La clausura del consejo general de Ciudadanos ha dejado este viernes una novedad en la organización del panorama político. La presidenta del partido, Inés Arrimadas, ha anunciado la creación de la fundación de los liberales españoles. Su presidente será Guillermo Díaz, miembro de la ejecutiva permanente de Cs y, en palabras de Arrimadas, "un diputado excepcional, un hombre culto y valiente".
Guillermo Díaz (Melilla, 1978) ha sido designado máximo dirigente del think tank liberal en España, un puesto que, quizá, ya estaba ejerciendo, teniendo en cuenta su papel en la convención nacional de Ciudadanos. En el mes de julio, el diputado nacional por Málaga ya hablaba de "un rearme político e intelectual".
La fundación, que nace como un órgano "abierto a la sociedad civil", será también la herramienta de comunicación con otros partidos liberales europeos. Cs quiere convertirla en "una fábrica de ideas y de atracción de talento, un espacio de debate para reivindicar los valores liberales tan necesarios".
Es en este punto donde entra la figura de Díaz. A pesar de haber nacido en Melilla, estudió y ha trabajado en Málaga durante toda su carrera, es por ello por lo que ha ocupado un escaño en el Congreso de los Diputados en las tres últimas legislaturas. Díaz es hoy uno de los miembros de la guardia pretoriana de Arrimadas.
Afiliado desde 2014, ha conocido el alba y el cénit de Ciudadanos. Sus primeros contactos con el partido se dieron meses antes de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de aquel año. Por entonces, Ciudadanos en Málaga no era más que un grupo de románticos que se reunían en bares y cafeterías para filosofar sobre el incipiente liderazgo nacional de Albert Rivera.
Díaz, licenciado en Derecho por la Universidad de Málaga, trabajaba entonces como responsable de la gestión del Cine Albéniz. Entonces comenzó el desarrollo provincial y orgánico del partido donde, poco a poco, fue tomando el control de las relaciones con la dirección nacional. Fue coordinador del grupo provincial en la Diputación de Málaga.
Destacó pronto ante los líderes nacionales, que no dudaron en llevárselo con ellos. En 2016 el secretario de organización, Fran Hervías, lo nombró número dos en las listas al Congreso. Cs consiguió dos escaños y Díaz se separó poco a poco de la organización provincial para centrarse en la representación en las Cortes. Entonces, era uno de los 32 miembros de la bancada liberal.
Albert Rivera le dio la alternativa en la tribuna de oradores: el 14 de febrero de aquel año se estrenaba, bisoño y con un estilo muy diferente al actual, presentando una propuesta de modificación relativa al régimen jurídico de los animales de compañía en el Código Civil.
En las primeras elecciones de 2019, las de abril, Díaz intercambió puesto y pasó a ser el número uno. Quien le precedía en 2016, Irene Rivera, pasó al segundo. En aquellas elecciones, los liberales fueron la segunda fuerza más votada de la provincia y volvieron a conseguir dos escaños.
Duró poco la alegría, y en las elecciones del 10-N, el batacazo fue descomunal: Ciudadanos pasó a ser la quinta fuerza y sólo pudo rascar un escaño en la provincia, el de Díaz. De 57 a 10 y de Rivera a Arrimadas.
Desde entonces, Díaz ha ido tomando cada vez más mando en plaza y, sobre todo, más dominio del espacio y de la oratoria parlamentaria. Sus encontronazos, sobre todo con el nacionalismo, han ido en aumento. El último, el pasado 15 de diciembre, cuando según el diputado liberal, desde la bancada de ERC le insultaron tras su discurso sobre el niño de Canet: "¡No toquéis a los niños!".
Pasado popular
Sin embargo, la primera experiencia política de Guillermo Díaz no fue en su madurez con Ciudadanos. Durante sus años de estudiante fue militante activo de las Nuevas Generaciones del PP.
De aquellos años, mantiene una excelente relación con el expresidente popular en Málaga, Joaquín Ramírez, o con el diputado andaluz Miguel Ángel Ruiz. De su generación de jóvenes populares han ido destacando algunos compañeros, como Elías Bendodo, cuatro años mayor que él y actual consejero de Presidencia de la Junta.
Junto a Ramírez y Ortiz, forma parte de Cánovas Fundación, de la que es vicepresidente. En ese sentido, en el apartado de "fundaciones o asociaciones a las que haya contribuido" de la declaración de intereses económicos del Congreso de los Diputados indica que realiza "contribuciones esporádicas".
Guerra y paz en Andalucía
Donde Díaz ha tenido un papel cambiante ha sido en Andalucía. Como muchos militantes de Cs, la relación con Juan Marín, líder regional, ha sido tirante por momentos. La salida de Rivera, del que tanto Marín como Díaz son amigos, hizo que el vicepresidente de la Junta se viniera arriba y, por momentos, ninguneara el liderazgo de Arrimadas.
Marín contaba con el apoyo mayoritario de los cargos electos en su territorio, pero parte de la militancia lo veía como alguien casi externo a Cs. Díaz, andaluz y leal a Arrimadas, era el contrapunto en Madrid a la taifa regional.
Sin embargo, en marzo de 2021, tras la ejecutiva nacional celebrada tras el descalabro en Cataluña y la convocatoria de elecciones en Madrid, Marín y Díaz escenifican su buen rollo. Conscientes de la necesidad de unir fuerzas en los momentos más duros de la formación, ambos han compartido espacios y trabajo en los últimos meses.
En uno de los últimos actos orgánicos de Marín, en la campaña de las primarias andaluzas de Cs, Díaz estuvo presente para mostrar su apoyo personal al candidato. A pesar de que la dirección nacional no se significó abiertamente por ningún contendiente, el diputado nacional estuvo entre el público y saludó al vicepresidente de la Junta.
En esas primarias, además, salió a la luz la grabación de una conversación telefónica de Fran Carrillo en la que el cordobés trataba de fabricar pruebas en contra de Díaz. En ella, Carrillo animaba a una afiliada a mentir haciéndose pasar por malagueña, para lo que le facilitaría el teléfono de una periodista ante la que debía interpretar un guion para desacreditar a Díaz.
Cómics, literatura, heavy e historia
Pero Díaz es un friki, tal y como él mismo se ha denominado. Su personalidad la definen tres pilares: los cómics, la música heavy metal y su conocimiento de la historia. En el caso de las aventuras gráficas, a inicios del mes pasado el diputado por Málaga empezaba una nueva sección en su web personal: El rincón del gourmet. En la primera entrega recomendaba Ponyo en el acantilado, una producción del famoso Studio Ghibli.
Era la recuperación de algo que ya había hecho en lo más duro del confinamiento. Entonces hizo cincuenta recomendaciones, una al día, de las áreas que afirma dominar: Cómics, música, cine y literatura. Díaz se convierte cuando entra en tiendas de cómics, como en la sevillana Nostromo, a la que siempre que pisa la capital andaluza tienen que ir... y comprar.
En cuanto a la música, su discoteca es de lo más metalera. De hecho, en sus perfiles personales luce orgulloso alguna de sus fotos en conciertos como los de la gira inglesa de Iron Maiden o la portada del disco de la misma banda The book of souls. También afirma que adora a Queen y Judas Priest.
Pero donde más se ha prodigado el futuro presidente de la fundación liberal es en la historia y la literatura. Actualmente, tiene tres libros publicados: Hipatia de Alejandría (2009), Las mentiras del cine bélico (2013) y Grandes batallas en la pantalla (2021) y es colaborador asiduo de La escóbula, un programa al estilo de La rosa de los vientos, de los años de Juan Antonio Cebrián.