La crisis interna que se vive en el seno del Partido Popular podría tener consecuencias en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Y es que la guerra fratricida entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso podría derivar, tarde o temprano, en una remodelación (o purga, si lo prefieren) del Ejecutivo regional en la que los miembros más próximos a la dirección nacional del partido sean apartados. Así le consta a EL ESPAÑOL.
Tras la contundente victoria en las elecciones autonómicas del pasado 4 de mayo, con Ciudadanos ya fuera de Puerta del Sol, la baronesa popular pudo configurar un consejo de Gobierno a su medida, reduciendo su número de 13 a 9 consejeros, pero manteniendo el cupo de Génova, representado en puridad por Enrique López (Justicia), David Pérez (Transportes) y Carlos Izquierdo (Administración Local y Digitalización).
Era otra época, claro, en la que el hermano de Isabel Díaz Ayuso no había cobrado 55.850 euros en el marco de un contrato para la compra de mascarillas en China por valor de 1,5 millones. Y Génova no había puesto en marcha el supuesto espionaje a su dirigente para asegurarse de la legalidad de la operación.
Había todavía paz, en suma. Pero no es hasta que se desata la guerra, cuando los intereses comunes dejan de unir a los miembros de un partido, que se demuestra quién está de tu lado. Y los tres consejeros antes mentados han sido los únicos, casualmente, que no han secundado a la presidenta madrileña en su pugna con Génova.
Su silencio ha sido más que elocuente, teniendo en cuenta lo beligerantes que han sido en redes sociales otros miembros de Puerta del Sol. Hasta la consejera Marta Rivera de la Cruz, titular de Cultura, que proviene de Ciudadanos, ha expresado su "afecto", "apoyo" y "confianza" a la mujer que la rescató tras la debacle liberal.
Pero no todos los consejeros se han sumado hashtag #YoConAyuso. Ni mucho menos. Hay quienes han optado por el mutismo, en palabras de los populares madrileños, porque están "a la espera" de ver "de qué lado se decanta" la pugna y así "salvar su futuro".
Es el caso de Enrique López, consejero de Justicia, Interior y Presidencia, amén de vicesecretario de Justicia en el organigrama de Casado. En medio de este fuego cruzado, el exmagistrado del Tribunal Constitucional aún no se ha pronunciado públicamente sobre el conflicto interno que sacude al partido. Desde el PP de Madrid hay quien dice que "sueña con relevar a Ayuso", pero que "se va a quedar con las ganas".
Quien tampoco se ha mojado es Carlos Izquierdo, como era previsible. Al consejero de Administración Local y Digitalización, pese a que estuvo presente en los Gobiernos de Cristina Cifuentes y Ángel Garrido, le costó mucho encontrar acomodo en el de Isabel Díaz Ayuso. Y eso que colaboró intensamente en la campaña electoral del 4M...
El último es David Pérez, consejero de Transportes, un tecnócrata próximo a Génova que también hubo de luchar para hacerse un hueco en el primer Ejecutivo de Ayuso (aquel que echó a andar a mediados de 2019).
El silencio de Concepción Dancausa es distinto. La titular de Familia, Juventud y Política Social, recientemente salpicada por los abusos sexuales a tres menores tuteladas, es poco dada a pronunciarse en redes sociales y meterse en polémicas. Está justificado.
El equipo de Ayuso
Dentro del núcleo duro de la presidenta madrileña destaca Enrique Ossorio, su portavoz y consejero de Educación, que es el que más ha dado la cara por Díaz Ayuso estos últimos días, llegando a equiparar a Pablo Casado con Pablo Iglesias: "Le he visto hacer la misma laboral, acusar sin pruebas a dirigentes de otros partidos, denegando la presunción de inocencia, acusando sin pruebas. Me parece impresionante".
Junto a él, los otros dos grandes escuderos de la dirigente popular han sido el consejero de Economía y Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, y el de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que han sido los encargados de defender la legalidad del contrato adjudicado a Tomás Díaz Ayuso.
El más concernido, el último (el titular de la Consejería que impulsó el contrato que ha originado la polémica), ha defendido que "nuestro trabajo ha sido honrado siempre". Por otro lado, Lasquetty, se ha referido al contrato como "irreprochable", por cuanto "ha pasado todos los controles previos y posteriores internos de la propia Comunidad de Madrid y externo".
En esta línea de defensa acérrima, la consejera de Medioambiente, Paloma Martín, ha zanjado la situación aseverando que "el proyecto político de Díaz Ayuso es el que representa a la mayoría de los ciudadanos": "Las medidas liberales que generan ilusión, confianza y prosperidad en nuestra región".
Por lo expuesto, queda claro quién está con quién dentro del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la que pugna que la presidenta madrileña mantiene con Génova. Quienes hoy callan tienen todas las papeletas para ser apartados en una futurible remodelación.
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