pone fácil. Está relajado. Cuando ha estado en la montaña de vacaciones, soñaba que estaba en la playa, "que era donde debía estar". Lo mismo baila una conga que coordina un libro sobre Juan Negrín, presidente del Gobierno en los momentos más difíciles de la República.

Dos negaciones para terminar de apuntar el retrato: no se pondría mascarilla en una playa nudista y no cree que sea más fácil veranear siendo de derechas.

¿Cuáles han sido sus chanclas más horteras?

Creo que me las compró Sandra, mi mujer, hace apenas dos domingos: fuimos a darnos un baño en Radazul, Tenerife, pero se me olvidaron las mías, las que uso en casa. Ella me compró unas allí mismo, en una de esas tiendas de artículos y cachivaches de playa. Costaron unos tres euros. Unos colores imposibles...

¿Y el bañador que más le costó tirar?

Me costó tanto tirarlo que no fui yo quien lo tiró a la basura: lo hizo Sandra, por supuesto, aunque a mí me pareciera que estaba casi nuevo.

Un lugar en el que no volvería a veranear jamás.

En una isla caribeña sin loción antimosquitos ni mosquitera de rejilla que blinde balcón y ventanas.

El destino de veraneo que más feliz le ha hecho.

Un hotel de entretenimientos y toboganes infantiles en República Dominicana, con Sandra y nuestros tres pequeños.

¿Qué le diría hoy a su primer ligue de verano?

“Perdona, ¿nos conocemos?”.

Su mayor locura en una playa.

Bailar una conga con los niños y con Sandra... tras pasar un día al sol trasegando margaritas y releyendo el Quijote hasta partirme de risa.

¿Y en la montaña?

Soñar que estaba en la playa, que era donde debía estar.

¿Se pondría mascarilla en una playa nudista?

La broma, aunque tentadora, es demasiado fácil, pero casi mejor: no.

Lo mejor y peor que le ha pasado yendo de campamento.

Lo mejor, seguramente, velar largas noches enteras siendo apenas unos niños en destartaladas tiendas de campaña, cantando con nuestras guitarras, escuchando chistes y riendo con mis amigos de infancia y mis hermanos. Aunque hace ya tanto tiempo, nunca lo he olvidado.

Lo peor, probablemente, que en una de esas acampadas, Javier, mi hermano menor, se rompió una pierna estando todos entonces demasiado lejos de todo... y de casi todos.

El sitio más incómodo en el que se le ha caído la toalla.

Sentado en el maletero del coche mientras me ponía el bañador. Me gustaba hacerlo nada más llegar de Bruselas, sin pasar antes por casa.

¿Es más fácil veranear siendo de derechas?

En mi experiencia, desde luego, no.

Una canción del verano que todavía escuche.

Tengo una lista de canciones que me gusta escuchar en verano. Help, o The night before, de The Beatles; Hotel California, de Eagles; El blues del autobús, de Miguel Ríos; Y nos dieron las diez, de Joaquín Sabina; No tocarte, de Radio Futura; Nada que decir, de Fito&Fitipaldis; y ¡Un Rayo de Sol, de Los Diablos!

En el verano se compran cosas absurdas. ¿Qué compra usted?

Raquetas y pelotas; pelotas y raquetas... y lápices de colores, gomas de borrar y afiladores, pinceles y blocs de hojas blancas para dibujar, siempre, con los niños.

¿Alguna vez ha comprado en el top manta?

Creo que no; no que yo recuerde ahora.

¿Le gusta la sangría?

Francamente, ¡sí!

Lo peor del verano del político es…

El síndrome de abstinencia de la sobreinformación.

Lo mejor del verano del político es…

El anonimato... y la barba.

¿Alguna vez ha llegado a las manos con alguien?

En el sentido en que pregunta, no. En sentido figurado, Sandra bromea desde siempre con esa expresión para referirse a la primera vez que nos acariciamos.

Qué libros va a aprovechar para terminar.

A propos of Nothing, de Woody Allen; Los que le llamábamos don Manuel, de Josefina Carabias.

¿Va a pasar algún día con un adversario?

Conmigo mismo... ¿Le parece poco?

¿De quién no quiere saber nada hasta septiembre?

De mí mismo... ¿Le parece poco?