Los jueves suelen ser los días valle de las semanas. Todas las reuniones para impulsar proyectos de trabajo ya se han hecho, y queda poco ya para cerrar asuntos... no suele ser un día de actos sociales. Y quizá por eso, por la poca competencia ante las cámaras, la nueva estrategia de enseñar al presidente del equipo de Moncloa que trata de mostrarlo como el Pedro Sánchez "de la recuperación justa", lleva ya cuatro semanas paseándolo por provincias: los montes quemados de Ávila, un hogar de mayores en Navalmoral de la Mata (Cáceres), un centro de vacunación en Guadalajara y ahora un Centro de FP de Gijón.
Eso sí, sin preguntas incómodas. Nada de actualidad que cuestione la convocatoria urgente para este viernes de una comisión contra los delitos de odio motivada por un acto alarmante que resultó ser falso. Al que, por cierto, ha dedicado las primeras palabras de la comparecencia. No para disculparse, sino para reafirmarse.
"Es verdad que la denuncia del barrio Malasaña fue falsa", ha reconocido. "Pero una denuncia falsa no puede impedir describir lo que es verdad. La realidad que sufren personas de diferentes orientaciones sexuales por ser como son. Este Gobierno tiene el compromiso de seguir poniendo encima de la mesa medidas contra el incremento de delitos de odio que estamos sufriendo en los últimos años".
Nada de dar explicaciones sobre la posible destitución o dimisión de su ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. Y, menos aún, arriesgarse a que caiga alguna cuestión a propósito de la Diada y la mesa de negociación.
Porque la semana que viene el paseo tocará Barcelona, seguramente. Y ya no podrá ser una visita más dentro de la campaña que empolva los zapatos de Sánchez en "la recuperación económica para todos". Ya no se podrá desviar más el "debate territorial" para que ese sintagma deje de significar "desafío separatista" y pase a aplicarse al "reto demográfico". No.
Al presidente lo esperan en la capital catalana porque hay que "reanudar el diálogo" con el independentismo en la mesa a la que lleva año y medio sin pasar el polvo. Desde febrero de 2020, cuando existía Quim Torra y no la pandemia. Allí le aguarda otro president, Pere Aragonès: "No contemplo que no venga el presidente de España", dijo este miércoles en Valencia.
Pero entretanto, y en la semana en que el Consejo de Ministros aprobaba la Ley de FP, Sánchez visitaba el Centro Integrado de FP La Laboral, en Gijón. El acto coincide -tampoco casualmente, claro- no sólo con la remisión a las Cortes del texto legislativo, sino con la apertura del curso escolar y académico en Asturias.
El presidente ha aprovechado para sacar pecho por una ley de Formación Profesional que acaba con los adjetivos (simplemente será dual) y por el número de títulos acreditativos de experiencia profesional expedidos desde su llegada a Moncloa: medio millón. En contraste, ha destacado, con los 3.000 de la década anterior. También por la ampliación de 120.000 plazas de FP y por la inversión que acompañará al nuevo documento legislativo, que alcanzará los 5.500 millones de euros, de los que 1.200 millones procederán de los fondos europeos.
A continuación, Sánchez ha puesto el broche a su declaración sin preguntas con una oda a la iniciativa y a las posibilidades que abre a la juventud: "Cuando hablamos de educación y de FP, hablamos de oportunidades. De ascensor social. De jóvenes que desarrollan todas sus capacidades. De jóvenes libres y autónomos, con capacidad para comprender el mundo que viven, crear empresas y trabajar en el oficio al que quieran aspirar. Hablar de FP es hablar de futuro".
En su visita, estaba acompañado por las ministras de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría; la de Industria, Reyes Maroto; el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón; y la alcaldesa de Gijón, Ana González (ambos socialistas).
Antes de presentarse, un jueves más, rodeado de sonrisas y huérfano de preguntas, el presidente realizó una visita a los talleres de Industria 4.0, Digitalización, de Madera y Mueble de La Laboral y un encuentro con representantes de la comunidad educativa del Principado. Finalizará la visita con una declaración institucional ante los medios de comunicación.
Posteriormente, Pedro Sánchez tenía previsto desplazarse hasta la fábrica DuPont, una compañía química dedicada a la fabricación de fibra ignífuga que da trabajo a casi 600 personas, la mitad de las cuales está graduada en FP, dentro de las ramas de eléctrica, mecánica y química.