El nuevo Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo tiene una de sus patas más fuertes posadas sobre el escenario europeo. No es sólo por la presencia en su Comité Ejecutivo de un vicesecretario institucional, Esteban González Pons, "que llevará las relaciones internacionales del partido y trasladará de ida y vuelta las propuestas", sino porque ese cargo es de nueva creación.
El nuevo presidente sabe que la fortaleza de la formación popular reside en que es la más grande, junto a la CDU-CSU alemana, del continente. Y esa prevalencia "alimenta de ideas y nutre de influencia", según las fuentes consultadas. El PP se apoyará en los colegas europeos que gobiernan en la UE. Con las presidentas de la Comisión y del Parlamento europeos y con toda la influencia de ser el principal grupo político de la Eurocámara.
Para empezar, los populares marcarán terreno en un asunto que es tan urgente como grave, tan importante como definitorio: la guerra en Ucrania, sus causas, consecuencias y "cómo debemos reaccionar los europeos". Según los valores de los líderes del centro derecha, "nuestra esencia es la de tender puentes y unir los pueblos y las ideas diferentes".
No en vano, un argumento principal de los partidos hermanos en Europa es el de que "fueron los democristianos y los conservadores los que idearon las Comunidades Europeas". Y por eso, porque en ese momento el viejo continente precisó de ayuda para su reconstrucción y la tuvo, la primera de las propuestas que impulsará el PP, de la mano de sus socios europeos, es la de un Plan Marshall para Ucrania, una vez que acabe la guerra.
Este periódico ha tenido acceso a los acuerdos alcanzados en el seno de la última reunión del Partido Popular Europeo, una convención de dos días a las afueras de Bruselas. Según el texto aprobado, "el crimen internacional contra Ucrania" ha "alterado drásticamente la realidad geopolítica en Europa". El documento reconoce la "rapidez y la decisión" con la que reaccionó la UE "imponiendo sanciones sin precedentes contra Rusia y su cómplice Bielorrusia".
El texto plantea otra acción de peso, enfrentada a las decisiones "timoratas y decepcionantes" del último Consejo, del 24 y 25 de marzo, según las calificó el líder popular, Manfred Weber, en una entrevista a este periódico. La UE debe "trabajar para hacer realidad la promesa de otorgar a Ucrania el estatus de 'candidato' sin demora".
Asimismo, y como paso previo con carácter inmediato, se insta a trabajar para su integración acelerada en el mercado único de la UE, según la fórmula "todo menos las instituciones", en la línea del vigente Acuerdo de Asociación con el país invadido por Vladímir Putin.
Los 'poderes' del PPE
Pero ahora, los populares exigirán que se den más pasos "y más decididos e inmediatos". Como recuerdan los dirigentes del PPE/EPP, en la actualidad, cuenta con ocho jefes de Estado o de Gobierno que asisten a las cumbres del Consejo Europeo, y "dos de los tres presidentes de las instituciones europeas son de los nuestros".
Precisamente, las dos mujeres y las dos con más poder: Ursula von der Leyen, de la Comisión, y Roberta Metsola, del Parlamento... ambas con muy estrecha relación con González Pons y el otro enviado europeo de Feijóo, Tono López Istúriz.
La misma Von der Leyen llegó a sugerir ya uno de los pasos que pretenden llevar adelante los populares en su discurso del pasado martes ante la Eurocámara. Cuando la presidenta de la Comisión planteó la posibilidad de que los fondos con los que las empresas de los Estados miembros pagan el gas y el petróleo rusos "sean depositados en cuentas congeladas" para que Putin "no pueda financiar su guerra contra Ucrania con dinero europeo", estaba esbozando otra de las medidas que propone su partido.
El texto acordado por los populares españoles con sus colegas europeos reclama que "los bancos rusos involucrados en el comercio de petróleo y carbón también sean desconectados del sistema SWIFT" de pagos internacional. Hasta ahora, la aplicación de este castigo a las entidades financieras rusas ha librado, por expreso deseo del Gobierno alemán, a estos bancos, en los que se pagan los combustibles fósiles que calientan los hogares y alimentan las industrias de Berlín, Viena, Ámsterdam...
El embargo al gas
Los populares también impulsarán -en consonancia con la campaña del liberal español Luis Garicano desde el inicio de la invasión- el "embargo inmediato sobre el petróleo y el combustible nuclear" procedente de Moscú. Y no sólo del carbón, como se anunció esta semana.
Respecto a la prohibición de la compra de gas a Rusia, decisión que ya han implantado los países bálticos y que defiende España -aunque sólo de puertas adentro del Consejo, sin pedirlo públicamente-, los populares españoles y europeos reclaman que se haga "tan pronto como sea posible". Esa posición coincide con la defendida por Josep Borrell este miércoles en el Parlamento Europeo.
Pero los populares van más allá y piden que se den pasos visibles ya. Por ejemplo, con la reducción "inmediata del consumo" y su "reemplazo con otros recursos de petróleo, gas y carbón" procedentes de otros proveedores que no sean Rusia ni Bielorrusia. "La UE no debe ser cómplice en la financiación de la guerra", proclama el documento.
Nuevas sanciones
Precisamente para el país satélite de Moscú en el que Aleksandr Lukashenko ha convertido Bielorrusia, el PP pide "sanciones en espejo" respecto de las rusas. Esto es, equivalentes en todos sus aspectos. "Las sanciones a Bielorrusia deben cerrar cualquier laguna legal que permita a Putin utilizar la ayuda de Lukashenko para eludir las sanciones" a sus fuentes de energía.
Todos los análisis apuntan al hecho de que esta guerra será un largo esfuerzo. Por lo tanto, el dolor que la comunidad internacional ya está infligiendo al régimen ruso debe aumentar aún más para ayudar a poner fin a la guerra lo antes posible.
En el capítulo de los castigos a los responsables de la agresión a la integridad territorial y la soberanía ucranianas, los líderes populares plantearán que las sanciones "sólo se levanten cuando el último soldado de las fuerzas de ocupación abandone el territorio ucraniano". Y que ese territorio sea definido "en acuerdo con el Gobierno constitucional ucraniano". Es decir, que no excluya a Crimea ni a la región del Donbas, como de facto había ocurrido desde 2014.
El texto aprobado la pasada semana, además, incluye un mayor compromiso en la entrega de armas por parte de la UE y los Estados miembros "para ayudar a Ucrania a defenderse". Los populares también plantean acciones para "proporcionar corredores humanitarios seguros para los civiles" que huyen de los bombardeos rusos y "reforzar las redes de ayuda humanitaria de la UE en Ucrania".
Además, idean un nuevo tipo de corredor, el llamado "de tierras verdes" para llevar a Ucrania "todo lo necesario para aumentar su producción agrícola" y que pueda exportar "todos los productos agrícolas" que ayuden a financiarse al país.
Para finalizar, el PP de Feijóo impulsará otros puntos de política internacional junto a sus socios europeos. Nombrar a Putin y Lukashenko como "criminales de guerra". Y que esto se traduzca, de inmediato, en una investigación y el sometimiento a juicio público de "cualquier acto que legalmente se califique como crimen de guerra", tras las masacres de Bucha, Mariúpol y Borodyanka.
Y un trabajo denodado para alentar una "Rusia después de Putin". Los populares se conjuran para "demostrar que la UE está lista para ayudar a la futura Rusia democrática". La oposición rusa, apuntan, enfrenta dificultades ahora para continuar con su trabajo, no solo por la represión de Putin, sino también por los efectos de las sanciones occidentales.