El PP recurre a Ayuso como última baza para invertir la caída en los sondeos de Castilla y León

A la presidenta de la Comunidad de Madrid le habían programado dos apariciones en tierras castellanas -Segovia y Burgos-, pero visto el éxito de éstas y la caída en las encuestas de Alfonso Fernández Mañueco, Ayuso aparecerá este martes en Valladolid y Ávila para apuntalar al candidato del PP.

La llamada de Génova al equipo de Isabel Díaz Ayuso llegó el pasado jueves, cuando los sondeos internos empezaban a vislumbrar un batacazo que este lunes han confirmado todas las empresas demoscópicas. "Lo que no se entiende es que no recurrieran a ella antes...", critican desde Puerta del Sol, donde se destaca la "predisposición" que la presidenta ha tenido en todo momento para ayudar al partido en Castilla y León.

Y lo cierto es que la dirigente madrileña se ha volcado en campaña, cuando la han dejado. El pasado viernes respaldó en Segovia al cabeza de lista de la provincia, Francisco Vázquez, y se dio un auténtico baño de masas cuando recorrió las calles del centro.

Ya por la tarde acompañó a Fernández Mañueco en Burgos, en un acto que cerró ella misma pidiendo el voto para su compañero: "El 13 de febrero hay que elegir entre dos modelos: el de unidad y prosperidad o el de nacionalismo y paro; hay que elegir entre libertad y socialismo".

La sintonía entre ambos dirigentes populares es evidente. El barón castellanoleonés ha hecho numerosos guiños durante su campaña a su homóloga madrileña, a la que ha reconocido haber establecido un "modelo de éxito" que le sirve de ejemplo: "Ella baja los impuestos y nosotros también, ella apuesta por políticas para las familias y nosotros también, y ella está comprometida con los servicios públicos y nosotros también".

Mañueco también ha expresado en reiteradas ocasiones durante la campaña su deseo de "gobernar en solitario" gracias a una mayoría suficiente que le permita prescindir de Vox, como sucede en Madrid. Pero esta tesitura parece cada vez más improbable.

Las encuestas

Más allá del CIS, ninguna de las encuestas publicadas recientemente por los medios nacionales de referencia vaticinan una victoria cómoda del Partido Popular. La última de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, por ejemplo, pronostica un triunfo de Alfonso Fernández Mañueco (33,2% de los votos y 32 escaños), pero no lo suficientemente contundente como para no depender de Vox durante toda la legislatura.

El candidato de la derecha dura, Juan García-Gallardo Frings, sería la sorpresa de los comicios. Desconocido hasta hace apenas un mes, convertiría a su partido en la tercera fuerza política con 11 diputados, y estaría en condiciones de negociar su entrada en la Junta de Castilla y León, como viene exigiendo en campaña.

El 'comodín' Ayuso

El Partido Popular se juega mucho. Los comicios se convocaron en un principio con la vocación de fagocitar a Ciudadanos (algo que no termina de consumarse), obtener una victoria autonómica contundente que refuerce a Pablo Casado (otra cosa que no tiene visos de producirse) y gobernar sin el apoyo de Vox. Pero el tiro ha salido por la culata.

Tal es la emergencia ahora que en Génova se han visto en la obligación de recurrir al comodín de Isabel Díaz Ayuso, que está en mejor sintonía con la cúpula después de que retiraran al alcalde de Madrid y portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida, de la carrera por la presidencia del PP madrileño, tal y como adelantó EL ESPAÑOL.

Esta maniobra ha facilitado el quid pro quo en este sprint final de campaña. Desde el PP madrileño, en conversación con este periódico, consideran que "Ayuso suma" y que, por tanto, la remontada aún es posible. Veremos si el efecto Ayuso llega a Castilla y León.