El PP descarta ser la "muleta" de Pedro Sánchez para que salga adelante la reforma laboral del Gobierno. El presidente del partido, Pablo Casado, se niega a "enjuagar" los "enredos" de los programas de PSOE y de Podemos y "sustituir así a los socios radicales" del Ejecutivo para favorecer una reforma que, a su juicio, "enmienda" la de Mariano Rajoy de 2012.
"Somos la alternativa a Sánchez, no su muleta", ha resumido Casado este martes, tras la votación en el Congreso que ha aprobado los Presupuestos Generales de 2022 que garantizan al líder socialista al menos otro año en La Moncloa y allanan el camino para agotar la legislatura.
Pablo Casado anuncia: "La recuperaremos íntegramente [la reforma laboral que impulsó Rajoy hace casi diez años] cuando lleguemos al Gobierno". Y cree que su partido tiene "legitimidad" para cerrarse en banda a la reforma laboral propuesta por el Ejecutivo de Sánchez, ya que este "rechazó los acuerdos de Estado que el PP le puso sobre la mesa hace año y medio".
Fuentes del partido conservador detallan, asimismo, que "nadie" del Gobierno "ha llamado a nadie del PP" y niegan que exista "interlocución alguna" en materia laboral con el primer partido de la oposición.
Y critican que la reforma de Sánchez se tramite como real decreto —"por la gatera de los decretazos", dice el Partido Popular— y no como proyecto de ley. De seguir por esa vía, el PP se planteará acudir al Tribunal Constitucional, que cuenta con jurisprudencia al respecto, precisamente contra los populares, "por lo que nos daría la razón claramente".
Preguntado este martes Casado por el actual apoyo de la CEOE al acuerdo de la reforma laboral pactada también con los sindicatos mayoritarios, el líder del PP se ha limitado a reiterar su "respeto" a la patronal y a su presidente, Antonio Garamendi.
El 'no' de los socios
En el extremo contrario, continúa el enroque de los socios de Sánchez a la reforma laboral que abandera la ministra Yolanda Díaz. Tanto Esquerra como Bildu se mantienen en el no.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha criticado este martes en la Cámara Baja las "muchas horas" dedicadas por el Gobierno a "negociar con la patronal" y las "pocas" a hacerlo con Esquerra.
"Seremos firmes", ha asegurado, minutos antes de la votación en el Congreso de los Presupuestos Generales del Estado, tras reiterar un "no bastante claro".
"Hace falta", ha indicado Rufián, que la nueva reforma "sea una derogación de los aspectos más lesivos" de la del PP. Y la de Díaz, ha asegurado, no lo hace.
En el mismo punto se coloca EH Bildu. Su portavoz, Mertxe Aizpurua, se pronunciaba en la Cámara Baja en términos similares: "Si [la reforma laboral] queda como está, que no cuenten con nuestro apoyo". Y, según ha indicado, "muchas cosas tendrían que cambiar" para que los bildutarras cambiasen de parecer.
"No es una derogación, ni siquiera parcial, de la del PP; se puede hacer y no se hace", ha reprochado Aizpurua, quien ha criticado también la vía del real decreto.
Cs, dispuesto a estudiarla
Tras la negativa de sus socios preferentes, el Ejecutivo ha recibido en los últimos días la mano tendida de Ciudadanos (Cs) para "estudiar" un posible apoyo esta medida. Pero antes, detallan fuentes del partido liberal, lo que hay que hacer es "estudiar previamente" el texto actual.
Un texto del que el portavoz del grupo parlamentario, Edmundo Bal, ha reconocido que "tiene cosas que gustan a Ciudadanos" y otras tantas que no.
Entre las primeras, Bal ha destacado la "reducción del menú de contratos", aunque sin llegar al contrato único que pide Cs, y su apuesta contra la temporalidad.
Los aspectos negativos, a su vez, serían: la negativa a la mochila austríaca —medida que también reclama el PP, a cargo de los fondos europeos—, la ultraactividad de los convenios o la primacía del convenio sectorial en materia salarial, que, a juicio a Bal, impiden la "flexibilidad" que ciertas empresas necesitan. También, el "uso y abuso del decretazo" para tramitarla.
Las medidas que Bal echa de menos constituyen, a ojos de Ciudadanos, una "oportunidad perdida para usar los fondos europeos Next Generation", derivados del azote de la pandemia de la Covid-19 a las economías, para reformar el mercado laboral.
Asimismo, el diputado ha destacado que algunas de las medidas pactadas en 2016 entre Albert Rivera y Pedro Sánchez renacen en el texto que abandera en 2021 Yolanda Díaz. "A Podemos parece que ahora sí les gustan algunas de las cosas que propusimos entonces", ha indicado Bal este martes.
Fuentes del partido detallan a EL ESPAÑOL que "Ciudadanos no llamará al Gobierno", ya que es al Ejecutivo, —"quien tiene unos socios preferentes, como Bildu o Esquerra", añaden— al que le tocaría mover ficha si quiere buscar el apoyo de Arrimadas, Bal y el resto de los nueve escaños de su grupo parlamentario.