Pasadas las once y cuarto sonó el teléfono. Era Josep Vendrell, director de Gabinete de la vicepresidenta segunda. Aunque en este caso, actuaba simplemente como el enviado de Yolanda Díaz, líder de Unidas Podemos elegida por nadie pero aceptada por todos: "Tenéis que ceder", transmitió el ex del PSUC e Iniciativa per Catalunya y exdiputado autonómico.
Quedaba menos de una hora para que su proyecto se estampara cuando la Junta Electoral cerrara la ventanilla para presentar coaliciones para el 19-J en Andalucía.
Y aunque la indignación creció en Podemos como la espuma, Ione Belarra acató, Irene Montero calló... y Pablo Iglesias preparó, irritado, su discurso.
Díaz imponía que la candidata del primer ensayo de su frente amplio fuera la elegida por Izquierda Unida, Inma Nieto. Juntas se habían dejado ver, unas horas antes, paseando por el real de la feria de Sevilla, siempre vigiladas de cerca por Alberto Garzón. El también ministro de Unidas Podemos tampoco estaba por allí como miembro del Gobierno, sino en su función de líder de IU, maniobrando para que todo acabara como, finalmente, acabó.
Sorprende que ahora sea Íñigo Errejón el mejor aliado de Garzón, cuando fue "la alianza de las sonrisas" que Iglesias impulsó con IU en 2016 el inicio de todo el proceso que desencadenó en su marginación, enfado y "traición" a Podemos.
Llama también la atención que el más enojado hoy sea el exvicepresidente, con quien el ahora ministro de Consumo brindó en aquel pacto de los botellines de 2016, aun a pesar de la opinión de su secretario de Estrategia Política.
También causa estupor que Iglesias señale a ambos por "haber vuelto a la política vieja de los aparatos, las filtraciones y los dedazos" frente a la "revolución que supuso nuestra entrada en política imponiendo las primarias", en referencia a Podemos... fue él quien designó de palabra a Díaz y a Ione Belarra como sucesoras. Y unos y otras acataron.
En todo caso, son Garzón y Errejón los que más vivos han estado en las últimas semanas, después de sobrevivir uno y nacer el otro al calor de la coleta de Iglesias... la misma que señaló a Díaz hace ahora 14 meses como heredera al frente de la izquierda a la izquierda del PSOE.
El 'plan Yolanda'
Desde que se negociaba la coalición con Pedro Sánchez, Yolanda era la esperanza: de acuerdo con Iglesias se dio de baja de IU, y con su consenso lo mantuvo en secreto. Él impuso (casi) como única condición al PSOE que ella fuera ministra de Trabajo. Y ambos se repartieron luego los papeles, con una estrategia trazada por Juanma del Olmo para generar el marco del poli malo y la poli buena, que eclosionó en unas encuestas de popularidad insuperables.
Pero "si ésta es la manera en la que va a empezar el frente amplio, o como leches acabe llamándose, está muerto antes de nacer", diagnosticó Iglesias el lunes por la noche en la radio.
Lejos de ser un enfrentamiento directo con su designada y ungida, este periódico ha podido saber que el mensaje del fundador de Podemos sí tenía un doble objetivo: denunciar el "injusto" sometimiento de Podemos en Andalucía y advertirle a Díaz de que "IU y Más País no son de fiar".
Las comillas no son atribuibles directamente a Iglesias, pero sí a su entorno más íntimo.
Podemos, sometido
Lo del sometimiento se refiere a que los morados ya habían cedido en el nombre de la plataforma. "Por Andalucía no nos gustaba, no era nuestra opción", explican las fuentes. También habían admitido las cabezas de varias listas y puestos de salida "para dar opciones" a la mayoría de las formaciones en la confluencia. "E incluso somos los que más dinero ponemos para la campaña".
Lo de que Yolanda no se coja de la mano de Errejón y Garzón se explica por la alianza de IU y Más País en detrimento de Podemos. La imposición del nombre, las filtraciones de aspirantes al cartel, y la articulación de una oferta combinada entre la "modernez" del errejonismo y la implantación territorial de los de IU, arrinconó al partido morado.
"Sobre todo, porque creímos en la legitimidad de las primarias... que esta vez no fue ventaja porque el dos y el tres se aliaron contra el uno. Lo tenían todo atado".
El entorno andaluz era favorable: la izquierda radical ya estaba rota -habrá cuatro ofertas el 19 de junio para escoger papeleta-; la "ola de derechas" es creciente con Juanma Moreno (PP) y Macarena Olona (Vox); y el PSOE tiene a Juan Espadas, un candidato "desmovilizador" que "no invita a creer en el cambio"... pero todo aderezado con la lideresa "ocupada en que no parezca que se ocupa de liderar".
En Unidas Podemos -es decir, en la coalición a nivel nacional que gobierna con el PSOE- habita el descontento con los tiempos de Díaz. "Ha ido postergando tanto eso del 'proceso de escucha' que le han ido atropellando los acontecimientos", añade un viejo dirigente de Podemos, todavía con influencia en la interna.
Cuando Yolanda Díaz iba a tomar las riendas, esta primavera, se vino la guerra en Ucrania (y el consiguiente recrudecimiento de la crisis económica). Y luego, el inicio del periodo electoral con las andaluzas anticipadas. "En verano me pondré en marcha", dijo este fin de semana, mientras definía su proyecto con hermosas pero inocuas palabras: "Amplio, ancho, transfronterizo"...
Las maniobras
La llamada de Vendrell "provocó que Ione Belarra se cuadrara, si lo pide Yolanda", explica una fuente interna del partido. "Somos disciplinados", insistía Iglesias este lunes, en su sermón del enfado. "Nos dijo que la jefa no podía permitirse empezar así su proyecto", continúan las fuentes, "y que ni Más País ni los de IU iban a ceder".
Podemos había comenzado el proceso buscando candidatos independientes. "Pero tras llegar a un consenso, la persona elegida fue contactada y no aceptó". Después, Díaz evitó otro nombre de Izquierda Unida, que quiso colocar a su coordinador regional, Toni Valero. "El proyecto de Yolanda es sin egos, y eso no encaja con juegos de liderazgos orgánicos", se le hizo saber.
Y en ese momento, mientras Podemos organizaba sus primarias con el diputado y guardia civil Juan Antonio Delgado como opción preferida del aparato, Errejón y Garzón pactaron todo lo demás.
"El error de Yolanda ha sido dejar que eso pasara, y reaccionar sólo a última hora".
Efectivamente, a las 23.29 ya se había impuesto la decisión de la jefa: "Tenían el documento que recoge el acuerdo desde esa hora. Y a las 23.38, Valero dio el 'ok'". Entonces, ¿por qué se llegó tarde? "Porque a las 23.57, la representante de IU entregó los papeles equivocados, sin Podemos ni Alianza Verde, los anteriores al acuerdo".
¿Una última maniobra de la extraña pareja? "Lo que sea, pero la encargada de Garzón tenía el papel bueno", responden las fuentes de Podemos. "Así no vamos a ninguna parte, nada de esto se puede repetir", traduce Iglesias, irritado. A los Belarra y los suyos, por bisoños; a Garzón y Errejón, por listos; y a Yolanda por la sensación de caos.
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