Díaz se apunta la mesa del SMI como una victoria ante Calviño y acelera por el desajuste de la inflación

Díaz se apunta la mesa del SMI como "una victoria" ante Calviño y acelera por el desajuste de la inflación

Política PSOE-PODEMOS

Calviño ordena acelerar los Presupuestos y el PSOE ya tiene equipos técnicos para negociar con ERC

Se arriesga a aprobarlos sin pactar con Podemos al acelerar para que vayan al próximo Consejo de Ministros "o una semana más, como mucho".

27 septiembre, 2021 01:48

La orden llegó este martes desde la vicepresidenta primera y jefa de la política económica del Gobierno, Nadia Calviño: los Presupuestos Generales del Estado deben ir al próximo Consejo de Ministros, el último del mes. Y como mucho, podrían retrasarse una semana más, al 5 de octubre. Pero ni un día más "porque hay muchos compromisos que cumplir con Bruselas y, en caso contrario, no llegamos".

De hecho, de la reunión de este pasado martes entre Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, con Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ya se acordó la formación de grupos de trabajo para lograr el voto de los republicanos en el Congreso.

Así lo confirman fuentes de Esquerra a este periódico: "Negociar unos Presupuestos requiere de un equipo técnico que los analice, y de un equipo político que englobe a los diputados en Madrid con Govern".

El argumento de las prisas es el que transmiten fuentes del Gobierno... fuentes socialistas, se entiende. Porque en Unidas Podemos el repentino acelerón ha sorprendido, incluso han enfadado. "Es absolutamente imposible, tal como van las cosas no da tiempo", argumentan en el ala morada del Ejecutivo. "O nos convocan de una vez a reuniones diarias, o dicen sí a todo lo que pedimos de golpe... o llevan al Consejo de Ministros un proyecto de Presupuestos sólo del PSOE".

Desconfianza por experiencia

Ése es el verdadero riesgo ahora mismo, porque tal como han confirmado públicamente tanto Ione Belarra -ministra y líder de Podemos- y Yolanda Díaz -vicepresidenta y cabeza del ala morada del Gobierno- "los Presupuestos están muy lejos del acuerdo". Como el año pasado, las dos herederas de Pablo Iglesias aprovecharán la negociación para apretar al PSOE. El objetivo, forzar a los socialistas a que "cumplan lo que está firmado".

Entonces, el compromiso que se arrancó fue el de que la Ley de Vivienda incluyera la intervención del mercado de los alquileres, para ponerles precios tope, y la mejora del Ingreso Mínimo Vital (IMV) "que funciona muy mal", según remarcó este martes Pablo Echenique. En este curso lo que toca es subir impuestos, según Podemos, "como está firmado".

Es decir, más presión fiscal a las empresas, y "un esfuerzo a los que tienen más" para "poder financiar el escudo social"... es decir, la prestación universal por cuidados de la Ley de Familias de Belarra.

Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, y la delegación gubernamental, reunidos con la de ERC, liderada por Gabriel Rufián.

Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, y la delegación gubernamental, reunidos con la de ERC, liderada por Gabriel Rufián. Moncloa

Pero como la Ley de Vivienda no ha salido todavía del Ministerio de Transportes -precisamente porque el PSOE alega que "es mejor otra vía para contener y bajar los alquileres"- ni se ha abordado reforma alguna en el IMV -sólo esbozos-, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso recuerda que "nadie entendería que firmáramos nada sin verse cumplidos los compromisos de hace un año".

La coordinación de los morados con los independentistas catalanes es evidente en este punto. Las fuentes de ERC añaden a este diario que "hace falta voluntad para sacar los PGE adelante". Es decir, que el Gobierno retire el recurso al Tribunal Constitucional contra la ley de Vivienda catalana... precisamente porque se apruebe ya la estatal que ampare los precios tope a las rentas en "zonas de mercado tensionado".

Muy lejos o muy cerca

El estado del borrador, en todo caso, es diferente según a qué parte del Gobierno se consulte. Para Hacienda afirma que está avanzado "a un 80% o 90%" y que ya sólo faltan detalles, que se cierran con Unidas Podemos "y el resto de aliados parlamentarios".

Sin embargo, las fuentes de los morados afirman que la ley de Presupuestos Generales del Estado aún está en el primer borrador. Y la exigencia clave en este curso es añadirle "más ambición fiscal" de la que ven en el PSOE. Es decir, impuesto de sociedades al 15% mínimo y una subida del IRPF "para los más ricos", es decir, a las rentas superiores a 130.000 euros anuales, como consta en el acuerdo de coalición...

Pero aunque Hacienda admite que "se puede discutir", Calviño dice "no", a la espera de las conclusiones de la comisión de expertos. Ese equipo, reunido por María Jesús Montero al amparo de su Ministerio -y para equilibrar "lo firmado" con "las nuevas circunstancias socioeconómicas impuestas por la pandemia y la recuperación ya en marcha"-, debe proponer un catálogo de reformas en febrero de 2022.

Y el PSOE no piensa entregar la carta fiscal a Podemos, al menos antes de sentarse a jugar.

Doble negociación

La ley más importante del año es conocida así porque bajo su manto se tejen las guías de la política que el Ejecutivo desplegará en 2022. Y al ser éste el Gobierno con el menor apoyo parlamentario de la democracia, la negociación de las cuentas públicas precisa de un doble liderazgo. El primero, en los números, el Ministerio de Hacienda de Montero que discute con Nacho Álvarez (Podemos). Y el segundo, en lo político, el de Presidencia de Bolaños, que ya ha cerrado su ronda de contactos con los grupos parlamentarios.

Las citas de la primera no parecen avanzar, aunque este año se adivinan menos "líneas rojas" en los socios morados. Mientras, las reuniones del otro último ya van dando los frutos esperables:

"Inmovilismo absoluto y oscurantismo", tras la cita con Cuca Gamarra (PP), "porque están buscando pactos para mantener el 'gobierno Frankenstein' y seguir en Moncloa, no para resolver los problemas de los españoles". Y, al contrario, sensaciones "positivas" del lado de ERC y EH-Bildu. Los independentistas catalanes y los separatistas vascos ofrecieron su "actitud responsable, dialogante, constructiva pero exigente en la negociación sobre los Presupuestos".