Sánchez encarga a sus diputados arrebatar al PP el mensaje de que es quien 'saca a España de las crisis'

Pero Pedro Sánchez está convencido de dos cosas: la primera que la recuperación, con la ayuda de los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE), es una realidad que será cada vez más perceptible para los españoles, y la segunda que los socialistas pueden arrebatarle al centroderecha, o al PP más en concreto, la idea de que son ellos quienes mejor capean las crisis económicas. 

Ese es el mensaje que el presidente del Gobierno priorizaba esta semana durante su discurso ante los grupos socialistas en el Congreso y el Senado: "Quisiera compartir con todos vosotros y vosotras una comparación con la gestión de la crisis financiera de 2008. Con un Gobierno conservador, como hubo entonces [en aquel año el socialista José Luis Rodríguez Zapatero estaba al comienzo de su segundo mandato, que terminó en 2011, cuando el PP volvió al poder] la recuperación fue lenta, fue injusta, y hubo casos de corrupción que todos tenemos en nuestra memoria. Se tardaron más de 10 años en recuperar los niveles previos al PIB y también los niveles previos de empleo a la crisis financiera. Hoy estamos tardando un poquito más de un año en recuperar los niveles previos de PIB". 

El panorama descrito por el secretario general del PSOE a sus diputados y senadores es, a su juicio, totalmente distinto del actual, ya que "donde hubo recortes, hoy hay defensa de lo público; donde hubo corrupción, hoy hay ejemplaridad; donde hubo devaluación salarial y también de pensiones, hoy hay un compromiso inequívoco de subir el Salario Mínimo Interprofesional y también de revalorizar las pensiones" afirmaba entre aplausos de sus parlamentarios. 

Para que el mensaje no cayese en saco roto, posteriormente al encuentro -que servía también para escenificar el relevo entre Adriana Lastra y Héctor Gómez en la portavocía en la Cámara Baja- tanto la cuenta oficial de Sánchez en Twitter como la del PSOE lo replicaban en varios mensajes, resaltando esas ideas fuerza sobre la recuperación y lo ocurrido hace más de una década.

En definitiva, y seguramente porque Sánchez tiene en mente el precedente de Zapatero, forzado en 2011 a adelantar las elecciones y a renunciar a ser el candidato del PSOE, dejando paso a Alfredo Pérez Rubalcaba, el líder de los socialistas confía en que la recuperación y las medidas del llamado "escudo social", como los ERTES o las ayudas a los autónomos, así como las citadas decisiones sobre SMI y pensiones, cimenten su futura superviviencia política.

Remontar las encuestas

Fuentes socialistas aseguran que los últimos datos adversos de la demoscopia, con varias encuestas señalando ya la posible mayoría para gobernar de PP y Vox en 2023, no lo son tanto. Sobre todo, advierten, si se observa que en realidad no hay trasvase entre bloques ideológicos, sino más bien un crecimiento de la abstención del electorado de izquierdas. Algo que podrá revertirse, esa es la esperanza de los estrategas de Moncloa y Ferraz, en esta segunda mitad de la legislatura que comienza este otoño.

Precisamente con ese fin están diseñandos los cambios tanto en el Gobierno como en el Partido Socialista. Se acabó la hora de la política de impactos mediáticos o de la competición con Podemos por el electorado de la izquierda, que marcaron perfiles como el del ex jefe de Gabinete, Iván Redondo. Ahora priman gestores como el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, o perfiles "ortodoxos" como el de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. También antiguos dirigentes del 'socialismo pata negra' que antes habían quedado orillados de la gestión diaria como el sustituto de Redondo, Óscar López. 

Una alineación política con la que Sánchez espera alejar el mantra, así lo consideran los socialistas, de las formaciones de centroderecha como el PP con las que mejor puede pilotar la nave de España en la tempestad de una crisis económica o, incluso, de una dificultosa recuperación.