Desde que John Locke, allá por el siglo XVII, sentó los preceptos del liberalismo, son muchas las distintas corrientes que se han desarrollado en torno a la idea de que el ejercicio político debe centrarse en proteger y fomentar la libertad por encima de cualquier otro valor: el liberalismo clásico, el socioliberalismo, el anarcocapitalismo, el minarquismo... Pero un servidor nunca había oído hablar del liberalismo madrileño... Hasta hoy.
Ha sido este martes, en la Fundación Rafael del Pino, donde se ha presentado el libro Liberalismo a la madrileña (Deusto, 2021), una suerte de manifiesto fundacional de una ideología que considera que "Madrid tiene un pulso distinto" al del resto del mundo. "Aquí ha venido lo mejor del resto de España y de otros países para desplegar su creatividad, su esfuerzo y su emprendimiento", en palabras de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
La baronesa popular asegura que "el mundo entero se ha sorprendido con la vida que nos hemos dado", y así lo atestiguan los reconocimientos internacionales que ha recibido estos últimos meses por el equilibrio que supo encontrar entre Salud y Economía durante su gestión de la pandemia.
En Italia ya se refieren a ella como "la llama de la libertad", pero hay entre los asistentes quien prefiere hablar en términos de "musa" -etiqueta que hasta ahora estaba reservada a Antonella Marty-.
En el acto hay políticos, empresarios, periodistas y escritores. Todos quieren escuchar a los exponentes de este pensamiento ya sistematizado, que van desde el economista Daniel Lacalle hasta la expresidenta Esperanza Aguirre, a quien su sucesora ideológica -y política- se ha referido como "la impulsora de un modelo de referencia que hoy se reconoce en todo el mundo".
Si Platón fue prolongado y sublimado por Aristóteles, lo mismo podría decirse de Esperanza Aguirre y Díaz Ayuso, que ha aprendido de su maestra que "cuando los gobiernos son austeros, las sociedades son prósperas". Y por eso ha anunciado hoy mismo que la Comunidad de Madrid se blindará fiscalmente para evitar una subida de impuestos del Gobierno de España.
Dos polloperas sentados en el extremo derecho -no busquen el doble sentido- del anfiteatro debaten sobre cuál de las dos tiene más aura de líder, pero la balanza no quedará equilibrada hasta que Díaz Ayuso presida el PP en la Comunidad de Madrid. Cuestión de tiempo, por otro lado.
Recados a Sánchez
La presidenta madrileña, sin embargo, no ha venido hoy a alimentar guerras internas, que por algo ha resaltado que por su partido es "la casa común de quienes creemos en la libertad", sino a proseguir su cruzada contra Pedro Sánchez, al que ha recordado que "ningún país prospera atentando directamente contra su capital", que es algo que "sólo ocurre en España".
El consejero de Economía, Javier Fernández-Lasquetty, asiente con la cabeza cuando su presidenta dice que la "armonización" fiscal que pretende el Gobierno Central no es sino un eufemismo para reducir el "margen" de las comunidades y poner unos límites para "obligar" a las que han bajado los impuestos a "subirlos".
Y casi que ríe -se intuye la mueca pese a la mascarilla- cuando Díaz Ayuso proclama que "aquí hay un 30% menos de riesgo de pobreza que en las regiones gobernadas por las socialistas". A ellos parecía referirse cuando dice que hay quienes "quieren acabar con la sociedad de libres e iguales ante la ley" o que "rompen principios fundamentales como la separación de poderes o la presunción de inocencia".
Tampoco hace falta maliciar mucho para intuir que se refiere a los socios parlamentarios del PSOE, ERC y Bildu, cuando sentencia que Madrid es el dique de contención, con su "valentía", a los "totalitarismos que pretenden destruir España desde dentro".
¿Qué es ser liberal?
Decía Mariano José de Larra que ser liberal en España es ser "emigrado en potencia", pero el primer mandamiento del liberalismo madrileño es el de acoger a todos en su seno porque, como decía Benito Pérez Galdós, uno puede nacerse en Madrid, y porque el éxito de la región se debe a la "labor durante siglos de madrileños venidos de todas partes". "Madrid es la segunda casa de todos", invita Ayuso.
En menos de diez minutos no puede desglosarse todo lo que el liberalismo de la baronesa del Partido Popular tiene que ofrecer (que pasa por "tratar como adultos" a los ciudadanos" e "intentar entenderse con el que piensa distinto"), pero ella ha intentado condensarlo en una frase de Miguel de Cervantes ("el mejor exponente de esta corriente que ha dado España", según la presidenta): "He de llevar mi libertad en peso sobre los propios hombros de mi gusto".
Llegados a este punto, es normal que el lector no sepa muy bien en qué consiste el dichoso liberalismo madrileño (sic). Ni siquiera el arribafirmante lo tiene claro, y por eso marcha a por un ejemplar del ensayo de Diego Sánchez de la Cruz mientras algunos de los asistentes van a refrescarse el gaznate a la terraza más cercana de la Castellana.
"¿Qué es para ti el liberalismo"? Pregunta De la Cruz a Díaz Ayuso, que responde: "Es una forma de vivir, de entender la vida y de hacer política (...) Ya en El Quijote se plantea que ser liberal es ser generoso, es estar dispuesto a entenderse con el otro, es respetar siempre el principio de que el fin no justifica los medios y también es perseguir intereses propios y comunes a través de la acción de cada uno". Pues eso.