Los teléfonos móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron intervenidos con el programa de espionaje israelí Pegasus en los meses de mayo y junio de 2021, según anunció este lunes el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Además, determinó que el ataque cibernético es "externo", de un Gobierno extranjero o de una corporación internacional.
En ese periodo, Marruecos utilizó el mismo software para vigilar a políticos, periodistas y activistas, según denunciaron en la investigación Proyecto Pegasus Amnistía Internacional y Forbidden Stories, que agrupa a 17 medios de comunicación de todo el mundo.
"El software espía Pegasus, comercializado por la empresa israelí NSO, se ha utilizado durante varios años para monitorear sistemáticamente a periodistas, activistas y otros miembros de la sociedad civil", denunciaron Forbidden Stories y Amnistía Internacional en julio de 2021.
De hecho, situó a Marruecos en segunda posición, después de México, de los Estados del mundo que más licencias tenían para espiar con Pegasus. El programa requiere una por móvil.
La lista de números de teléfono seleccionados como objetivo de Pegasus por Marruecos asciende a 10.000, donde figuran incluso el rey Mohamed VI y el presidente francés, Emmanuel Macron, un aliado para Marruecos. Tras la denuncia, Francia descubrió que su dirigente había sido víctima de Pegasus durante un viaje a Rabat en 2019.
Por su parte, el embajador de Marruecos en París, Chakib Benmoussa, rechazó las acusaciones de haber espiado al presidente galo. "Marruecos no espió al presidente Emmanuel Macron. Ni tampoco al ex primer ministro ni a miembros del Gobierno. No hay evidencia que lo corrobore", dijo el diplomático magrebí en una entrevista en el periódico francés Le Journal du Dimanche.
Marruecos, en el punto de mira
Entonces ya resultó extraño que, en plena crisis diplomática bilateral con España, en esa lista marroquí de personas objeto de posible espionaje no aparecía ningún político de nuestro país. La víctima se reducía a un solo periodista, ex corresponsal en Rabat. De hecho, en España no se comentó el escándalo que salpicaba a Marruecos, ni se defendió a los denunciantes.
Sin embargo, hay varias cuestiones en el espionaje a Sánchez y Robles que hacen mirar para el país vecino. El momento de la intervención, mayo y junio de 2021, cuando Marruecos rompió abruptamente sus relaciones diplomáticas con España al acoger a uno de sus máximos enemigos, Brahim Ghali, el secretario general del Frente Polisario. Así como la entrada de más de 10.000 ciudadanos en solo dos días desde Castillejos a Ceuta ante la inoperancia de la gendarmería real marroquí.
Posteriormente, en menos de un año, Pedro Sánchez de manera unilateral, sin contar con el apoyo de sus socios de Gobierno ni del resto de partidos parlamentarios, decidió reconocer el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Posicionamiento que no solo no tomó, sino que reprobó, cuando Donald Trump el 10 de diciembre de 2020 reconoció en un decreto presidencial la soberanía de Marruecos sobre la totalidad del territorio saharaui.
Pegasus es un sistema de la empresa israelí NSO Group, y Marruecos restableció las relaciones con Israel el 12 de diciembre de 2020. Desde entonces, son múltiples los acuerdos rubricados entre ambos estados, uno de los más importantes en materia de seguridad y defensa.
Es curioso que, en Rabat, fuentes de la inteligencia se jacten de que "España será el próximo país en reconocer la integridad territorial del Estado de Israel", y con ello se crearía lo más parecido a una telaraña entre Europa, África y Medio Oriente.
Experiencia en espionaje
El Gobierno marroquí mostró "gran asombro" al hacerse pública la investigación de espionaje con Pegasus en 2021. En todo momento, negó haber incluido en la lista de Pegasus a 10.000 personas, como aparece en el informe de Forbidden Stories y AI. Y acusó a los medios de comunicación extranjeros reunidos en la plataforma de una "campaña de desestabilización coordinada" contra el país.
Sin embargo, hasta su gran socio, Estados Unidos, llamó la atención al país vecino por la falta de derechos humanos al espiar y encarcelar a periodistas. De hecho, algunos de esos periodistas independientes, activistas y blogueros cumplen condena en las cárceles marroquíes acusados de delitos civiles.
Uno de ellos, Omar Radi, investigador y defensor de los derechos humanos, cumple seis años de condena en la cárcel de Casablanca acusado de violación y espionaje tras un juicio que las ONG internacionales calificaron de "injusto" y "con deficiencias".
El laboratorio de seguridad de AI identificó que el periodista fue espiado con el programa Pegasus desde enero de 2019 hasta finales de enero de 2020, según publicó la organización en un informe en junio de 2020.
Un análisis forense de su teléfono encontró rastros que sugerían que había sido objeto de ataques de inyección de red. "A través de nuestra investigación, pudimos confirmar que su teléfono fue atacado y puesto bajo vigilancia durante el mismo período en que fue procesado", explicó AI.
Un año antes, los defensores de los derechos humanos marroquíes Maati Monjib y Abdessadak El Bouchattaoui también fueron víctimas de espionaje con Pegasus, según reflejó en 2019 el informe "Marruecos: Defensores de derechos humanos atacados con software espía de NSO Group" de AI.
Hasta principios de 2018, los clientes de NSO Group usaban principalmente mensajes SMS y WhatsApp para engañar a los objetivos para que abrieran un enlace malicioso, lo que conllevaba a la infección de sus dispositivos móviles.
Sin embargo, en 2019, AI observó por primera vez que los atacantes adoptaban nuevas técnicas para colar el malware de manera más sigilosa y eficaz, usando "inyecciones de red". De esta manera, los atacantes pueden instalar el software espía sin requerir ninguna interacción por parte del objetivo.
Políticos españoles en Rabat
Será complejo que el Gobierno español señale al responsable del espionaje al presidente y la ministra española. Y menos de tratarse de Marruecos, con quien ha inaugurado una "nueva etapa" el 7 de abril, después de que el rey Mohamed VI aceptase recibir a Pedro Sánchez en el palacio real de Rabat.
En todo caso, España ha corroborado que el espionaje viene del exterior. Y, precisamente, esta semana, parte del gobierno tiene cita en Rabat para cerrar diferentes acuerdos como la Operación Paso del Estrecho, la reapertura de las fronteras con Ceuta y Melilla, delimitar las aguas que Marruecos reclama como suyas que se solapan con las de las islas Canarias y el envío de gas regasificado desde España por el gasoducto Magreb Europa.
Miembros de los ministerios de Interior, Exteriores, Transporte, Sanidad y Transición Ecológica se encontrarán con sus homólogos en reuniones mixtas hispano-marroquíes en Rabat el 5 de mayo. Además, el ministro José Manuel Albares ha confirmado su asistencia a la reunión de la Coalición contra Daesh del 11 de mayo en Marrakech.
Asimismo, ese mismo día se celebra la 31 reunión anual y foro empresarial BERD, en el que participarán miembros del gobierno español junto a empresas de nuestro país.
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