Elías Bendodo Benasayag (Málaga, 1974), hijo de sefardíes y miembro de la comunidad israelita de Málaga, es el nuevo hombre fuerte en la flamante cúpula del PP nacional. Será el coordinador general o lo que es lo mismo, el número tres.
Se trata de una figura que ya tuvieron los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, pero de la que prescindió Pablo Casado.
Bendodo está contento y ayer se le notó en su primera comparecencia ante la prensa tras conocer su nuevo cargo. Fue su primer baño de masas como tal y lo hizo entre aplausos y felicitaciones de antemano.
Eso sí, sabe que su tarea será ardua. "Es admirable su capacidad para sobreponerse a la presión y no verse desbordado por los problemas. Es en esos momentos cuando más se crece y se motiva", señalan a EL ESPAÑOL desde su entorno.
Bendodo ejercerá de enlace con las vicesecretarías, cuyos cargos podrían anunciarse este domingo, y será máximo colaborador con la número dos, Cuca Gamarra. Con ella trabajará mano a mano y será su apoyo más en las entrañas del partido.
A día de hoy, ella sigue siendo portavoz del grupo parlamentario del PP en el Congreso. En cualquier caso, el objetivo es que la coordinación de ambas figuras les permita apoyarse para llevar el peso de sus respectivas funciones en Génova, 13, y asumir otras tareas. Bendodo seguirá siendo consejero de la Presidencia en la Junta de Andalucía y tiene un reto importante con unas elecciones fechadas entre junio y noviembre.
Con Gamarra "tiene feeling" para llevar las riendas de un partido que hace algo más de un mes se desangraba tras la mayor crisis de su historia. Con ella formó parte del núcleo duro de la campaña de Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias. Esas que ganó Pablo Casado, que ayer se despedía en Sevilla vistiendo corbata negra tras tres años y medio en su cargo.
"Las luces largas"
También dicen los que conocen a Bendodo que es un tipo listo, audaz y un buen estratega que "siempre lleva puestas las luces largas", y eso en política es importante.
Le gusta tener todo bajo control, anticiparse a los movimientos y tiende a expandirse. En definitiva, tras este nombramiento, Bendodo dará el salto a las tripas de Génova, donde hará lo que mejor sabe hacer: ejercer de clave de bóveda para equilibrar las tensiones.
Sobre el papel, hace también de número tres en el Gobierno andaluz de Juanma Moreno, como consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta. En el organigrama sigue al vicepresidente, Juan Marín, líder de Ciudadanos, pero el brazo ejecutor es el suyo.
De hecho, Moreno le debe en parte la Presidencia. Aquella noche del 2 de diciembre de 2018, cuando el PSOE ya sabía que no podría gobernar, él sí supo que sería el ideólogo de ese Gobierno del cambio, un eslogan que se ha tatuado a fuego.
Ese ha sido su principal valor en Andalucía, donde se ha convertido en una pieza fundamental en el Gobierno de Juanma Moreno, amigo y compañero de batallas desde las Nuevas Generaciones de la provincia de Málaga.
Gran negociador
Se fajó para que a los populares no se les escapara la oportunidad de su vida de cambiar el panorama político andaluz tras 37 años de gobiernos socialistas, cuando la cabeza de Moreno y la suya propia estaban en juego. Bendodo supo jugar la partida logró aunar en un solo Ejecutivo al PP y Cs, con el apoyo de Vox, con el que ha llegado a aprobar tres Presupuestos.
También ha sido el máximo interlocutor con Génova en estos meses de difícil convivencia, sobre todo a la hora de celebrar los congresos provinciales.
Pero eso ya es agua pasada. Bendodo dijo ayer que "el PP de España se pone ya en modo Andalucía". Con él en las tripas de Génova y con el tándem gallego-andaluz, Moreno tendrá las manos aún más libres para diseñar su campaña y las listas electorales, que tanto nerviosismo suelen causar en las filas.
No obstante, eso no quita que el presidente andaluz mire con cierto recelo su media marcha a Madrid en un momento clave en Andalucía ante "el inminente" proceso electoral. El adjetivo lo puso ayer el propio Bendodo, aunque a continuación lo matizó diciendo que Moreno quiere acabar la legislatura.
Ambos quieren mostrar imagen de estabilidad en un mapa de España en el que los gobiernos de coalición con Cs han caído uno tras otro, menos en Andalucía.
Carreras y series de Netflix
Para liberar su mente, le gusta el boxeo y ver series de Netflix, y para mantener la línea, como buen presumido, intenta correr todas las mañanas. Reconoce que en sus trayectos con zapatillas de deporte su mente vuela y se le ocurren ideas que después plasma en el Gobierno andaluz. Ha demostrado que es un buen corredor de fondo, quizás por su origen judío, aunque no hace alardes: cree que es una religión como otra cualquiera.
De hecho, toda su educación transcurrió en un colegio concertado de monjas, propiedad de las Hijas de Jesús, en el barrio de Gamarra -casualidades del destino-, uno de los más populosos de Málaga. Es padre de dos hijos que, igualmente, van a un colegio católico. De hecho, cerca de su centro educativo fue donde ETA asesinó una aciaga noche de julio del año 2000 al concejal José María Martín Carpena.
Tras su muerte, Bendodo entró a formar parte de la corporación municipal con 24 años, pero llevaba desde los 18 en política. Era el número 20 de una lista que consiguió 19 concejales y ese mismo año ya era presidente de las Nuevas Generaciones del PP, puesto que ocupó durante un lustro.
Licenciado en Derecho y gran defensor de que a la política hay que llegar formado, su carrera en Málaga ha sido siempre de altas miras y en 2008 se convirtió en presidente provincial. Hasta su entrada en la Junta de Andalucía, su nombre sonaba como sustituto del alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre.
Sin embargo, esa puerta nunca llegó a abrirse del todo y Bendodo ha ido encontrando su espacio, siempre con el protagonismo de una figura política que ha sabido comprender el ecosistema en el que se desarrollaba. Sabe aplicarse la tesis de Charles Darwin de que las especies que sobreviven son las que mejor se adaptan a los cambios.
Su carrera siguió en ascenso. No encontrar ese hueco en el Ayuntamiento, donde fue uno de los concejales más activos como responsable de Turismo y Deportes, le hizo poner las miras en la Diputación Provincial, entidad que presidió entre 2011 y 2019.
Presume de muchos proyectos, pero especialmente el del Caminito del Rey, esa senda aérea construida en las paredes del Desfiladero de los Gaitanes entre El Chorro (Álora), Ardales y Antequera, porque es de esas personas que cree que el camino se hace andando.
Apuesta arriesgada
Fue en aquel momento cuando decidió hacer una apuesta arriesgada: acompañar a Juanma Moreno en su andadura hasta San Telmo sin el viento a favor. Lo mismo que ahora cuando seguro, con sus luces largas, vislumbra de lejos la Moncloa.
En esta meta y en el objetivo de que los andaluces revaliden el Gobierno del cambio centrará todos sus esfuerzos. "Me multiplicaré", fueron sus primeras palabras tras el nombramiento para sobrellevar su Consejería de Presidencia, Administración e Interior; su portavocía en la Junta, su presidencia del PP de Málaga y del Comité Electoral regional. Más, a partir de mañana, su papel como nexo del PP en todas las comunidades.
Este malagueño, que siente adoración por sus padres nacidos en la ciudad marroquí de Larache, de los que presume en sus redes sociales, tiene clara otra cuestión: "En política hay que estar siempre con las maletas preparadas".
Ante esta nueva etapa, las tendrá que tener siempre hechas para viajar de Andalucía a Madrid en un tren que le ha pasado por delante y en el que no ha dudado en montarse y conducirlo, quién sabe, hasta el mismo Gobierno de España. Como dice la canción de Joan Manuel Serrat, por carambola o no, de vez en cuando la vida se hace a nuestra medida.