No habrá una compra, no se liberará ninguna partida presupuestaria ni se licitarán nuevos contratos expresamente para esta operación. Según la información recabada por este periódico en fuentes gubernamentales, las armas prometidas por Pedro Sánchez para "la resistencia ucraniana" saldrán del arsenal del Ejército español, si bien todavía no está determinada la cantidad, ni el tipo de equipos que serán entregados al Gobierno de Volodímir Zelenski.
Desde el entorno del presidente del Gobierno se ha confirmado a EL ESPAÑOL que el "armamento de ataque" forma parte del equipamiento "propio" del Ministerio de Defensa.
La decisión contempla la posibilidad de "entregar" material en stock o que en fabricación pero, en todo caso, propiedad del Ejército español. Y se tomó a última hora de este martes en las oficinas de Moncloa, al habla con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y la de defensa, Margarita Robles.
Robles anunció a última hora los detalles del "primer envío" que España entregará a Ucrania, ya este mismo viernes. Dos aviones del Ejército transportarán a Polonia un total de 1.370 lanzagranadas contracarro y 700.000 cartuchos de fusiles y ametralladoras.
"Saldrá el viernes por la mañana, hasta un punto cercano a la frontera con Ucrania y serán recogidos por las autoridades ucranianas", explicó la ministra en declaraciones a Antena 3. Robles resaltó que este primer envío es "importante" porque permitirá "una defensa muy individualizada" que podrá ser utilizada por "personas que no tienen una gran experiencia en la utilización de armas". Pero aún queda por concretar el resto de la aportación española.
En algún momento entre las 15.30 y las 20.30 horas, el presidente del Gobierno rectificó su decisión de "vehicular a través de la UE toda contribución española en armas letales" para la defensa de "una nación hermana que está siendo atacada de manera brutal e incomprensible" por el régimen de Vladímir Putin.
A las 15.30 horas salían de las instalaciones de Moncloa las ministras que habían comparecido en la rueda de prensa posterior al consejo de Ministros. Nadia Calviño, Raquel Sánchez y la portavoz, Isabel Rodríguez.
"Acuerdo roto"
Hasta ese momento, todo el equipo del Gobierno estaba alineado con la primera decisión del presidente, que encajaba en el acuerdo al que había llegado a finales de enero con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz: "El eventual envío de armamento ofensivo a Ucrania debe ser decidido en el seno de la Unión Europea", pactaron los líderes de PSOE y Unidas Podemos. Un pacto ahora "roto", según el entorno de la vicepresidenta segunda.
"Nada impedía en lo consensuado que España votara a favor, en el seno de los consejos europeos, de hacerlo activar ese fondo para comprar armas para la defensa de Kiev frente a la agresión de Moscú", confirmaban fuentes moradas a este periódico. Sí estaba descartada la entrega bilateral.
Quien negoció con los Veintisiete fue José Manuel Albares, en el consejo informal de Exteriores del pasado sábado 26 de febrero. De hecho, según fuentes del Gobierno, nuestra representación en Bruselas fue una de las impulsoras de activar "por primera vez en la historia" un fondo que se llama "para la paz" torciendo el objetivo para el que fue diseñado hace sólo tres años, que es el de financiar las misiones de la UE en el exterior (Mali, Turquía, etc).
"El ministro de Exteriores se comprometió ante sus colegas en este sentido", confirmaba una fuente de Moncloa a este periódico. Y, a la vista de que España es el cuarto contribuyente de la UE, por volumen de su economía, y que su cuota es cercana al 10% de las aportaciones, por eso Rodríguez insistía en su comparecencia en que "España sí va a entregar armas ofensivas a Ucrania", tal como había informado en primicia EL ESPAÑOL esa misma mañana. Ese montante significaba que la compra española sería de unos 45 millones de euros.
Sin embargo, el acuerdo de mostrar un perfil bajo en los asuntos más belicistas alcanzado entre Díaz y Sánchez para "salvar la coalición", a finales de enero, se interpretó por la oposición como una deshonra para España.
"Estamos apareciendo ante el mundo como el país menos comprometido con la defensa de Ucrania", deslizaba una fuente popular este martes a este periódico. "Sánchez va arrastrando los pies por culpa de sus socios", remataba un dirigente de Ciudadanos.
Llamadas a Díaz y Belarra
Y por eso se improvisó esta decisión, lo que explica que hasta última hora de este miércoles no se concretara el primer envío, en contra de los anucios detallados de otros socios europeos. "Hay un listado, que se elaboró el sábado en el consejo de Exteriores", explica otra fuente del Gobierno, "y ahora se trata de que cada Estado miembro identifique qué material tiene y se puede enviar a Ucrania".
Lo cierto es que no sirve cualquier equipo, tiene que ser útil para repeler la ofensiva rusa -con sus características-, fácilmente transportable, y "para el que no haga falta instrucción", ya que debe entrar en uso de inmediato, y no se pueden hacer ejercicios de instrucción en plena guerra.
Así, pasadas las 20.30 horas, la vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en la coalición recibió una llamada del presidente. En ella, Sánchez le explicó el cambio de criterio, y le dijo que el ministro Albares estaba, en ese mismo momento, contactando con Ione Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, para darle la misma información.
Según fuentes moradas, esto no fue del todo así. Sánchez sí le confirmó a Díaz la firmeza de su cambio de criterio. Sin embargo, el titular de Exteriores "se limitó a sondear a Belarra, preguntándole cuál sería su opinión si el Gobierno tuviese que decidir contribuir bilateralmente con la entrega de armas letales a Ucrania".
Las mismas fuentes explicitan que la dirigente de Podemos advirtió a Albares de que no estarían de acuerdo, que lo criticarían públicamente y harían ver su discrepancia, como así lo hizo. Pero Belarra colgó el teléfono sin saber que, efectivamente, iba a haber un anuncio en la comparecencia de Sánchez ante el Congreso.
Los detalles
Un alto funcionario de Moncloa confirmaba a este diario que la decisión se tomó, efectivamente, en la tarde del martes en las dependencias de Presidencia. Y que la única motivación de la misma fue la que había expresado Sánchez desde la tribuna del Congreso:
"La unidad en esta respuesta es tan importante que, por si a alguien la cabía alguna duda del compromiso del Gobierno de España con los valores y los principios de la democracia y de la libertad", dijo, "quiero anunciarles que, además de la contribución al fondo europeo, España entregará armas a la resistencia ucraniana".
Sánchez, en todo caso, no dejó claro en qué sentido, de qué manera, cuántas armas, de qué tipo ni en qué circunstancias. Tampoco cuándo, dónde y por qué importe. Pero con esta decisión rectificaba su posición inicial, la de la apuesta por una unidad a nivel nacional "tan sólida" como la alcanzada en el seno de la Unión europea y de la OTAN. Según él, su determinación había sido incomprendida y esto le dificultaba mantener la unidad de acción y opinión con la oposición.
El mismo miembro del equipo de Moncloa confirmaba que en ningún caso Sánchez había recibido llamadas de Bruselas o de algún otro socio comunitario, reprochándole falta de compromiso.
"No había problemas con UE ni con Ucrania", afirmó este funcionario, a pesar de que Zelenski no ha lucido su llamada con Sánchez, como sí ha hecho con decenas de líderes mundiales, desde el inicio de la invasión hace una semana. "No ha habido llamadas, todos nuestros socios y aliados saben que estamos tremendamente comprometidos".
Según la versión del Gobierno -del ala socialista, se entiende-, la sucesión de hechos es la siguiente: Albares impulsó la activación del Fondo Europeo para la Paz y comprometió la aportación española el sábado. El presidente lo dejó claro el lunes, en su entrevista televisiva, explicando que se vehicularía a través de la Unión, "como nos ha pedido el Alto representante Josep Borrell, ya que es una amenaza a Europa".
El martes, "nadie descartó esta posibilidad en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, simplemente se reiteró la posición previa". Y por la tarde, el cambio de criterio "es en busca de que no haya ninguna duda de nuestra voluntad decidida". Fuentes de Unidas Podemos señalaban que Sánchez había "buscado más la unidad con la derecha que con sus socios".
Y de hecho, no quedó. Al punto de que el presidente, como desde el inicio de la crisis, recabó el apoyo de la oposición y las críticas de sus socios y aliados. Cuca Gamarra, con un discurso vibrante y retocado a última hora para incluir la respuesta al sorpresivo anuncio, agradeció "la rectificación". Lo mismo hizo Edmundo Bal. Y hasta Santiago Abascal la reconoció, a pesar de exigir la dimisión de Sánchez por no ser "creíble, fiable ni respetable", esencialmente, por culpa de sus socios "comunistas y nacionalistas".
Para Moncloa, el cierre de filas es clave. "Habría sido un fracaso enorme dar imagen de debilidad y desunión ante el encargado de la Embajada de Ucrania", presente en el hemiciclo.
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