Pedro Sánchez anunció este lunes que tenía la intención de "presidir la delegación del Gobierno de España en la mesa de diálogo" con el Govern de Cataluña. Sin embargo, este periódico ha podido confirmar en fuentes de Moncloa que su desplazamiento a Barcelona, este miércoles, se limitará a ser testimonial. Sánchez se tomará un café con Pere Aragonès, se hará la foto, ambos acordarán la agenda y los equipos de trabajo... y luego el presidente del Gobierno dejará que sean sus ministros los que se reúnan con la delegación de la Generalitat.
Así, el lado catalán de la mesa tampoco será presidido por el president, que hará lo mismo que Sánchez. Eso sí, la mesa aún está en riesgo de no acabar reuniéndose a 24 horas de celebrarse. Y eso es así después de que Junts boicoteara lo previamente acordado con Moncloa y entre los dos partidos independentistas: que serían consellers los integrantes de la delegación catalana.
El partido de Carles Puigdemont ha designado a Jordi Sànchez y Jordi Turull, ambos condenados por el 1-O y a Miriam Nogueras, diputada en el Congreso de Madrid.
Las negociaciones han sido duras desde hace un mes, a la vuelta de verano, entre los equipos de ambas partes, tal como ha podido confirmar este periódico en fuentes de Moncloa y del Palau de la Generalitat. Hace una semana, desde Presidencia del Gobierno se insistía en que no estaban cerrados los detalles: ni la fecha, ni la composición de las delegaciones ni la agenda del encuentro. Y que ése era el orden por el que Moncloa quería irlos cerrando.
Boicot de JxCat
Ahora ya se saben dos de esos puntos: será este miércoles por la tarde y se sentarán seis ministros frente a una delegación catalana que no será toda de consellers. Pero de la agenda sólo se conoce que habrá dos momentos: el del saludo, con los dos presidentes, y el de trabajo, en el que Yolanda Díaz, Félix Bolaños, Isabel Rodríguez, Raquel Sánchez, Miquel Iceta y Manuel Castells se queden solos.
Y es que enfrente podrían estar dos de los convictos e indultados por el golpe del 1-O. Sànchez y Turull, además de Nogueras, como representantes de JxCat. Es decir, el exlíder de la ANC y hoy secretario general del partido de Puigdemont, el exconsejero de Presidencia cuando la declaración unilateral de independencia y ahora vicepresidente de la formación independentista exconvergente, y la portavoz de la formación en el Congreso.
Todo este galimatías es el que pretendía evitar Moncloa dilatando el anuncio de la presencia o no de Pedro Sánchez en la mesa. Una fotografía del presidente del Gobierno ante dos de sus indultados no era admisible. Y se ha esperado hasta desencallar este pacto de mínimos entre ambas delegaciones para anunciar los nombres. "Estamos seguros de que Pere Aragonès lo solucionará", apuntan ahora fuentes de Moncloa. "Todo el mundo sabe que es una mesa de gobiernos, y lo que eso significa".
"No tienen palabra"
Fuentes de Junts per Catalunya confirman a este diario que "desde esta formación, siempre hemos sido muy escépticos sobre los posibles resultados de este diálogo". Es más, el partido de Puigdemont lo hizo constar incluso en el acuerdo de Gobierno con ERC, en el que se comprometían a impulsar la mesa sólo durante dos años, sin confiar en que diera frutos, y a la espera de que Aragonès se someta a una cuestión de confianza al cumplir dos años como president.
La semana pasada, el propio Jordi Sànchez calificaba a Pedro Sánchez de "carente de palabra" por la retirada de las inversiones en el Aeropuerto de El Prat, para la ampliación de sus instalaciones. Mientras, Moncloa señalaba a "la posición equívoca y hasta de boicot" del propio Govern con el proyecto.
En el seno de ERC han sentado muy mal la elección de nombres para "la negociación con el Gobierno del Estado" por parte de JxCat. Hace una semana, ambas partes confirmaban a este periódico que "los interlocutores serán consellers, porque es una mesa de gobiernos". Y así se había transmitido a Moncloa desde Esquerra, que era la parte negociadora con Madrid.
Sin embargo, una vez confirmada la presencia de Sánchez, JxCat ha elevado la apuesta, mostrando unas cartas ocultas. Aunque lo cierto es que, a toro pasado, se puede colegir que estas intenciones ya se podían intuir cuando hace una semana el propio Jordi Sànchez comunicaba a Pere Aragonés que su partido no nombraría delegación hasta que ERC consiguiera confirmar que el presidente del Gobierno acudiría a la mesa.
Por el momento, la reanudación de la negociación no puede empezar con menos confianza entre las partes. Las dos están divididas: ERC y Junts no creen en lo mismo y se traicionan a la que pueden, como en la ampliación de El Prat; mientras, desde el Gobierno de la nación, el lado socialista se niega a hablar de autodeterminación y de amnistía, mientras que los representantes de Unidas Podemos defienden que ésa es la vía de la solución al "conflicto político".
Moncloa dice que así no
Por ahora, sólo hay una cosa clara, que Sánchez y Aragonés inaugurarán este miércoles la nueva etapa de la mesa de diálogo entre sus dos Ejecutivos, aunque ambos sólo se quedarán al principio de la reunión, que tendrá lugar en Barcelona a primera hora de la tarde. Después, se marcharán.
Eso sí, según Europa Press, los dos mandatarios serán los encargados de prefijar los objetivos y abordar la metodología de la mesa de diálogo en esa cita previa mano a mano, antes del encuentro ceremonial de la mesa de diálogo. A ese acuerdo han llegado Moncloa y Esquerra para salvar la cita.
Moncloa deja claro que la mesa de diálogo es un foro "entre Gobiernos". Aunque afirma ser respetuosa con que Govern confirme quiénes son los miembros de su delegación. Lo cierto es que ERC rechaza de plano a Sànchez y Turull, ya que Madrid sólo lleva ministros, y Moncloa ya se ha comunicado con el Palau: así no.
Pero ya en la primera, y hasta ahora única, reunión de esta mesa, la delegación catalana ya llevó a varios representantes que no formaban parte del Consejo de Gobierno. Las cosas cambian...