‒¡Venimos a reconquistarlo todo!
‒¡Po reconquistarme esta!
Este breve diálogo podría resumir perfectamente la manifestación de Vox en Cádiz por el Día del Trabajador. Ese humor tan gaditano quitándole hierro a lo que no lo tiene y cree tenerlo. Pero vayamos al detalle, que para algo uno se ha empotrado en esa marcha verde del Primero de Mayo.
El ya citado "Reconquistarme esta", "VOX non grato", "Cadíz será vuestro Vietnam" –¿o vuestro Alsasua?– o "Chulos a caballo" –esta última sacada de un verso del carnavalero Juan Carlos Aragón– eran algunas de las pintadas que podían leerse en las blancas paredes de la Avenida de los Astilleros de Cádiz.
Dicha avenida es una arteria industrial de la ciudad, desde donde apenas unos meses antes dieron la vuelta al país unas imágenes del alcalde de la ciudad, Kichi, arengando con un altavoz a los sindicatos del Metal a quemar las calles para "que nos hagan caso". Un centenar de afiliados y simpatizantes de Vox acompañaron a Santiago Abascal y a Macarena Olona en su manifestación por el día del Trabajador en Cádiz. La concentración recorrió tranquila los 500 metros que separan el Parque de Bomberos de la Plaza de Sevilla ‒de extramuros al casco histórico‒.
La marcha transcurrió sin incidentes al grito de "¿Dónde están?, no se ven, Comisiones y UGT". Tracas de petardos y botes de humo verde pusieron la música y el color al breve desplazamiento a pie.
Ya en la Plaza de Sevilla, los dirigentes dieron una suerte de mitin sobre un austero escenario ubicado frente a un fondo industrial de grúas de Navantia. Rodrigo Alonso, secretario general del sindicato Solidaridad, hizo de telonero. Afirmó, rotundo, que no tienen que pedirle "perdón ni permiso a Kichi" para venir a Cádiz, capital de una provincia "asolada por el paro".
"Cara de presidenta"
El líder sindical dio paso a Macarena Olona, de la que dijo, cacareando a Abascal, que "se le está poniendo cara de presidenta de la Junta". Olona ya, por fin, se presentó como aspirante al gobierno andaluz. Se arrancó con que es "la candidata del pueblo, de Andalucía y para todos los andaluces".
Muy aplaudida y coreada al grito de "Macarena, presidente" ‒ojo al matiz‒, la alicantina ofreció un discurso corto centrado en la crítica a los sindicatos mayoritarios –UGT, CCOO- y esbozó un mitin preelectoral. Enrique, que es médico, motero y de derechas, me comenta que "está guapísima" y que es "una pena perderla en el Congreso".
Olona se despide con un alto y rotundo alarido de "¡Viva España!". Luego, salió pitando nada más finalizar el acto ‒le esperaba un monovolumen tras el escenario‒; no sabemos si rumbo al Gran Premio de motociclismo de Jerez o a la Feria de Abril de Sevilla. Quizás ambos eventos: que tiene que rentabilizar su bajada a Andalucía.
Abascal viene a "ganar"
El presidente de Vox, Santiago Abascal, la "inspiración" de su candidata a la Junta, comienza la faena atacando "al Gobierno que da la espalda a los españoles". Presenta un discurso pro-obrero, primo hermano del de Marine Le Pen: "¡Adelante trabajadores de Cádiz!".
A lo lejos suena la música de Rigoberta Bandini –"no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas"–, procedente de la manifestación de los sindicatos de izquierda (valga la redundancia) que se cruzan en dirección a San Juan de Dios, plaza del Ayuntamiento.
Precisamente, frente al consistorio tenía que haber acabado la manifestación de Vox, pero se redirigió para evitar conflictos. Abascal, micrófono en mano, aprovecha que el Pisurga pasa por Valladolid para increpa a los sindicatos "de clase", que son abucheados por la concurrencia.
Contratacan los sindicalistas con el Bella Ciao, himno partisano, saliendo de su potentes bafles. Tienen lugar momentos de tensión en la confluencia de plaza de Sevilla con la Cuesta de las Calesas, junto a la antigua tabacalera, entre sindicalistas y afines a Vox.
No llegan a las manos de milagro. El perímetro de seguridad, salvaguardado por la Policía Nacional, impidió que la cosa fuera a mayores. Más de uno, en el día de la madre, se acordó de la madre de Abascal: todo un detalle. Eso sí, este periodista recibió un ligero banderazo de UGT -un gambón, como se conoce por estos círculos- y unos gritos de "¡fascista!" gratuitos.
El presidente de VOX, mientras tanto, seguía perorando, atacando al gobierno de Sánchez: "Venimos a echarlo, no a dialogar o a pactar con él". Su objetivo, lo dejó bien claro, "es ganar y no ser un simple recambio [como el PP], sino una alternativa de verdad" Pero en el caso de que no vencieran, que no se piensen los populares que "sus votos van a ser gratuitos".
Cierre tradicional con vivas a España y reproducción del himno nacional, acompañado de más botes de humo verde y más tracas. Se dispersan los militantes, simpatizantes y periodistas camino, en este 1 de mayo casi veraniego, de la playa, de la cerveza en las terracitas… o de la redacción.