La ofensiva parlamentaria del PP ante la política en favor de los terceros grados del secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz González, llegaba este miércoles al pleno del Congreso de los Diputados.
Primero durante el pleno sobre el Consejo Europeo, que como suele suceder se convertía de facto en un debate de política general. En su última réplica, Pablo Casado preguntaba a Pedro Sánchez si "va a cesar" al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, "por los terceros grados y por el asesino y violador que salió a la calle, cuando no tenía recomendado que saliera" afirmaba el líder de la oposición.
El máximo responsable de las cárceles españolas insistía recientemente en que el principal "reto" de su mandato es aumentar exponencialmente el porcentaje de esos terceros grados, el principal régimen de semilibertad que se puede conceder a un preso. Fue la medida que se concedió a principios de 2020 a Francisco Javier Almeida, el presunto asesino del niño Alex, un criminal sexual de carácter reincidente.
Posteriormente, durante la sesión de control al Gobierno que tenía lugar inmediatamente después, le preguntaba por la misma cuestión el diputado popular por La Rioja, Javier Merino Martínez, que aludía a que vive "a cien metros" de donde se produjo el asesinato. En su pregunta al titular de Interior, recordaba que el tercer grado a Almeida se le concedió "con el criterio en contra de la Junta de Tratamiento de la Prisión. Seis de los nueve miembros se oponían a su libertad".
El diputado popular se refería también a que "su ministerio premia con un plus a los directivos de las prisiones por las concesiones de terceros grados" en referencia a la orden de Instituciones Penitenciarias desvelada por EL ESPAÑOL. Marlaska no contestaba a esta cuestión, pero sí a la concesión del tercer grado al asesino y a la libertad condicional, de la que se desvinculaba, endosándole la responsabilidad exclusiva al juez de vigilancia penitenciaria y recordando además que "el Ministerio Fiscal" no presentó recurso.
Además, acusaba a Casado de haber empleado una "falsedad en su contra" y le espetaba al diputado popular que, como jurista, había faltado a la "ética" de la profesión de abogado. "¿Usted sabe la diferencia entre un tercer grado y la libertad condicional?" le interrogaba de manera retórica en tono furibundo, si bien no establecía el vínculo entre la segunda de las medidas con la primera, el primer paso indispensable para que se produzca la libertad condicional. "Ustedes están utilizando una tragedia con fines políticos, faltando a la verdad" concluía Marlaska.
En su réplica Merino le pedía tratar "con más respeto a un diputado de las Cortes Generales". Además, le espetaba que "usted sabe que algo ha fallado cuando los técnicos y los especialistas de la prisión decían que no podía salir, cuando el abogado defensor ya dijo que reincidiría, cuando este señor vivía en libertad no vigilada, señor Marlaska, a cincuenta metros del parque donde cogió al niño y a cien metros de la puerta del colegio".
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