Cerrar las mezquitas "fundamentalistas", expulsar "inmediatamente" a los inmigrantes ilegales y derogar la Ley de Eutanasia o la del aborto libre. Esos son algunos de los ejes que vertebran la Agenda España con la que Vox plantea una alternativa al "globalismo" de la Agenda 2030 impulsada por Naciones Unidas y que pretende "decirnos qué debemos comer, cómo debemos comportarnos e incluso cómo debemos sentir".
Ha sido el propio Santiago Abascal el encargado de presentar un documento que nace con vocación de plantear una respuesta "contundente" a "las agendas globalistas que pretenden la destrucción de las clases medias, la liquidación de la soberanía de las naciones y el ataque a la familia, la vida y las raíces comunes de Occidente".
Y lo ha hecho ante los suyos, en el multitudinario acto que Vox celebra este fin de semana en IFEMA y que ha congregado a 20.000 simpatizantes. Una respuesta folclórica a la Convención Nacional que el Partido Popular celebró la semana pasada con la que dirigentes de la formación dicen haber "superado con creces" a los de Pablo Casado, que continúa asentándose como líder en las encuestas.
Tras una primera jornada festiva, donde hubo jotas y aurreskus, fallas y encierros, la formación de derecha dura ha dado un tono más político a este domingo, cuando ha presentado los 20 puntos que actualizan y revisan las 100 medidas que presentó en Vistalegre 2018. Frente al círculo multicolor de la Agenda 2030, un círculo con la rojigualda encabeza el que será decálogo de Vox en lo sucesivo; su hoja de ruta.
Ésta pasa por defender una España "sin fronteras internas" -véase, sin autonomías- como garantía de "igualdad y unidad" o por "suprimir las policías autonómicas", entre otras reivindicaciones monolíticas como la derogación de las leyes de género o la ilegalización de los partidos separatistas.
La 'anti Agenda 2030'
Tampoco hay excesivas novedades en el apartado de empleo, donde Vox reivindica una subida de los salarios a costa de una reducción de las cargas sobre las empresas; mientras que en educación aboga por la aprobación de una nueva ley educativa "duradera" y libertad de los padres para la educación de sus hijos, en lo que parece una recuperación del pin parental.
Pide también medidas para garantizar el acceso a la vivienda y quiere una reforma legal "para proteger real y efectivamente a los propietarios que sufren la acción de las mafias de ocupación o la entrada ilegal de un intruso en su vivienda".
En cuanto a la salud, señala la responsabilidad de China en la expansión del coronavirus y defiende medidas como un aumento del gasto sanitario, reducción de las listas de espera o un plan de salud mental. "Cultura de la vida frente a quienes defienden la cultura de la muerte", aboga a la vez que reclama sacar del sistema nacional de salud intervenciones como los abortos, la eutanasia o las operaciones de cambio de sexo.
También plasma su reivindicación de un despliegue militar en las fronteras de Ceuta y Melilla. "Una Nación fuerte necesita de fronteras como una casa necesita de puertas, y son los nacionales ejerciendo su soberanía los que deben elegir su modelo de sociedad", sostiene. También incluye entre sus prioridades la expulsión de todos los inmigrantes ilegales, así como de los legales que delincan, o el cierre de las mezquitas "fundamentalistas".
Hace una defensa de la España rural, de la caza y de las tradiciones populares; y exige la protección de los productores nacionales para "frenar la estigmatización de alimentos que únicamente responde a motivos ideológicos". Para proteger a la familia Vox quiere la creación de un Ministerio de Familia y aprobar incentivos a la maternidad.
En definitiva, la antítesis de la agenda que los Estados miembros de Naciones Unidas aprobaron en 2015 para "hacer frente a la creciente pobreza, empoderar a las mujeres y niñas y afrontar la emergencia climática". Y es que desde Vox creen que se trata de una estrategia de "las élites de la progresía" para "imponer la religión climática, el dogma de género y el multiculturalismo".
A diestra y siniestra
En la presentación del proyecto, Santiago Abascal ha practicado uno de los discursos más antisistema (o anti-establishment como lo maquillan desde Vox) que se le recuerdan, y ha cargado a diestra y siniestra, contra PP y PSOE, por representar "las mismas políticas globalistas".
La dura diatriba del líder de Vox ha comenzado contra la "siniestra" -como llaman en Italia a la izquierda- de este país, a la que ha acusado de "remover tumbas, promover el suicidio y homenajear a asesinos en serie": "¡Qué fijación con la muerte violenta tienen este Gobierno y sus socios, y qué poco aprecio por los indefensos!".
Pero tampoco ha escatimado en ataques hacia el Partido Popular, al que ha calificado como "un burdo relevo con caras distintas" que representa "las mismas políticas que la izquierda": "El PP y el PSOE son socios que hacen como que se pelean; son la derecha de Amazon y la izquierda de las mariscadas".
Especialmente duro ha sido con Pablo Casado, al que ha acusado de "mentir a los españoles" cuando dice que derogará leyes del actual Gobierno: "No derogará nada. No llegará a ningún gobierno porque a los españoles no les puede mentir".
Para la presentación de su proyecto, Vox se ha servido de la derecha más dura de Europa y de Latinoamérica, que va desde Victoria Villaruel (candidato a diputada nacional por La Libertad Avanza en Argentina) hasta Francisco Tudela (exvicepresidente de Perú), pasando por Eduardo Verástegui (actor y activista contra el aborto) o Javier Milei.
El candidato argentino a la Presidencia, muy aclamado, ha cargado "contra el comunismo que nos azota" y ha pedido a los voxeros que "continúen dando la batalla y defiendan España con sus tradiciones y su folclore": "¡Viva la libertad, carajo!".
Quienes han estado in situ apoyando al partido han sido el populista portugués André Ventura y la conservadora italiana Giorgia Meloni, que se han atrevido con el español en un discurso contra "el sanchismo" (el primero) y el "buenismo progre" (la segunda), que son sinónimos en el argumentario de la derecha dura.
Las últimas intervenciones han sido reservadas para el primer ministro de Polonia, Mateusz Jakub Morawieckiy (que ha reivindicado "la verdad, la familia y la patria"), y el de Hungría, Viktor Orbán, que ha señalado a España como "víctima del mainstream europeo", que es "rehén de las corrientes izquierdistas radicales"... Ante el asentimiento de los 20.000 simpatizantes de Vox que han saturado este domingo IFEMA.