Pedro Sánchez se reunirá con siete jefes de Gobierno en dos semanas. Las vicepresidentas y el ministro de la Presidencia hacen desde este miércoles lo propio con los grupos parlamentarios. Habrá una Conferencia Sectorial de Asuntos Económicos el lunes que viene por la mañana con las Comunidades Autónomas. Y el Ejecutivo volverá a citar a los agentes sociales esa misma tarde.
Todo lo que anunció la portavoz del Gobierno el martes suena a buenas intenciones. A Pactos de la Moncloa -como plantea el mismo Felipe González-, a concertación nacional para que el Plan de Respuesta a las Consecuencias Económicas de la Guerra sea todo un acuerdo de Estado que alimente la unidad en la UE y beba de ella, como quiere el presidente...
Pero hay un obstáculo principal: la incompatibilidad manifiesta de Unidas Podemos con el Partido Popular. "El PSOE de toda la vida estaría encantado de pactar con el PP, pero estamos nosotros en el Gobierno", advierten fuentes del socio minoritario de la coalición. Así que, según ha podido saber este diario, la reunión de este miércoles con la cúpula popular habrá sido el preludio de un fracaso.
El ala de Gobierno liderada por Yolanda Díaz ya está negociando directamente con el PSOE una posición común, según confirma el entorno de la vicepresidenta segunda. Y dará al presidente a elegir: si acuerda con el PP, tendrá que ser porque la dirección eventual de los populares "renuncie a sus principios e intereses". Si no, Unidas Podemos apostará por "medidas que se noten y protejan a la gente muy por encima del bonito relato de que somos partidos de Estado y labramos consensos".
De hecho, éste fue una de los pocos contenidos de la reunión celebrada este martes por la tarde en la sede del Ministerio de Trabajo. Díaz reunió -por primera vez desde que asumió el liderazgo morado hace ya un año- a los ministros de Unidas Podemos, muy molestos por las sucesivas "traiciones" del presidente... y molestos con ella por no ejercer sus labores de coordinación.
Se enteraron por la tele
Todos ellos, incluida Díaz, habían conocido por televisión y en directo -viendo la entrevista de Sánchez, el lunes, en la Sexta- el anuncio de que su propio Gobierno subirá el gasto en Defensa a partir de los próximos Presupuestos. Era la segunda rectificación en apenas dos semanas de las posiciones no sólo acordadas entre socialistas y morados, sino proclamadas por el propio jefe del Ejecutivo.
Primero fue el envío de "material bélico ofensivo a la resistencia ucraniana" que, en 48 horas, pasó de prometer "vehicularlo únicamente a través de la Unión Europa" a ser una entrega bilateral de Madrid a Kiev. El lunes 28 de febrero, Sánchez le dijo una cosa a Carlos Franganillo en TVE, y dos días después anunció la contraria a los españoles en el pleno del Congreso.
Y después vino lo del alza del presupuesto de Defensa. Lo mismo: en la entrevista aquel lunes en la tele pública, Sánchez descartó públicamente la idea, a pesar de que la había valorado por sugerencia de José Manuel Albares y Margarita Robles.
Los ministros de Exteriores y Defensa son los que más tratan con sus homólogos de los socios y aliados de la UE y la OTAN estos días. Y España es el segundo país que menos invierte en sus ejércitos en relación al PIB. Sólo Luxemburgo gasta menos de entre los 30 miembros de la Alianza Atlántica.
Aquel lunes, Sánchez se limitó a reafirmar el compromiso de que "a final de la legislatura pasaremos del actual 1,02% al 1,22%". Este lunes, 14 días después, le dio a Antonio García Ferreras otras cifras -infladas y no coincidentes con las oficiales- y se comprometió a "cumplir el mandato de la OTAN de alcanzar el 2% del PIB en presupuesto para Defensa" en los próximos años.
Es decir, lo que promete el presidente es, en realidad, duplicar los presupuestos militares. Y Podemos se niega en redondo: "No lo apoyaremos y punto", anunció Pablo Fernández, portavoz del partido fundado por Pablo Iglesias. Las prioridades para los morados son otras. "Para empezar, las medidas pendientes en el acuerdo de coalición", explica una fuente de la dirección. "Y eso significa, muy prioritariamente, la reforma fiscal".
Bajar (y subir) impuestos
Ése es el motivo por el que será imposible que el "acuerdo de unidad" que plantea Sánchez vaya a ser realidad. Porque Unidas Podemos ya traga con lo de la "rebaja de impuestos" que también anunció Sánchez en su entrevista del lunes, pero advierte de que "lo que se baje para los consumidores y las pymes se debe subir a las grandes empresas, las grandes fortunas y las rentas más altas".
Y ahí, claro, "no vemos al PP".
En todo caso, la cita de Yolanda Díaz con Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Garzón y Joan Subirats, tuvo algo más de contenido. Por un lado, la vicepresidenta segunda informó a las dos ministras de Podemos, al de Izquierda Unida y al profesor que ocupa la cuota de los Comunes que esa "nueva reforma fiscal" sigue estancada. Su director de Gabinete, Josep Vendrell, y el secretario de Estado Nacho Álvarez llevan días pidiendo reuniones con la ministra de Hacienda, sin recibir respuesta.
Álvarez es el encargado de negociar las medidas económicas con los representantes socialistas del Ejecutivo. Y, según ha podido saber este diario, "sigue esperando que lo convoque María Jesús Montero". En todo caso, las fuentes advierten de que Unidas Podemos se pondrá "muy pesado" con este asunto, y no dejarán de marcar terreno.
O Podemos o PP
Así lo lograron, por ejemplo, la semana pasada. La reacción del PSOE, arremetiendo durísimamente contra Cuca Gamarra, portavoz del PP, tras la sesión de control, fue consecuencia de las presiones moradas. Hasta el día anterior, la coalición había pasado su "peor crisis", a cuenta del envío de armas a Kiev. Y una llamada de Irene Montero al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cambió el paso.
La número dos de Podemos aceptó "bajar el tono" y que el partido mostrara "apoyo al presidente" a cambio de un cierre de filas. El portavoz parlamentario del PSOE, fue el encargado de representarlo. Héctor Gómez calificó al PP de "indecente" y sentenció que "es imposible contar con ellos para nada".
Las declaraciones de Gómez fueron recibidas con "auténtico estupor" en las filas populares, inconscientes de haber hecho nada para merecer "tanta dureza". Gamarra simplemente le había afeado a Sánchez que culpara a Putin de "toda la subida de la energía y la consiguiente inflación", que comenzó su imparable subida en abril de 2021.
Pero el PSOE había cumplido su parte del trato. Lo mismo que espera ahora Unidas Podemos lograr con el Plan de Respuesta: "No se pueden bajar impuestos, perder ingresos, subir el gasto en Defensa y, a la vez, sostener que no dejas nadie atrás... lo primero lo plantea el PSOE y lo firma el PP; lo segundo es de lo que nos vamos a encargar nosotros".
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