En la Casa Real se ha acabado el verano de golpe. Vuelven a los titulares las investigaciones a Juan Carlos I por su fortuna oculta y sus regularizaciones fiscales y, aunque "ha pasado mucho tiempo", son recibidas en Zarzuela como lo que son, noticias que "hacen tanto daño como si fueran de ahora". Así lo expresa una fuente cercana al equipo de Felipe VI.
Lo cierto es que las supuestas conclusiones del fiscal del Tribunal Supremo no son tales, según una nota de la Fiscalía General del Estado. Y que la historia publicada por un periódico nacional tiene otra versión, que no disculpa al Emérito pero que le da otro tinte al tema y es con lo que se quedan, de forma no oficial, dentro de Zarzuela.
"Lo que sacan es un informe de febrero para pedir información a Suiza que ya está remitida. Se omite que todo apunta a que no habrá querella porque no hay ninguna prueba que acredite el cobro de comisiones. Nadie disculpa al Rey anterior, pero lo cierto es que no va a existir querella", insiste la misma fuente.
"La publicación de esto hace igual de daño como si fuera de ahora, pero ha pasado ya mucho tiempo. Nadie se va a quedar con la idea, que es que no va a haber querella... da igual, hace muchísimo daño", aclara esta persona del entorno del Monarca.
Según la Fiscalía, no hay novedad respecto a la investigación sobre el origen de la fortuna oculta de Juan Carlos. Rechaza haber concluido la comisión de delitos o la misma procedencia de la fortuna en comisiones ilícitas. Y aclara que en el escrito a la Fiscalía suiza se incluían, como es preceptivo, "todos los posibles ilícitos que son objeto de investigación" en el marco de una "solicitud de información" a sus compañeros de Suiza.
Pero Zarzuela ha reaccionado con hartazgo: "Da igual lo que hagas, trabajas para casi nada, porque esta serie de noticias que saltan una y otra vez, destroza la imagen de la Jefatura del Estado", comenta una persona cercana al equipo del Monarca.
Que iba a ser un principio de curso complicado es algo que tenía claro en Zarzuela. Tras la marcha de la Princesa de Asturias a Gales, la parte amable de la vuelta al cole ha tocado a su fin para los Borbón Ortiz y el Jefe del Estado vuelve a las trincheras.
Son varias las guerras que tiene abiertas para afrontar este otoño, pero una vez más, el fuego amigo, el de dentro de su propia casa, es el que más daño le causa. A pesar de estar a más de 8.000 kilómetros de distancia, en su exilio forzado de Abu Dabi, Juan Carlos sigue siendo el principal problema del reinado de Felipe VI, un pasado que no termina de serlo y que vuelve cada cierto tiempo para darle munición a los enemigos del Rey.
"Es un campo de minas. Cada cierto tiempo estalla una y causa más bajas que cualquier otro problema".
En el escrito enviado a Suiza, el teniente fiscal del Alto Supremo, Juan Ignacio Campos sostiene que el padre de Felipe VI amasó su fortuna mediante el cobro de "comisiones y otras prestaciones de similar carácter en virtud de su intermediación en negocios empresariales internacionales". Así lo manifiesta en el rogatorio que ha hecho a las autoridades suizas para seguir con su investigación.
Campos lidera este tema con el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, y un equipo de fiscales del Supremo. En febrero, que es la fecha de su escrito, disponía de "elementos indiciarios de que los fondos que son objeto de investigación" pueden tener procedencia ilícita. Por ello, advierte de la posible comisión de al menos cuatro delitos: "Blanqueo de capitales, contra la Hacienda Pública, cohecho y tráfico de influencias".
Los medios que hayan llamado a Casa Real para obtener una reacción de Zarzuela en respuesta a las últimas noticias publicadas, han obtenido una respuesta de indignación por parte del departamento de comunicación de la Jefatura del Estado. "Ese asunto no es cosa nuestra, ¿quieres algo del momento presente?", han contestado a todo el que ha preguntado.
Mientras Juan Carlos sigue pidiendo su vuelta -cierto que ahora con menor intensidad-, su hijo, Felipe VI, continúa librando una batalla agotadora contra el pasado de la institución, aunque los que ataquen en este momento sean ya fantasmas más que enterrados.