El regreso a España de Juan Carlos I, previsto para este fin de semana, será fugaz. Pero ha sido suficiente para reactivar un debate que el Gobierno de Pedro Sánchez considera "contraproducente para la Monarquía y para el propio Felipe VI".
El Gobierno insiste en que "como ciudadano privado y sin cuentas con la Justicia, tiene todo el derecho a hacer lo que considere oportuno". A pesar de ello, lo cierto es que Moncloa ha transmitido a Zarzuela su opinión: es preferible que el padre del Rey permanezca fuera de España. Al menos de momento, que siga viviendo fuera.
Entre otras cosas, porque "la posición del Ejecutivo es la misma" y la de Juan Carlos también. "El Gobierno no ha cambiado un milímetro desde que se expresó el presidente". ¿Y qué dijo Pedro Sánchez? Que los españoles "merecen una explicación del anterior Jefe del Estado"... y ésta "todavía no se ha producido".
Por supuesto, las fuentes consultadas en el Consejo de Ministros apostillan de inmediato que la posición del Gobierno también incluye "el apoyo total al actual Rey" y a sus esfuerzos "en favor de la ejemplaridad y la transparencia" de la institución monárquica. Es más, a Felipe VI "el PSOE lo defenderá" en todo caso, a la vista del cortafuegos instalado por la Casa Real con el Emérito.
El viaje este fin de semana de Juan Carlos I, que reside en Abu Dabi desde agosto de 2020, a Sanxenxo (Pontevedra) ha removido a unos y a otros en el Gobierno.
El anuncio previo en los medios, y la expectación provocada en esta primera vuelta desde hace casi dos años, no ha gustado nada en Moncloa. El comportamiento del Emérito "ha sido reprobable", según estas fuentes del Gobierno. Y todo esto "pone en cuestión a su hijo", además de estar alejando a las nuevas generaciones de la Monarquía, según las fuentes citadas.
Pero es que además los esfuerzos del lado socialista del Ejecutivo por asentar la institución se han visto socavados, desde la misma llegada de Pedro Sánchez a Moncloa, por sus socios y aliados.
El presidente desalojó a Mariano Rajoy con una moción de censura el 1 de junio de 2018. Al mes siguiente, EL ESPAÑOL publicaba las famosas cintas de Corinna, en las que la ex amante de Juan Carlos confesaba que el Emérito la utilizaba como testaferro "no porque me quisiera mucho, sino porque resido en Mónaco".
Desde entonces, y atravesando otros escándalos que se fueron sucediendo -como las revelaciones de que el ex Jefe del Estado había ordenado en Zarzuela "crear una estructura" para ocultar dinero en Suiza, el regalo de 100 millones de dólares del rey saudí, la demanda por acoso presentada por Corinna en Londres o las sucesivas regularizaciones fiscales del año pasado-, Sánchez se ha empeñado en apuntalar la Monarquía e impulsar una "renovación" de la institución, de la mano de la Casa Real, "como la de la perestroika".
Por eso, después de tanto escándalo, resultó conveniente que el 3 de agosto de 2020 el Emérito abandonara España. Y así se acordó entre Moncloa y Zarzuela, aunque nunca se comunicó de este modo de manera oficial. Y por la misma razón, ahora el Gobierno no ve conveniente la permanencia de Juan Carlos en territorio español.
Del Emérito a la Constitución
Pero también porque el debate se ha reabierto irremisiblemente. Y precisamente en un momento en el que la inestabilidad política de Sánchez es aprovechada por sus socios de Unidas Podemos y sus aliados parlamentarios. Así, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, insistía este miércoles en que "se debe abrir un debate sobre la inviolabilidad del Rey".
En unas declaraciones en el patio del Congreso, Díaz recalcaba que "lo importante" es que el Emérito "rinda cuentas como cualquier demócrata" porque la sociedad española se merece una explicación de lo que ha hecho. La líder de Unidas Podemos proclamaba, al tiempo, que ella no tiene "ningún temor" a debatir sobre la Corona.
Precisamente, eso es lo que trata de evitar el lado socialista del Ejecutivo: "Si Juan Carlos no tiene previsto decir nada, si no va a dar explicaciones, lo conveniente es que no se quede en España".
El meollo de la inviolabilidad es que es una figura constitucional. Y su eliminación o acotación a las acciones del Jefe del Estado en sus funciones como tal -sacando los actos privados de esta especialísima protección- requiere una reforma de la Carta Magna. Ni el PSOE ni el PP (ni tampoco Cs o Vox) consideran que éste sea el momento adecuado.
Entretanto, la ministra de Igualdad, Irene Montero, también reiteraba que Juan Carlos, "si vuelve, es para rendir cuentas a la ciudadanía" por "esos más que presuntos casos de corrupción, que dañan la democracia".
Además, añadía más profundidad al debate, introduciendo la variante del cambio de régimen, que quiere evitar el lado socialista del Gobierno: "Profundizar en la democracia es que podamos elegir todas las instituciones". Y zanjó: "El PSOE es un partido monárquico y Podemos es un partido republicano".
El "espectáculo" al que se referían las fuentes de Moncloa se refería también al nivel de detalle al que ha descendido el asunto, si bien alimentado por filtraciones de la propia ala socialista del Ejecutivo.
¿Dónde debe pernoctar el Rey Emérito en los días que pase en España? Mientras esté en Sanxenxo lo hará, previsiblemente, en casa de su amigo Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de la localidad pontevedresa.
Pero cuando visite a su hijo en Zarzuela, ¿podrá hospedarse en la residencia oficial del Jefe del estado? Socios de investidura, como ERC o Compromís, creen que "sería tener poca vergüenza que un señor que ha defraudado a todo el país duerma en una casa que pagamos todos", señalaba Joan Baldoví. "Sería el colmo de la desvergüenza".
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