La crisis desatada en el PP ha metido al partido en un túnel oscuro del que no se adivina siquiera cómo será la salida. Se estima que al final de ese camino hay un futuro muy incierto en el que puede haber escisiones, congresos con pugnas por el control de la dirección, refundación y obvias dificultades en los próximos procesos electorales.
En el trayecto más inmediato se adivina la posibilidad de una escisión en el partido en Madrid y se mira ya al congreso nacional que debe celebrarse a partir de julio y que estaba inicialmente planteado para reelegir a Pablo Casado como presidente del PP y candidato en las generales. Y se disipa el ciclo electoral victorioso hacia la Moncloa que había diseñado Génova.
Asoma también una batalla que ya empieza a organizarse en algunos territorios para acelerar el congreso nacional previsto para julio. Para eso debe convocarse una Junta Directiva Nacional y forzarse una votación que dejaría a Casado a las puertas de un futuro incierto.
Fuentes de la Presidencia de la Comunidad de Madrid explican que Isabel Díaz Ayuso no tiene voluntad de rendirse y a día de hoy su voluntad es la de llegar hasta el final, incluso al coste de llevar el pulso hasta la disputa de la Presidencia del partido y la cabeza de la candidatura para las generales de 2023. Y el entorno de Casado se remite a los hechos de los dos últimos días para sostener que tampoco se bajará de su posición, entre otras cosas porque consideran que Ayuso ya ha admitido que su hermano cobró la comisión por el contrato con la Comunidad de Madrid.
De esta forma, la posibilidad de un acuerdo que zanje el conflicto no parece próxima y, además, supondría dejar una presidenta de la Comunidad de Madrid muy debilitada y un líder del partido admitiendo el error de gestión del conflicto. El asunto del contrato del hermano de Ayuso está ya en manos de la Fiscalía y, dados los tiempos de la Justicia no parece probable que haya resultados por ese lado en meses. Es decir, si Génova aspira a que una eventual imputación pueda provocar la dimisión de Ayuso es imposible que eso ocurra en el corto y medio plazo.
Recuento de fuerzas
No es posible legalmente que el PP la aparte de la Presidencia autonómica, incluso aunque fuera expulsada del partido. Sólo era posible con una impensable moción de censura con diputados del PP y de la izquierda.
No obstante, la dirección popular ya ha hecho recuento de apoyos a Ayuso en el Gobierno de la Comunidad y en la Asamblea, para medir las fuerzas.
Si eso ocurriera, el horizonte sería el de una escisión en la que Ayuso tendría que decidir si se presenta a las elecciones autonómicas de 2023 al margen del PP.
En el proceso interno, el primer paso que ya está en marcha es el del expediente informativo anunciado por el secretario general, Teodoro García Egea, contra Isabel Díaz Ayuso. Ese expediente necesita cumplir formalidades, pero cabe la posibilidad de que en unos días se eleve a expediente disciplinario, con opción de apartarla de forma cautelar del partido, y a la espera de una resolución que puede acabar en suspensión de militancia, inhabilitación o, en el extremo, en expulsión.
En ese proceso, entra la gestión de los tiempos, porque debe haber un proceso con garantías que incluya escuchar las alegaciones de Ayuso. El objetivo de Génova en este momento es que no pueda presentarse al congreso del PP de Madrid que debía ser antes de julio. Por eso, ya se ha tomado la decisión de aplazarlo y mantener la gestora, con riesgo de que esa situación sea impugnada ante los tribunales con sentencia adversa que, en todo caso, no llegará a corto plazo.
Fuentes del PP dan por hecho que antes de ese congreso de Madrid ya habrá resolución del expediente y, por tanto, será imposible que Ayuso se presente. Se encargarán de que así sea. Incluso, creen posible que la suspensión cautelar de militancia tenga el mismo efecto según los estatutos.
Además, a partir de julio debe celebrarse el congreso nacional. A día de hoy, Ayuso intentaría disputar el liderazgo del partido a Casado, pero el expediente y la posible sanción se lo impedirían.
Control del aparato
En ese pulso, en todo caso, Casado tiene en su mano el control del aparato, incluso el de casi todas las comunidades, aunque Ayuso tenga respaldo de una parte de la militancia. Ese control del aparato territorial provocó, de hecho, algunas disputas en algunas comunidades porque se consideraba que el plan ejecutado por García Egea buscaba blindar a Casado ante una situación comprometida.
Egea, por cierto, tiene pleno apoyo de Casado y actúa en su nombre, aunque haya dirigentes que entiendan que puede ser el cortafuegos en caso de crisis grave. Y hay precedentes como el de Alfonso Guerra con Felipe González o el de Francisco Álvarez cascos con José María Aznar, entre otros, de parejas de líderes y números dos que se rompen abruptamente.
Varios barones regionales, empezando por Alberto Núñez Feijóo, lamentan la gestión de la crisis y culpan directamente a García Egea.
En pura teoría, en ese congreso ordinario que debe convocar la dirección del PP podría presentarse quien quiera para someterse a un doble proceso de primarias entre militantes y luego entre compromisarios, como ocurrió en 2018 cuando fue elegido Casado.
Puede ocurrir también que la dirección del PP decidiera adelantar ese congreso y convocar uno extraordinario en el que también se renueve la dirección mucho antes.
Sobre esta posibilidad ha hablado este viernes el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, para decir que no sería deseable, pero fijando ese marco y poniendo en circulación esa posibilidad.
Feijóo ha asegurado que espera que Pablo Casado solucione este "error mayúsculo propio" cuanto antes para que no sea necesario que los dirigentes del partido pidan un congreso extraordinario en el que se podría elegir a un nuevo presidente del PP. "Yo espero que no necesitemos llegar a un congreso extraordinario para solucionar el problema” y “no se puede dejar abierta esta herida para un congreso", dijo en EsRadio.
Feijóo es el barón con mayor peso, por su trayectoria y porque es el único que logró mayoría absoluta en elecciones autonómicas. Su nombre se barajó en 2018 para suceder a Mariano Rajoy, pero esperó a ser aclamado y se le adelantaron Pablo Casado, Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal y él evitó competir en primarias.
Ahora es el referente y al que miran muchos para caso de emergencia. Y para algunos en el partido ya ha llegado ese momento y por eso se habla de un congreso extraordinario.
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