El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará a Kiev "en los próximos días". Así lo confirman fuentes oficiales de Moncloa a este periódico. El objetivo de esta visita será reunirse personalmente con Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, y el de reabrir la embajada de España en la capital, bombardeada y asediada por las tropas rusas de Vladímir Putin.
Fuentes de Presidencia ya sugirieron esta posibilidad la semana pasada, y el mismo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó esta posibilidad. Ahora, desde Moncloa se evita dar más detalles del viaje "por seguridad".
Según fuentes del Gobierno, las circunstancias han cambiado en Kiev. Las fuerzas de Moscú han lanzado su ofensiva final en el este del país, y se están centrando en los últimos días en tomar el control definitivo del Donbás y abrir un corredor en el sur, para cerrar la salida de Ucrania al mar (al de Azov, por Mariúpol y al Negro por Odesa).
Además, el Ejecutivo español quiere expresar "con todos los gestos posibles" el compromiso de nuestro país "con el pueblo ucraniano". Tal como afirma el Gobierno de España, "la guerra de Putin" no es sólo una invasión terrestre "contra la integridad territorial de un país soberano", sino un "ataque a las libertades" y los derechos humanos.
Precisamente, el compromiso de España -como socio de la Unión Europea y como aliado en la OTAN- se está expresando no sólo en el envío de ayuda humanitaria, sino en el impulso de una quinta ronda de sanciones económicas a Moscú -que incluyan el embargo total al gas y al petróleo ruso- y enviando armamento directamente "a la resistencia ucraniana".
Con esa argumentación, Sánchez ya se felicitó ante el propio Zelenski de que el ejército de Kiev se esté defendiendo "ante la agresión injustificada e injustificable" del ejército invasor ruso, cuando el presidente ucraniano se dirigió a las Cortes Generales en una sesión conjunta en el Congreso, el pasado 5 de abril.
Alegando esas razones, también, el líder socialista se enfrentó a sus socios de la coalición de Gobierno, los ministros de Unidas Podemos, contrarios a que España ceda armamento a Ucrania y a que los Presupuestos Generales aumenten el gasto en defensa hasta el 2% del PIB que reclama la Alianza Atlántica.
Visitas previas
Fue la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, la primera gran personalidad que viajó a Kiev desde el inicio de la invasión. El pasado 31 de marzo, y todavía en pleno asedio ruso a la capital ucraniana, la política popular maltesa suspendió su participación en el XX Congreso del Partido Popular en Sevilla, invitada por el presidente del Parlamento, Ruslan Stefanchuk, y para reunirse con Zelenski.
El líder ucraniano ha invitado a Joe Biden, presidente de EEUU, a reunirse con él en Kiev. De momento, no ha habido respuesta de la Casa Blanca.
Una semana después de Metsola, viajaron la presidenta de la Comisión, la también miembro del PPE Ursula von der Leyen, y el vicepresidente y Alto Representante de la UE, el socialista español Josep Borrell. Ambos dirigentes tuvieron la oportunidad incluso de visitar Bucha, la localidad a las afueras de la capital que se ha convertido en símbolo del sufrimiento de los civiles ucranianos y de las masacres rusas.
Ese mismo fin de semana, se habían desvelado fosas comunes e hileras de cadáveres producto de las matanzas indiscriminadas rusas de civiles ucranianos. Personas mayores ejecutadas con las manos atadas a la espalda, madres e hijos con signos de tortura...
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo haber visto "la humanidad en pedazos" en la localidad de Bucha, junto a Josep Borrell, y ante fosa común de civiles masacrados durante la ocupación rusa de la localidad. "Hemos visto toda la frialdad del ejército de Putin. Hemos visto la imprudencia y el corazón frío que ellos han tenido al ocupar esta ciudad. El mundo entero está de luto por lo ocurrido en Bucha", dijo Von der Leyen desde la pequeña localidad ucraniana.
Junto al primer ministro de Eslovaquia, Eduard Heger, ambos líderes de la UE visitaron esta fosa común en el patio de la iglesia de San Andrés el Primer Llamado, donde había unos 14 cuerpos en bolsas de plástico que habían exhumado.
Borrell anunció desde Kiev que la Unión Europea asignaría otros 500 millones de euros para ayuda militar a Ucrania y la reapertura de la Delegación de la UE en la capital ucraniana: "Me complace anunciar aquí, en Kiev, que la Unión Europea va a asignar otros 500 millones de euros del Fondo Europeo para la Paz para que el ejército ucraniano obtenga armas para defender a su país y a su pueblo".
Esta (por ahora) última entrega de fondos "se suma al paquete de 1.000 millones de euros, sin precedentes, que liberamos desde el comienzo de la invasión. Nuestro apoyo asciende ahora a 1.500 millones de euros" para armas, precisó el jefe de la diplomacia europea.
Al día siguiente, fue el primer ministro británico, Boris Johnson, el que rindió visita a Zelenski. Ambos políticos pasearon por las calles de Kiev y saludaron a la población. Johnson anunció tras la reunión oficial con el presidente ucraniano que Reino Unido preparaba una nueva partida de financiación de 460 millones de euros para Ucrania a través del Banco Mundial, tras una anterior por la misma cantidad.
Además, Londres entregaría a sus fuerzas armadas 120 vehículos blindados y sistemas de misiles antibuque... pocos días antes de la destrucción del Moskva, el mayor barco de guerra ruso hundido en combate desde la II Guerra Mundial.