La inminencia de las elecciones andaluzas era un secreto a voces. Juanma Moreno dejó pasar la Semana Santa para terminar de decidir, pero  todas las señales indicaban ya que la cita electoral sería a finales de junio. Finalmente, el presidente andaluz confirmó el 19-J.

Hace un año largo, cuando Ferraz impulsó al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, como alternativa a Susana Díaz, en los despachos contiguos al de Pedro Sánchez se las prometían muy felices. Pero ahora se teme "una oleada de derechas", a la vista de las encuestas. Además, el estallido del caso Pegasus, la ruptura (al menos, momentánea) con sus socios, sumado al estancamiento económico, obligan al presidente a volcarse en la lucha por la Junta, si no quiere ver fracasar su propia legislatura.

Aun así, no sólo los sondeos inquietan a los socialistas. También dos realidades "evidentes". La primera, que la opinión pública andaluza "ha perdido el miedo" a que gobierne el Partido Popular, admiten diputados del PSOE en Madrid.

Las cifras de creación de empresas, de generación de empleo y de reducción de la deuda pública avalan la gestión de Moreno y de su gurú económico, Juan Bravo. Tanto es así, que el nuevo líder nacional de los populares se lo ha llevado a Madrid como vicesecretario económico.

Y la segunda realidad es que el candidato socialista no termina de despegar como se esperaba. En Ferraz se admite que el recorrido de Espadas no ha respondido a las expectativas. Por un lado, porque Moreno ha sabido transmitir "imagen de buen gestor", reconocen. Y por otro, porque la pandemia primero y la guerra después han impedido el desarrollo de un entorno político normalizado. "Y no hemos lanzado al candidato como queríamos", apostillan.

"Efecto rebote" del PP

Es cierto que las elecciones anticipadas en Castilla y León no dieron al PP los resultados que esperaba la anterior dirección, ya que los resultados de Alfonso Fernández Mañueco quedaron muy por debajo de lo esperado. Pero la profunda crisis que acabó con Pablo Casado fuera de Génova "ha producido un efecto rebote", según un barón consultado por este periódico. "Hemos elegido rápido y bien al mejor posible".

Y los focos se han desviado a Alberto Núñez Feijóo, a las sonrisas triunfalistas del XX Congreso del PP en Sevilla y a la "tormenta perfecta económica" que está teniendo que afrontar Pedro Sánchez en Moncloa: la deuda pública disparada al 120%, la inflación desbocada casi al 10%, el crecimiento económico frenado por la guerra, y las instituciones europeas advirtiendo del miedo a un posible "desplome de España".

Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso, en el XX Congreso Nacional del PP celebrado en Sevilla. EFE

En esas circunstancias, fuentes del entorno del presidente del Gobierno temen un resultado "duro" en la noche electoral andaluza. Sobre todo, a la vista de que hay otro miedo en vías de perderse (o eso parece), en la sociedad española. "El PP ya le ha abierto la puerta a la ultraderecha en Castilla y León, no sólo los votantes", explican las citadas fuentes. "Andalucía puede ser la consolidación de ese tándem, y puede crear tendencia" en otras Comunidades Autónomas.

Casi peor sería que, encima, se cumpliesen las expectativas populares reflejadas en las encuestas. Como la que publica este domingo EL ESPAÑOL, que augura una posible "mayoría suficiente" para que el PP gobierne en solitario, al sumar más diputados él solo (45) que toda la izquierda junta (44)

En todo caso, el PSOE de Andalucía quiere dar la batalla. "Es difícil dar el campanazo, pero que no nos den por muertos", dicen. Aprovechando el final de la legislatura autonómica, los socialistas acaban de iniciar un proceso de renovación de sus cabezas de lista para las inminentes elecciones regionales. Recientemente, se despedía Rosa Aguilar, la histórica alcaldesa de Córdoba y consejera en varios gobiernos de la Junta.

Implantación

Pero, según informaba Efe, éste no es más que el primer movimiento reservado por Juan Espadas para organizar actos políticos que lo vayan dando a conocer en las siete provincias andaluzas que no son Sevilla. "Tenemos mucho trabajo que hacer en este campo", admiten fuentes del partido desde Madrid. "Pero el PSOE tiene une enorme implantación territorial en la autonomía, tenemos músculo para impulsarnos".

Para eso, el presidente ha decidido volcarse personalmente en la campaña andaluza. Este domingo ya tenía programado un acto en Armilla (Granada) junto a Espadas. Pero cundo vienen mal dadas... el candidato socialista andaluz ha tenido que cancelar su agenda, tras dar positivo en Covid

Si se cumplen los pronósticos de los últimos sondeos y los andaluces le dan a Moreno un triunfo similar al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, el 4-M de 2021, con más escaños populares que toda la izquierda junta, Vox podría no ser necesario más que para abstenerse en la investidura.

En ese escenario, y con las elecciones municipales y autonómicas en mayo de 2023, Ferraz teme un cambio del mapa andaluz del color rojo-PSOE al azul-PP, la hegemonía del centro derecha en el principal granero de votos de España, a pocos meses de las generales. Y la vuelta total de la idiosincrasia tradicional de Andalucía, socialista pueblo a pueblo desde los inicios de la democracia.

"Creemos que el PP pagará haberse empezado a echar en brazos de la ultraderecha", concluyen las fuentes internas del partido. Pero más con deseo que con certeza.