Sergio Sayas y Carlos García Adanero, los dos diputados elegidos por las listas de Navarra +, ya piensan en qué será de ellos cuando les expulsen de Unión del Pueblo Navarro (UPN), el partido en el que han militado desde que eran jóvenes, y con el que se jugaron la vida en los años duros en los que la extrema izquierda abertzale hostigaba a los constitucionalistas en la Comunidad Foral.
El presidente de UPN, Javier Esparza, no les perdona que rompieran la disciplina de voto, el pasado 3 de febrero, en la convalidación del decreto de la reforma laboral. Sin avisar a la cúpula y engañando a todos los grupos políticos del Hemiciclo, pues ninguno sabía que votarían no en el último instante. Desde entonces, se han convertido en héroes para unos y "traidores" para otros.
El partido les ha expedientado proponiendo una suspensión de militancia por dos años y medio, que en la práctica supone impedirles ir en las listas para las próximas elecciones generales. La dirección ha roto con sus diputados calificándolos de "traidores" e "indisciplinados". Sayas y Adanero presentarán alegaciones y harán todo lo posible por continuar en la formación regionalista, pero ya empiezan a barruntar qué será de su carrera política si finalmente -como todo hace indicar- son expulsados.
En este caso, y según ha podido saber EL ESPAÑOL por fuentes muy cercanas a ambos diputados, Sayas y Adanero estarían dispuestos a ir a la guerra contra Javier Esparza creando un nuevo partido en Navarra que represente a "los desencantados con UPN". Las fuentes parlamentarias consultadas admiten que ha habido contactos entre ellos y otros grupos, que los han llegado a tantear.
Esto supone, por un lado, confirmar su tirón mediático y electoral; y por otro, el fin de las especulaciones sobre si el diputado de Buñuel y el de Talavera de la Reina podrían recalar en Partido Popular o en Vox. De hecho, la última de las hipótesis es la más descabellada, pues como explica una fuente próxima a Sayas, "ellos son foralistas, defensores del Régimen Foral de Navarra... ¿Cómo van a irse a Vox, que defiende acabar con el Estado de las Autonomías? Quienes dicen eso no tienen ni idea".
La opción de terminar en las filas populares podría parecer más cercana, por la proximidad ideológica de ambos representantes navarros. También por las amistades que mantienen, entre otros, con Cuca Gamarra, Ana Beltrán o Cayetana Álvarez de Toledo. "Ellos han tenido guiños, ofrecimientos, durante toda la legislatura; no les sería difícil recalar en el Partido Popular".
Pero las emociones también pesan en política: según las fuentes consultadas, Sayas y Adanero "se sienten dolidos, traicionados y desamparados" por la cúpula de su partido. Especialmente por el presidente Esparza. Y por eso están dispuestos a formar un partido y demostrar, como vienen diciendo estos días, que "los votantes están con nosotros", que "respaldan la decisión" que tomaron.
Guerra en UPN
La guerra ha estallado a raíz de la votación en la reforma laboral, y ya es total, pero las desavenencias entre los dos diputados navarros y la dirección de UPN vienen de lejos. De muy lejos. Se remontan a verano de 2020, cuando Esparza y Sayas se enfrentaron en las primarias por el liderazgo de la formación. Estas ratificaron al primero en la presidencia con un escueto 58% frente al 42% que obtuvo el joven diputado.
Nada más producirse la votación, Sayas avisó de que era necesaria una remodelación interna."El resultado de hoy es un mensaje que hay cosas en UPN que tienen que cambiar y que hay mucha gente que quiere que cambien", defendió. Pero nada cambió.
Fuentes de absoluta solvencia aseguran que la ruptura definitiva entre ambos, Sayas y Esparza, llegó en la votación del último estado de alarma, prorrogado por seis meses. Los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro entendían que no debían "seguir dando carta libre al Gobierno de España" a cambio de nada, pero una llamada de la dirección les impuso apoyarlo, tal y como sucedió con la reforma laboral. "Eso molestó mucho a ambos", aseguran.
Desde entonces, las relaciones entre uno y otro bando (con Adanero en medio hasta esta última semana) no han hecho más que degradarse. Una muestra de ello es que Esparza lleva ya -pese a todo la polémica- semanas sin comunicarse telefónicamente con sus diputados. De hecho, fue la secretaria general, Yolanda Ibáñez, la que les avisó el día antes de la votación de la reforma laboral de qué debían hacer, por imposición del presidente del partido.
Ibáñez no les dio detalles, ni les informó de quién había llevado la negociación (el propio Esparza con el diputado por Navarra y secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán) ni de qué sacarían a cambio (evitarse la reprobación del PSN al alcalde de Pamplona, Enrique Maya).
Así que los dos parlamentarios foralistas decidieron sorprender a todos los grupos políticos votando en contra. La decisión la tomaron a solas en su despacho, tal y como ha informado EL ESPAÑOL, y no avisaron a nadie para evitar que el PNV pudiera enterarse y tuviera opción de cambiar al sí en última instancia, en una operación de salvamento a la norma estrella de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz... y quien sabe si al propio Gobierno.
Desde entonces, ambos se han dedicado a defenderse de los ataques de su propio partido alegando que "el acta pertenece al diputado" y que "los votantes están con nosotros" en su decisión de no apoyar la reforma laboral. Una tesitura que confirman fuentes internas de UPN: "El apoyo en Pamplona es total a Sayas y Adanero. Se han convertido en una especie de mártires".
Las fuentes consultadas por este diario comparan la situación entre UPN y Sayas y Adanero con la que ha vivido en estos últimos meses Génova con Isabel Díaz Ayuso: "Hace tiempo que su protagonismo molestaba a Esparza, que quiere tener siempre las filas prietas en el partido".
El "suicidio" de UPN
Tanto fuentes cercanas a los diputados como otras más próximas a la cúpula coinciden en que la expulsión de Sergio Sayas y Carlos García Adanero es un "suicidio" para UPN, que se quedaría por primera vez sin representación en el Congreso de los Diputados desde 1979, cuando el fundador Jesús Aizpún obtuvo un escaño, el suyo.
En las últimas generales, las celebradas el 10 de noviembre de 2019, la coalición Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) obtuvo 99.448 votos, siendo elegidos los dos primeros de la lista: Sergio Sayas y Carlos García Adanero.
Adanero (Talavera de la Reina, 1967) es un veterano con 35 años de militancia en UPN (se afilió con 19 años, en 1987). Con estas siglas ha sido concejal en el Ayuntamiento de Barañáin entre 1991-95 y portavoz parlamentario desde 2004 a 2015. En 2019 se sentó en el Congreso de los Diputados, donde ha protagonizado aplaudidas intervenciones contra el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios abertzales de Bildu.
Sayas (Buñuel, 1979) también se afilió joven al partido que ahora pretende expulsarlo. Tras licenciarse en Filología Hispánica y obtener un máster en Dirección de Empresas, se curtió en Berriozar, barrio periférico de Pamplona en el que comenzó con 23 años como concejal de Deportes. Su intención era hacer cursus honorum hasta, quizá, algún día, alcanzar la presidencia de UPN, como intentó en 2020.
Tal es el predicamento que ambos diputados han ganado entre los votantes de UPN en estos dos años de legislatura que no sería descabellado pensar que un nuevo partido fundado por estos dos podría plantar cara a la formación foralista, pese a sus más de cuarenta años de arraigo en el feudo navarro. "Muchos se sienten decepcionados, están huérfanos de voto", zanja una persona del entorno de Sayas.
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