Podemos ve vigente el bloque de investidura. El no de ERC y EH Bildu a la reforma laboral de Yolanda Díaz "ha sido una cana al aire", pero "no un divorcio", reconocía este jueves, en tono desenfadado, un destacado diputado morado en conversación con EL ESPAÑOL.
Todas las fuentes del partido morado consultadas por este diario coinciden en una cosa: los socios que llevaron a Pedro Sánchez a la Moncloa seguirán siendo la prioridad de Podemos para negociar. La oposición de varios de éstos a la medida estrella de Díaz no sienta ningún precedente para lo restante de legislatura. Y dichos socios preferentes —tanto Esquerra como Bildu— están de acuerdo en otra: no hay una alternativa mejor.
"Mañana, esto está recompuesto y a seguir", señaló un diputado morado a este diario unos minutos antes de la polémica votación este jueves sobre la reforma laboral, cuando la oposición tanto de los republicanos catalanes como de los bildutarras ya estaba más que clara.
Sin embargo, Esquerra y Bildu, a pesar de su mano tendida, sí dejan caer dos avisos al Gobierno. "Nosotros no vamos a apoyar gobiernos de derechas, ni por acción ni por omisión, pero tampoco vamos a comulgar con ruedas de molino", señalan en la formación independentista vasca. "Que el Gobierno cuente con nosotros siempre que quiera hacer políticas de izquierdas", añaden. "Lo que hemos hecho [con el voto negativo a una reforma laboral que ven insuficiente] ha sido defender que se cumpla lo pactado", añaden.
Por su parte, desde ERC, admiten que sus negociaciones con el Ejecutivo de coalición —especialmente, con Podemos— han provocado algunos rasguños en el bloque de investidura. "Ha habido varios momentos duros y de todas las negociaciones siempre se sale con arañazos, pero seguimos, como siempre, dispuestos a escuchar", resume un dirigente del grupo catalán.
Yolanda Díaz y los socios
En Esquerra, además, señalan que el sí de Ciudadanos a la reforma laboral de Yolanda Díaz "va a tener un coste político que la ministra tendrá que explicar".
"El Ministerio de Trabajo nos ha echado encima hasta al conserje, mientras que ha habido cero presión por parte del PSOE", indica un dirigente de ERC sobre las negociaciones, en las que ha echado en falta "más garantías, más transparencia" y una mayor coordinación de "las ofertas" de los morados con "el inmovilismo" de los socialistas.
En EH Bildu tienen claro que han sufrido "menos presión" que los republicanos catalanes. "El Gobierno tenía más claro con nosotros que nos íbamos a oponer, aunque lo que hemos hecho es tan sólo votar en contra de que se incumpla lo anunciado en el acuerdo de coalición [entre Podemos y PSOE]", señala un diputado del partido vasco.
El dirigente, en todo caso, niega que haya "ningún divorcio", aunque matiza, también en tono desenfadado: "Lo nuestro con el Gobierno sería una relación abierta, ¿no?".
Protesta de 'Anticapis'
Por su parte, Anticapitalistas, la organización política que formó parte de la fundación de Podemos y se escindió en 2020, protestó este jueves frente al Congreso de los Diputados mientras, en su interior, se debatía la reforma laboral. A la concentración también han acudido miembros del sindicato CGT y de asociaciones sociales y movimientos reivindicativos. En total, en torno a 200 personas.
A ojos de esta corriente díscola, la medida estrella de Díaz supone, más bien, una "no-reforma laboral", ya que consideran que el texto que el Ejecutivo ha conseguido sacar adelante en la Cámara Baja deja intacto "el núcleo" de la normativa que aprobó en 2012 el Partido Popular.
En palabras de Miguel Urbán, eurodiputado de Anticapitalistas, presente en la protesta, el pacto del Ministerio de Trabajo, la patronal, UGT y CCOO "le da una legitimidad a la reforma laboral de la que carecía la del PP", a pesar de que "sigue siendo lesiva para los trabajadores" y "mantiene los marcos neoliberales".