Las últimas encuestas que auguran que la intención de voto al PP se deshincha ante las elecciones autonómicas de Castilla y León del domingo han disparado las alarmas en la sede de la calle Génova.
El aparato de organización del partido ha dado instrucciones para apurar las últimas horas que quedan hasta la jornada del 13-J, con el fin de evitar que los potenciales votantes del PP se queden en casa. El presidente y cabeza de lista de los populares en castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha pedido el máximo esfuerzo alos suyos.
Ya se ha diseñado el dispositivo para trasladar hasta los colegios electorales, en autocares y coches particulares, a los internos de residencias de ancianos y a los vecinos de pequeñas poblaciones en las que no habrá mesas electorales.
Aunque este dispositivo es habitual en anteriores comicios, ha sido preciso ampliarlo pues esta vez habrá casi 500 mesas electorales menos que en las autonómicas de 2019. Al no celebrarse al mismo tiempo las elecciones municipales, no habrá mesas en las entidades locales menores. Esto añade dificultades para que sus vecinos se desplacen hasta el núcleo de población más próximo para votar.
Electorado envejecido
Un síntoma de la desmovilización que está sufriendo el PP es que ha encontrado más dificultades que en anteriores comicios para reclutar a interventores que estén presentes en las mesas electorales. No obstante, las fuentes del PP consultadas por este diario señalan que finalmente no será necesario contar con interventores procedentes de otras Comunidades.
Desde las sedes del partido en las distintas provincias, grupos de voluntarios realizan a lo largo de toda la jornada llamadas telefónicas para movilizar a los simpatizantes del PP, con el fin de que el domingo acudan a votar, actúen como interventores o colaboren en los traslados de potenciales votantes hasta los colegios electorales.
El director de la consultora SocioMetrica, Gonzalo Adán, augura que el domingo podría producirse una caída de hasta cinco puntos en la participación, respecto a las elecciones autonómicas de mayo de 2019, cuando alcanzó el 70,8%.
De este modo, el nivel de participación en los comicios del domingo podría rondar el 65%. Si finalmente se confirma este dato, el partido más perjudicado puede ser el PP, añade el director de Sociométrica, pues sus votantes corresponden a una población más envejecida, a la que cuesta más sacar de casa para acudir a votar.
Cae el voto por correo
Varios factores pueden contribuir al descenso de la participación, señala Gonzalo Adán. En primer lugar, el electorado de Castilla y León está muy fragmentado en pequeños municipios, en los que tiene una gran capacidad de arrastre el voto al alcalde, como el político más próximo a los vecinos en la vida cotidina.
No ocurre así en estos comicios, en los que por primera vez las elecciones autonómicas anticipadas no coinciden con las municipales en la región. También pueden influir en el porcentaje de participación las condiciones meteorológicas, pues no es habitual celebrar unas elecciones autonómicas en Castilla y León en pleno invierno.
El director de Sociométrica advierte que la evolución del voto por correo no siempre es un indicador director de la participación final. En este caso, Correos ha tramitado 51.054 solicitudes de voto por correo (el 2,43% del censo), lo que supone un drástico descenso del 40% respecto a las autonómicas de 2019.
Esta cifra también es muy inferior al voto por correo en las elecciones autonómicas de Madrid del 4-M de 2001, cuando eligieron esta opción 235.696 madrileños, el 4,6% del censo de la región.
Los escaños más baratos
Aunque también aquí hay diferencias significativas. Los comicios madrileños del 4-M se celebraron en un momento de mayor alarma por coronavirus -y con el proceso de vacunación mucho menos avanzado que ahora-, por lo que miles de ciudadanos eligieron el voto por correo para evitar grandes aglomeraciones.
Pese a ello, aquellas elecciones que colocaron a Isabel Díaz Ayuso cerca de la mayoría absoluta registraron una participación récord del 76,25%, con largas colas en los colegios electorales.
El descenso en la participación puede castigar especialmente al PP, indica Gonzalo Adán, mientras que favorcería a los votantes que están más movilizados: los de Vox, la España Vaciada y candidaturas localistas como Unión del Pueblo Leonés (UPL) y Soria ¡Ya!.
Si baja el nivel de participación, a estos partidos les resultará más "barato" obtener un escaños. En las autonómicas de 2019, con una participación del 70,8%, las provincias en las que resultó más fácil obtener un escaño fueron Soria (cada procurador costó una media de 9.785 votos), Palencia (13.993 votos), Ávila (14.189 votos) y Segovia (14.475).
Los escaños más caros
Por el contrario, las provincias en las que costó más obtener un escaño fueron León (una media de 20.167 votos por cada procurador), Valladolid (19.785 votos), Salamanca (19.216 votos) y Burgos (17.661 votos).
Como ha informado EL ESPAÑOL, la dirección del PP admite que resultaría decepcionante cualquier resultado inferior a los 33 escaños (ahora tiene 29). Especialmente, después de que los populares se hayan volcado en estos comicios, con la presencia continuada de Pablo Casado, los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, todos sus barones autonómicos y otras figuras nacionales como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
La última encuesta electoral de Sociométrica publicada por EL ESPAÑOL el pasado lunes otorga al PP 32 escaños, sitúa al PSOE en una horquilla de 26 o 27, asigna 11 a Vox, tres a Podemos, 2 o 3 a UPL, 2 a Soria ¡Ya! y uno a Ciudadanos. La encuesta del CIS de José Félix Tezanos es la única que da la victoria al candidato socialista Luis Tudanca.
Cualquiera de las escenarios previstos sitúa al PP lejos de la mayoría absoluta (situada en 41 escaños) y aboca a Alfonso Fernández Mañueco a gobernar mediante un pacto con Vox. Algo que sus rivales van a utilizar luego contra el PP en las elecciones andaluzas que deben celebrarse antes de final de año.
Durante un acto celebrado el martes en Valladolid, Isabel Díaz Ayuso zanjó este debate al afirmar que el PSOE no está legitimado para determinar con quién puede pactar el PP: "Aunque no lo necesitáramos, pactaría antes con el partido de Ortega Lara que con aquellos que lo hacen con los que le secuestraron", afirmó.
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