El auge de las bandas latinas en la Comunidad de Madrid, cuyos miembros han pasado de 1.200 a 2.500 en los dos últimos años, ha sido uno de los temas abordados este jueves en la Asamblea de Vallecas. Una cuestión en la que, como en la mayoría, la división ha estado servida.
El Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso ha pedido al Gobierno de España que facilite más efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil en la región, Vox ha exigido la repatriación de los pandilleros y la izquierda (PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos) ha apuntado a la "desigualdad" y la "vulnerabilidad social" como causas de su proliferación.
Así se han posicionado los distintos grupos parlamentarios antes del pleno al ser preguntados por las múltiples agresiones registradas estas últimas semanas y su posible vinculación con las bandas latinas.
Desde el Gobierno regional, en su característica estrategia de confrontación con el Ejecutivo Central, Alfonso Serrano (PP) ha acusado a Pedro Sánchez de no permitir que la Comunidad implemente medidas para potenciar la seguridad en la región a través de más policías y guardias civiles.
"Es una proliferación que no nos gusta y que daña la imagen de la ciudad, que es segura", ha sostenido Serrano, que ha señalado que la seguridad depende "de la Delegación del Gobierno", a la que el PP, dice, "tiende la mano".
Por su parte, la portavoz de Vox en la Cámara, Rocío Monasterio, ha solicitado que aquellas personas, menores o no, que pertenezcan a bandas latinas y tengan delitos se les repatrie inmediatamente. "No son unos inocentes niños", ha señalado Monasterio en referencia a "grupos de 80 que se han organizado con machetes para rodear a los jóvenes".
El PSOE, contra Almeida
Una posición que evidentemente no comparte el PSOE de Madrid. Su portavoz en la Asamblea, Hana Jalloul, ha asegurado que el aumento de la violencia en los botellones y el auge de las bandas latinas "no tienen relación directa", y que ambos escenarios dependen del alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que admitió este miércoles estar "preocupado" por un fenómeno que "hay que atajar lo antes posible".
"Almeida debe preocuparse de asumir su responsabilidad que son los botellones y además pagar a la policía municipal", ha criticado Jalloul, que considera las bandas latinas como un síntoma de la "desigualdad": hay que trabajar para que "los más vulnerables" no se incorporen a estos grupos y tener "mucho cuidado" a la hora de relacionar "determinados colectivos o nacionalidades" con problemas de seguridad.
"No se puede relacionar a los menores no acompañados con la delincuencia. Son niños. Este tipo de relaciones son muy peligrosas y no se adecúan a la realidad", ha zanjado la portavoz socialista en obvia referencia a Vox.
Un discurso similar al exhibido por Mónica García, portavoz de Más Madrid, que ha señalado la falta de oportunidades y la desigualdad como causas de este fenómeno "de delincuencia en algunos barrios".
Y parecido también al de Alejandra Jacinto, de Unidas Podemos, que ha apostado por "no perder el foco y hablar de la causa del mal causado, que es la desigualdad imperante en nuestra región, la falta de acceso a las condiciones materiales fundamentales como la educación y la vivienda".
La formación morada, además, ha celebrado la reforma de la Ley de Extranjería aprobada este martes en el Consejo de Ministros. Esta reforma incorpora que los jóvenes inmigrantes no se queden sin papeles al alcanzar la mayoría de edad y puedan acceder a un empleo. "Por fin se pueden garantizar los derechos básicos", ha celebrado Jacinto.
2.500 integrantes
Lo cierto es que el debate celebrado este jueves en la Asamblea de Madrid es pertinente, pues las bandas latinas se han multiplicado en la región desde que estalló la pandemia, pasando de 1.200 a 2.500 miembros, que ingresan la friolera de 185.000 euros por semana en cuotas de pertenencia, sin contar robos y venta de droga. Un total de 9,6 millones al año.
Así se desprende del II Observatorio de Bandas Latinas en la Comunidad de Madrid realizado por el Centro de Ayuda Cristiano y publicado este miércoles, que revela cómo estas bandas están compuestas actualmente por 2.500 pandilleros, 500 de ellos niños de entre 11 y 13 años y 1.200 entre 14 y 18 años.
Aunque varía por franjas de edad y por bandas, los pandilleros de entre 11 y 13 años abonan a la banda unos 5 euros a la semana, entre 14 y 18 años unos 20 euros, y a partir de los 19 años alrededor de 50 euros semanales, aunque se han identificado casos semanales de entre 200 y 500 euros por parte de los cabecillas y aquellos delincuentes profesionales.
Las recetas para frenar esta lacra, a juzgar por lo expuesto este jueves, son muchas y variadas.