Foruk Orain (Fueros ahora), una nueva plataforma constitucionalista vasca que tiene "afán integrador" y quiere "hacer frente al nacionalismo en las urnas", se ha presentado este sábado en Bilbao. En el manifiesto inaugural plantean eliminar la imposición del euskera porque entienden que está actuando como "instrumento de limpieza poblacional" y "clientelismo electoral". También alertan sobre el riesgo de que el País Vasco caiga en el "bucle destructivo catalán".
"Nos proponemos favorecer la confluencia de los constitucionalistas vascos y competir con el nacionalismo en las elecciones municipales, autonómicas, generales y europeas", precisan en el manifiesto de constitución. Su pretensión es presentar un proyecto unido que "mire hacia el futuro político" que les corresponde como vascos y españoles en las instituciones y en el debate sobre el presente y el futuro del País Vasco como "parte esencial del Reino de España".
La citada asociación, respaldada por catedráticos, historiadores como Guillermo Gortázar o Pedro Chacón, y escritores vascos, como Iñaki Ezquerra, entre otros, se plantea como una alternativa unitaria que sume en las urnas a los que se sienten vascos y españoles frente al nacionalismo y a la "cada vez mayor irrelevancia en que está sumido hoy el constitucionalismo vasco".
En el manifiesto de constitución proponen que la Plataforma se constituya en los términos de "moderación y convivencia", pero también de claridad política y de lealtad constitucional que posibilite el relevo del nacionalismo gobernante en Euskadi.
Tras dejar claro que no se sienten suficientemente representados por los partidos no nacionalistas, señalan la necesidad de crear una "plataforma unitaria" para hacer frente en las urnas al "riesgo y horizonte excluyente" de los nacionalistas vascos.
En este texto advierten de que la representación política de los vascos no independentistas lleva años retrocediendo de modo que la posibilidad de caer en el "bucle destructivo catalán" es una eventualidad que les preocupa dado que no responde a una realidad histórica, social, económica, ni política.
Vergüenza de los 'ongi etorri'
Señalan, al respecto, que el País Vasco asiste desde el inicio de 2022 a un incremento del peso político del populismo y del nacionalismo, así como a la "vergüenza de la exaltación de ex-reclusos de ETA".
Junto a ello, señalan que han constatado la "extrema debilidad" de los partidos constitucionalistas en las provincias vascas, derivada, según precisan, "de un seguidismo al nacionalismo vasco y a los compromisos de gobernabilidad, tanto del PP como del PSOE, en el Congreso de los Diputados".
En este sentido, argumentan que el País Vasco carece de una alternativa política moderada que sea capaz de rivalizar con el proyecto nacionalista del PNV, un partido que según los firmantes del Manifiesto se ha convertido en "refugio" de votantes no nacionalistas ante la "amenaza del populismo y de HB-Bildu".
Pero advierten de que los vascos que no comparten esa "visión supremacista y racista de Sabino Arana", no tienen nada que ver con un proyecto nacionalista "excluyente y orientado a la escisión de la sociedad vasca".
Ni división ni ruptura
Por el contrario, precisan que los que se suman al manifiesto, defienden la pertenencia a la Nación española y señalan que hoy la paz, la libertad, la democracia, la estabilidad y la autonomía descansan sobre la Constitución de 1978. "Es nuestra principal referencia", apuntan al mismo tiempo que avisan de que se opondrán a cualquier proyecto de división o ruptura por parte del nacionalismo vasco.
Explican que el actual Estatuto de Autonomía, aprobado por la inmensa mayoría de los vascos en el referéndum de 1979, cumple con creces cualquier anhelo de autogobierno y recalcan que "no es patrimonio del PNV". Además, apuntan que los nacionalistas pretenden hacer la reforma del Estatuto vasco en la dirección de la independencia.
Por lo que se manifiestan en contra del camino de la división y proponen el respeto de la autonomía de raíz foral de cada una de las provincias vascas, limitando la intervención del Gobierno vasco a la mera coordinación, reduciendo gasto burocrático y recuperando la centralidad de las diputaciones forales provinciales.
También destacan que el País Vasco es "bilingüe" con un idioma que ha sobrevivido miles de años sin necesidad de "inmersión". Sin embargo, creen que la obligatoriedad del idioma vasco para acceder a la función pública y múltiples empleos en la enseñanza o en la sanidad y en la administración "lejos de ser una defensa del idioma vasco, se convierte en un elemento de división, rechazo y en un instrumento del PNV y de HB Bildu para generar clientelas electorales".
Concluyen que la propuesta política que efectúan es de unidad y la hacen desde las provincias, "sin centralismo de una provincia sobre las otras ni dependencias sucursalistas de sedes centrales de partidos de ámbito nacional".