Pablo Casado ha quedado muy tocado dentro y fuera del partido, pero la posición de Génova es que el líder del PP resiste; que ni se acelera ese congreso; ni se entrega la cabeza del secretario general, Teodoro García Egea, aunque sea un clamor la petición; ni se considera que los movimientos de quienes dentro del partido quieren promocionar a Alberto Núñez Feijóo pueden tener éxito.

“En tiempo y forma”. Así explica un dirigente del PP, muy próximo a Casado, qué ocurrirá con el congreso del partido, inicialmente previsto para el mes de julio, frente a la presión de los que quieren adelantarlo para convertirlo en extraordinario y forzar el relevo del líder del partido. La voluntad de Casado es intentar mantenerse al frente del partido.

Añaden que el líder del PP ha intentado quitarse la presión interna al ofrecer un acuerdo con Isabel Díaz Ayuso que incluye el archivo del expediente, dando por buena su versión del contrato a su hermano. Todo ello después de acusarla públicamente y de haber puesto en marcha el proceso disciplinario.

Explica Génova que hace seis meses se le pidió información y no la dio y ahora sí lo ha hecho, por lo que es posible cerrar la investigación. La pregunta que muchos se hacen en el partido es para qué iniciar el embrollo y anunciar un expediente a la presidenta autonómica si luego se ofrece el cierre sin investigación alguna.

Feijóo exigió el viernes un encuentro entre Casado y Ayuso a solas y, por eso, el líder del PP convocó a la presidenta de la Comunidad de Madrid en Génova. Consideran en la dirección del partido que ya han cumplido esa petición del líder gallego y que muestra su voluntad de cerrar el conflicto.

Concluir el expediente

Además, en esa reunión, según la propia versión de Génova, Casado se mostró dispuesto a incluir el comunicado de Ayuso sobre los 55.000 euros que cobró su hermano en el expediente informativo abierto “para concluirlo satisfactoriamente”. Eso debe entenderse como la disposición a dar por buena la versión de la presidenta de la Comunidad y archivar el expediente, como exigían los barones.

Fuentes próximas a Ayuso entienden que eso supone que Casado se siente muy débil, porque propone la reunión y porque, según explican, acepta que no hay nada para sancionar a la presidenta de la Comunidad, como consecuencia de la presión de los barones.

Pero mantienen que la reunión fue “infructuosa” y que Casado comunicó que sólo se levantaría el expediente informativo si Ayuso decía públicamente que no hubo espionaje. Es decir, su versión difiere de la del presidente del PP, en el fondo y en la calificación que los de Ayuso hacen del resultado de la reunión y da idea de que el duro pulso continúa. 

Sí se abre paso la opción de descartar la sanción a la presidenta de la Comunidad, pero falta que ella acepte decir que no hubo espionaje. La versión de la Comunidad es que resulta ininteligible que Casado haya “montado este lío” para terminar aceptando la explicación de Ayuso. Al admitir que puede cerrar el expediente está de facto admitiendo que no hay nada y que todo fue un error, añaden estas fuentes.

Y los dos, en distinto grado, siguen teniendo un futuro incierto.

Especialmente Casado porque ha rectificado tras su dura posición y porque son evidentes los movimientos internos para moverle la silla y Ayuso porque ha ganado el pulso, pero tiene difícil su futuro cuando el propio líder de su partido ha dicho que nunca haría lo que ella en relación al contrato firmado con la empresa para que la que trabajaba su hermano. No es fácil imaginar un futuro con los dos conviviendo en sus cargos.

Queda por determinar si en esa situación pugnará por la Presidencia del PP de Madrid o si, incluso, puede intentar disputar el liderazgo a Casado en el Congreso. Fuentes de la Comunidad indican que Ayuso no cederá. Ese temor a un enfrentamiento en primarias con Ayuso es lo que argumenta Génova para evitar anticipar el congreso.

'Operación Feijóo'

Mientras, crece el movimiento de militantes y cargos intermedios que entienden que es el momento de proceder a un cambio radical en el partido, mirando a Alberto Núñez Feijóo. Pretenden promover la sustitución de Casado lo más rápido posible para evitar que siga el desgaste. Su opción sería hacerlo en un congreso extraordinario inmediato.

El equipo de Casado considera que puede aguantar por el apoyo del aparato del partido en todo el territorio. Más aún después de intentar el acuerdo con Ayuso para lograr una salida incruenta.

Fuentes de Génova explican que no tienen la más mínima referencia directa de que Feijóo pretenda actuar contra Casado, pero han empezado a contar apoyos en toda España para una hipotética batalla.

Casado mantiene contacto con los barones para informales de su posición. De hecho, hace tiempo que les contó las sospechas sobre Ayuso y el polémico contrato. Y les ha informado de la reunión del viernes con la presidenta de la Comunidad de Madrid.

El otro elemento en conflicto es el del futuro del secretario general, Teodoro García Egea. Fuentes de Génova explican que Casado no quiere entregar su cabeza y se resiste a las presiones de los barones que consideran que, al menos, el líder del PP debe entregarla como responsable de la forma en la que se ha gestionado la crisis y cómo se ha llevado al partido a esta situación.

Esta por ver si resiste a esa presión y si cederla le libra del cuestionamiento interno. Porque García Egea nunca ha actuado por libre y siempre lo ha hecho con apoyo y por delegación de Casado. Si el líder del PP cede también en esto, sería su segunda cesión en días, tras la del cierre de la investigación y quedaría a la interperie.

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